Silvia Torres Carbonell: “La figura del emprendedor en Argentina es interesante y amigable”

Por Equipo Santander Post | 28-12-2020 | 7 min de lectura

La Directora y Profesora del Centro de Entrepreneurship IAE Business School realiza una radiografía del sector que hace ‘malabares’ entre la crisis económica y la pandemia. Desafíos que se vienen, reformas pendientes y por qué la Argentina es la tierra de oportunidades.

En el mes del trabajador autónomo, la voz de Silvia Torres Carbonell, una referente del emprendedorismo en Argentina, cobra un valor singular. En entrevista con POST, la profesional que se encuentra en frente del Centro de Entrepreneurship del IAE Business School ahondó sobre la realidad que atraviesa este apasionante mundo en Argentina.

Torres Carbonell ocupó la Subsecretaría de Economía Creativa, Desarrollo Científico y Emprendedor de la Ciudad de Buenos Aires hasta el 31 de diciembre de 2016. Por su trayectoria en el sector privado, académico y público, su análisis sobre el presente y el futuro del trabajo independiente en el país resulta fundamental para entender los desafíos y obstáculos que hay por delante.

En exclusiva, explicó por qué Argentina es una tierra de oportunidades, qué debe hacerse desde el establishment público para incentivar la actividad emprendedora, el rol de la mujer dentro de este segmento, el teletrabajo y la pandemia.

Como referente del emprendedurismo en Argentina, la primera no es una pregunta sino una consigna: qué le dirías a un argentino para convencerlo de que emprender en Argentina es posible y que es negocio hacerlo. 

Le diría a un emprendedor que donde hay crisis hay oportunidades; donde hay desafíos y problemas, hay oportunidades y soluciones creativas. Argentina es un lugar lleno de problemas y, por ende, lleno de oportunidades de crear valor a través de emprendimientos.

¿Y Argentina genera el ambiente para aprovechar las oportunidades?

Obviamente, para que haya un ecosistema emprendedor vibrante, en primer lugar, hace falta emprendedores y las capacidades necesarias, cosas que en general en Argentina tenemos. Lo segundo es que haya un reconocimiento social hacia los emprendedores y al sector empresario como fuente de riqueza, de trabajo, innovación e impuestos. Eso no siempre pasa en Argentina, lamentablemente.

Muchas veces los empresarios son más vistos como villanos que como héroes pero, sin embargo, la figura del emprendedor es amigable, por lo que hay un cierto reconocimiento. El tercer elemento clave es que hayan oportunidades y, por último, el cuarto elemento es que haya un ecosistema de instituciones, de sistema económico, de financiamiento, de generación de conocimientos y proveedores de servicios -necesarios para que los proyectos crezcan y en lo cual aún queda mucho por recorrer-.

¿Cómo se lo trata al independiente en Argentina?

La sociedad lo acepta y, por lo general, lo ve como una figura interesante y amigable. Lamentablemente, cuando se va transformando en empresario hay una mala disposición de la sociedad hacia el privado y esto es muy grave. Las sociedades que progresan son las que reconocen y cuidan a sus emprendedores, que luego se transformarán en empresarios.

¿Emprender es algo que está en el ADN del argentino o lo hace por necesidad?

Emprender no está en el ADN de la persona. No es un tema de personalidad; es un tema de comportamiento y actitud. Y estas dos cosas se pueden modificar con incentivos externos, con motivación externa y a través de ejemplos de otras personas que lo hacen. Por supuesto tiene que haber una decisión personal de hacerlo, pero no tiene que ver con el ADN de la persona. En general, hoy muchos argentinos están emprendiendo por necesidad, pero siempre tienen que ver cómo encuentran la oportunidad en el negocio en el que entren.

En una entrevista dijiste: “Es momento de sacarle piedras de la mochila a los emprendedores”. ¿Cuáles son esas piedras?

Dije que hay que sacarle piedras de la mochila a los emprendedores y lo digo porque, en realidad, el Estado lo que debe hacer es facilitar y estimular la actividad empresarial; pero nunca ponerle el pie encima a emprendedores y empresarios. Al contrario, tiene que sacar regulaciones, facilitar trámites, abrir los mercados, dar acceso a la información, generar todo lo que es las telecomunicaciones y sistemas de infraestructura; todo eso es sacarle piedras y aligerar el camino al emprendedor.

Los emprendedores argentinos son muy bien vistos internacionalmente. Muchas veces se les pide incluso que funden sus empresas afuera para evitar las excesivas regulaciones, las trabas cambiarias, trabas a la exportación, a cobrar en dólares; todas esas son piedras que se le ponen en la mochila a los emprendedores.

Te manifestaste en contra de la regulación que propone la nueva ley de teletrabajo. Desde la mirada de un emprendedor que quiere formar un equipo remoto, ¿cómo lo perjudica la nueva legislación?

La ley de teletrabajo lo que ha hecho es poner lo mismo que estaba en el trabajo físico, cuando es otra categoría de trabajo. Lo que hay que hacer no es poner trabas sino, justamente, promoverlo: esto está pasando en el mundo, al revés de lo que está pasando en Argentina. Tenemos que permitir que las empresas y emprendedores puedan darle mucho más trabajo a gente de lugares remotos.

Yo lo estoy viendo con la competencia NAVES que hacemos en el IAE Business School. Este año, al haberla hecho virtual, llegamos a más de 19 provincias y pueblos del interior gracias a que lo hicimos virtual. Entonces, esto es lo mismo: hay que darle oportunidad a todos los talentos y eso está buenísimo a través del trabajo remoto. Lo que se hizo con la ley de teletrabajo es poner nuevas trabas a toda la regulación laboral. Ya de por sí la Argentina necesitaría una reforma laboral profunda.

Muchas veces los empresarios son más vistos como villanos que como héroes pero, sin embargo, la figura del emprendedor es amigable.

¿En qué aspectos debería darse esa reforma laboral?

Por ejemplo, hay todo un tema con el poder de los sindicatos que, en muchos casos, no están protegiendo al trabajador sino que están protegiendo privilegios y, en muchos casos, impiden que más gente que no tiene trabajo consiga trabajo. 

Dentro de las empresas todavía no hay una equidad total en cuestión de género. ¿Existe la brecha de género en el segmento independiente?

Por supuesto todavía hay brecha de género. En el sector emprendedor no es que exista esta brecha, es decir, nadie le impide a las mujeres emprender. Lo que sí sucede es que hay obstáculos internos y algunos externos. Por ejemplo, a veces la mujer tiene más miedo al fracaso, es un poco menos ambiciosa, es muy autoexigente con ella misma y le cuesta ir a pedir ayuda.

En cuanto a las dificultades externas, se puede mencionar que dentro del mundo de los financiadores e inversores todavía existe un cierto prejuicio hacia proyectos liderados por mujeres. Esto está cambiando a pasos agigantados. La verdad que yo no hablo tanto de igualdad de género sino de complementariedad de sexos, ya que tanto lo masculino como lo femenino necesitan estar juntos e integralmente somos más.

Te tocó formar parte de los Globant Awards 2020, donde se premiaron globalmente a mujeres líderes en tecnología. ¿Cómo se relaciona la mujer argentina con este mundo?

Creo que cada vez hay más mujeres en tecnología. El Globant Awards 2020 fue espectacular por la cantidad de mujeres que están en ese camino. Les cuesta, es un camino duro porque es un lugar al que la mujer entró hace poco, pero hay un cambio de tendencia. Desde el IAE Business School justamente estamos promoviendo este programa que se llama WISE (Women in Stem Entrepreneurship) en el que se busca que mujeres de carreras STEM puedan incorporar conocimientos de negocios, de emprendimiento, de empresa, para poder desarrollar proyectos de base científico-tecnológica y aportar así a la innovación que tanto necesita la región.

¿Cómo funciona este programa?

La idea del programa es promover esa transferencia de tecnología de la ciencia básica que es muy buena en nuestro país pero que no llega al mundo de las empresas y al de la producción. Todo esto es lo que hacemos desde Wise. Tiene formación, tiene programa de mentoreo, programas de inmersión internacional y es un programa exitoso. Ya llevamos casi 900 mujeres en cuatro países: Argentina, Colombia, Perú y Ecuador.

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