Se trata de un método creado por Mel Robbins para dejar de procrastinar. Cómo aplicar esta poderosa técnica para evitar las excusas e indicarle al cerebro que no hay razones para no cumplir objetivos y metas profesionales y personales.
¿Cuál es la relevancia de este peculiar método? Que depende de cada uno. Sí, simplemente con contar en reversa, desde cinco, es posible tomar una decisión empresarial, económica, alimentaria o de hábitos cotidianos. Su creadora, la estadounidense Mel Robbins, es autora, conferencista, coach motivacional y abogada. Dio a conocer el procedimiento en su libro “The 5 second rule” y asegura que es posible romper con los patrones de pereza en apenas ese breve lapso de tiempo.
Las rutinas del día a día llevan a que las personas no cuenten con la energía necesaria para emprender tareas que requieren un elevado gasto emocional o físico. De esa manera, las labores se acumulan al final de la hoja y, al momento de abordarlas, lo único que se distingue es una nube abrumadora dentro de la mente, que no permite resolver con criterio. Ante eso, entonces, qué mejor que apelar a la regla de los cinco segundos.
¿Cómo se aplica la técnica?
La autora considera que la implementación de la regla está ligada de modo ineludible con otra noción: dejar de decir que “todo está bien”. En el reconocimiento de que algo falla, se sentarán las bases para la efectividad el método, es decir, tomarse ese mínimo período para escoger el camino a desandar. Por ende, cuando la oportunidad se presente, evitar sentirse agobiado por los pensamientos negativos y realizar la cuenta hacia atrás (5, 4, 3, 2, 1): al finalizar, decidir. El impulso instintivo será de ayuda para evitar las postergaciones y perder el miedo a seguir vías erróneas, en lugar de apelar a infinitas elucubraciones desde la lógica.
“La regla de los cinco segundos es un truco mental respaldado por la ciencia y ayuda a interrumpir los malos hábitos. Es como pulsar el botón de repetición y empujarte a tomar acción, incluso cuando no tenés ganas”, explica la abogada y mediadora mexicana Lucía Todd. No solo es fundamental para disminuir los niveles de depresión, ansiedad o miedo, sino que la aceptación y la confianza en uno mismo impulsan a lograr metas con mayor celeridad y eficacia.
Robbins comenzó a utilizar la regla para salir de su cama al despertar, en momentos de padecimiento emocional y Todd recomienda efectuar la cuenta regresiva cada mañana: “Hay una ventana de cinco segundos en la que se puede tomar el control, el pasaje de pensar a hacer. Es el secreto de la motivación. Ha cambiado la vida de millones de personas y se implementa cada vez más en áreas profesionales”.
El combate contra el hábito de la procrastinación
Caminar media hora por día, entrenar cada tarde, visitar a un familiar todos los fines de semana, leer un capítulo de un libro antes de dormir: la lista de costumbres cotidianas es infinita. Procrastinar es otra de ellas aunque, a diferencia de las anteriores, una que no colabora para el bienestar general. Esa agonía general invade las percepciones y dificulta la obtención de resultados positivos. La regla de los cinco segundos es un elemento de primera mano para pelear ante esa frustración. Ya no habrá lugar para el “no quiero” o “no puedo”.
“La estrategia funciona porque, si esperás demasiado antes de actuar, tu mente empieza a generar excusas y preocupaciones, lo que lleva a la procrastinación. Al contar desde 5 hasta 1 y actuar inmediatamente, no das espacio para que se interpongan pensamientos negativos o dudas”, agrega Alejandra Márquez, coach de hábitos colombiana. En definitiva: en cinco segundos, no se analiza, solo se acepta: se ejecuta con rapidez para enfrentar al estrés, es una “decisión de valor”, en palabras de Robbins. Y lo importante es que es posible emplearla tanto en ámbitos personales como profesionales.
“Identificar la tarea, cerrar los ojos, inhalar profundamente y empezar la cuenta regresiva. Al llegar a 1, a trabajar en la tarea de inmediato. Los patrones de autosabotaje se verán suspendidos y será más fácil establecer hábitos de movimiento”, señala Márquez.
En conclusión, arrojar las excusas por la borda y a comenzar el conteo: 5, 4, 3, 2, 1, ¡acción!
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