Al ser hoy el camino principal para la independencia económica, cada vez más personas se suman a la acción de emprender para buscan materializar sus sueños. Cómo sentar las bases y los puntos fundamentales para sostenerlo.
¿Qué tienen en común una marca de café, un centro de logística y una empresa de dispositivos móviles? Tal vez se crea que no mucho o, directamente, nada, pero la realidad es que estos son algunos de los rubros que se crearon y potenciaron gracias a los primeros emprendedores modernos.
Howard Schulz fue quien hizo que el café de la sirena verde se sobrepusiera a la recesión de los Estados Unidos y hoy es un clásico entre jóvenes, grandes y trabajadores remotos. Jeff Bezos revolucionó las compras online. Sí, lo que hoy resulta una acción esperada por casi todos los mercados, comenzó como una revolución de consecuencias inesperadas. Y, finalmente, Steve Jobs presentó un nuevo concepto de computadoras y teléfonos.
En su momento, no eran más que personas tratando de brindar un mejor servicio, innovar en lo conocido, explorar lo desconocido y revolucionar con propuestas que los consumidores no sabían que querían o necesitaba, pero que ahora agradecen.
De acuerdo a la Real Academia Española, emprender significa “empezar a hacer una cosa determinada, en especial cuando exige esfuerzo o trabajo o cuando tiene cierta importancia o envergadura”. Según la RAE, entonces, todas las personas pueden ser emprendedores. Y si se va al inicio de las historias de Schulz, Bezos y Jobs, esa afirmación es doblemente asertiva.
Pero hay que aclarar que mucho ha cambiado desde los inicios de estos tres hombres, en parte gracias a ellos y, en parte, a pesar de ellos. Por ejemplo: hoy el rubro emprendedor se permite apostar e invertir más en mujeres, hecho que antes solo se daba en excepcionales ocasiones.
Emprender ya no depende de un cubículo, oficina o garage; la tecnología ha avanzado tanto que permite que se ejecute ideas desde cualquier lugar y a cualquier horario. La tecnología y la información han avanzado tanto que así como crece la demanda, crecen las oportunidades de generar nuevos proyectos. Pero, entonces, ¿Debe redefinirse la acción de emprender?
Emprender: ¿el camino al éxito?
Los casos mencionados previamente, son casos de éxito. No solamente por haberse destacado por sobre otros y continuar en la lista de gustos de varias personas a nivel mundial, sino, también, por haber sobrepasado momentos adversos que amenazaron con llevarlos a la ruina.
Emprender no es sinónimo de ser exitoso. Es sinónimo de resiliencia. El caso de Reese Whiterspoon y su productora Hello Sunshine! lo demuestra. Lo que comenzó como un encuentro de lectura virtual potenciado por la actriz de “Legalmente rubia”, hoy es una empresa que vale millones y promueve voces de escritoras a nivel internacional. Pero el camino de Reese no fue fácil, y Hello Sunshine! se vio frente a varios cambios antes de ser (y valer) lo que es hoy.
Si se busca que un emprendimiento supere la tempestad y logre su propósito e impacto, es importante tener varias cosas en cuenta. Y si bien cada proyecto tiene su particularidad, hay generalizaciones que trascienden los rubros y especializaciones. Danila Blanco Travnicek, co-fundadora y directora de EduStorm, asegura que lo primero que un emprendedor o equipo de fundadores tienen que tener en cuenta es el equipo.
“Son las mentes que dan vida al emprendimiento y son fundamentales porque un fundador o un equipo de fundadores puede tener un emprendimiento y que fracase ante el primer problema con el servicio o producto, pero si el equipo es bueno, la segunda o en la tercera idea de proyecto que tengan, serán exitosas”, explica.
Joshua DeVincenzo es especialista en el rubro emprendedor. Ha formado y liderado proyectos, invertido en Latinoamérica y actualmente es catedrático de la Universidad de Columbia, Estados Unidos. Asegura que hay elementos ‘core’ que se mantienen en todo momento a la hora de emprender, pero que, a su vez, la pandemia y el contexto de incertidumbre, tanto a nivel económico como ambiental, han dejado mucho de lo que aprender.
“Los negocios y las organizaciones de hoy aprendieron a estar cómodos con la incertidumbre. Algo que comenzó en la pandemia, porque invitó a emprendedores a preguntarse qué hacer con su negocio a la hora de enfrentar una crisis económica global o una crisis ambiental. Estar cómodos con el factor incertidumbre es clave y ahora más necesario que nunca, es lo que hace que algunos negocios logren expandirse mientras otros mueren”, se explaya.
A la idea principal de Danila agrega que el equipo tiene que tener conocimientos financieros. Algo clave al momento de hablar sobre capitales y estrategias de rendimiento a largo plazo. “Entender en qué situación financiera se encuentra el proyecto y qué necesita, tiene que acompañar la capacidad de transformación. Esto ayudará a que supere o enfrente adversidades, por eso el grupo emprendedor tiene que estar dispuesto a cambiar su identidad o plan cuando lo vea necesario. De nada sirve quedarse estancado o fijo en un modelo de negocios”, define.
“Estar cómodos con el factor incertidumbre es clave y ahora más necesario que nunca, es lo que hace que algunos negocios logren expandirse mientras otros mueren”, Joshua DeVincenzo.
Pero no todo son modelos de negocios y apuestas de valor. El factor humano es igual de importante y por eso DeVincenzo, asegura que hay que tener en cuenta tanto la iniciativa como el sentido del emprendimiento, en qué contribuye a nivel social. SS debe definir “qué es lo que hace que uno quiera quedarse trabajando más horas o busque arriesgarse más, algo en qué creer” y agrega el hecho de “contar con un sistema de impacto en la economía y el ambiente, pero también de humano a humano”.
Animarse al fracaso y aprender en el proceso
En su nota, “Romance vs. realidad: ¿cómo lanzar un negocio exponencial?”, la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA) se pregunta por qué el 90% de los emprendimientos no logra superar el “valle de la muerte”, es decir, convertirse en un proyecto rentable. Entre las causas señala que que su producto no satisface la demanda real del mercado.
La co-fundadora y directora de EduStorm reconoce que líderes y buenos equipos pueden formarse, pero lo que hará que sobrevivan este valle, concuerda con ASEA, es reconocer las necesidades reales de la comunidad que buscan impactar: “Muchos emprendimientos fallan porque arman un muy buen programa o servicio, pero este no está alineado con la comunidad. Por eso es importante identificar la necesidad que hay que satisfacer y así poder empatizar correctamente con los clientes”, explica.
Según Danila, las habilidades blandas y el poder de proyección no solo tienen que verse acompañados por un buen equipo, sino por “un buen diseño de la idea, propuesta o servicio”. Por otra parte, suma que tiene que haber un “match entre necesidad y producto”. Además, para la experta el emprendimiento tiene que tener capacidad de “ser flexible y adaptarse al cambio, y entender las necesidades y talentos que son necesarios” y concluye: “En fin, emprender, es siempre estar en movimiento sin olvidarte tu propósito, por qué empezaste”.
Emprender es aprender y animarse al error, pero, como bien destacan los expertos, es conocer lo que se busca hacer, el impacto que se quiere generar y adaptarse, porque el desafío y la propuesta de cambio siempre estarán presentes.
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