Cinco claves para comunicar la neutralidad de carbono

Por Equipo Santander Post | 23-02-2024 | 7 min de lectura

Cada vez son más las empresas que se unen al compromiso por un mundo con cero emisiones de carbono. Desde POST te traemos un análisis detallado brindado por especialistas sobre cómo las compañías deben comunicar sus esfuerzos por un mundo mejor.

El cambio climático está generando desastres ambientales a nivel mundial: sequías, inundaciones, temperaturas extremas, terremotos, entre otros. En la búsqueda de la disminución de estos fenómenos naturales, es necesario que las empresas tomen un compromiso con el medioambiente.

Si bien muchas empresas han tomado conciencia, de acuerdo con Carbon Disclosure Project (CDP), una organización dedicada a recopilar y evaluar datos climáticos de las empresas, hay una falta de transparencia alarmante en lo que se comunica sobre los compromisos de neutralidad de carbono, por lo que desde POST traemos cinco claves para poder hacer esa comunicación de forma eficaz, eficiente y transparente.

5 claves para comunicar los compromisos de neutralidad de carbono

Para comunicar los compromisos de neutralidad de carbono es necesario ser transparente sobre la huella de carbono actual, citar la metodología de cálculo, alinearse a objetivos basados en la ciencia, describir la estrategia de neutralidad y abordar la compensación de carbono con integridad.

Ser transparente sobre la huella de carbono actual

Marian Ventura, especialista en sustentabilidad, fundador de done!, agencia creativa certificada como Empresa B, argumenta que las empresas deben explicar el alcance de la neutralidad de carbono, explicando lo que abarca a nivel de nuestras operaciones y geográficamente.

“El objetivo es informar sobre todas las emisiones directas e indirectas significativas (3 alcances) y dar un desglose por categoría de emisiones. Por ejemplo, la huella de carbono comprende a mis oficinas y mis sucursales, pero excluye cierta sede, y no alcanza a la cadena de valor. Es crucial justificar cualquier exclusión e identificar con precisión sus emisiones significativas, que a menudo se encuentran en el ‘Alcance 3’, lo más difícil de medir”, argumenta.

Citar la metodología de cálculo

Para la experta, es necesario citar una metodología de cálculo normalizada y reconocida como el GHG Protocol, ISO 14 064, Bilan Carbone®, entre otros.

Alinearse a objetivos basados en la ciencia

“Es común ver algunas compañías que celebran un 25% de reducción de la huella en 10 años. Parece mucho, pero la ciencia nos puso un estándar: 50% de reducción de emisiones a 2030 y neutralidad de carbono para 2050. Esto implica que nuestros objetivos corporativos deben ser coherentes. Y deben incluirse los objetivos de corto plazo para llegar a esta meta”, señala.

Para Ventura, se deben destacar los logros alcanzados al momento por la compañía y los pasos concretos que se están tomando para lograr la neutralidad.

Describir las estrategias de neutralidad

Según la fundadora de Done!, es común y lógico que las estrategias de neutralidad se apalanquen en la compensación mediante “compra de créditos de carbono” para las emisiones que no se pueden evitar, pero no debería ser la única estrategia.

En este sentido, recomienda aclarar la estrategia de neutralidad de carbono: si fue por compensación, por adopción de energías renovables, la eficiencia energética, la optimización del transporte u otras medidas específicas. “Proporcionar detalles sobre los proyectos y las tecnologías utilizadas, y cómo contribuyen a la reducción de las emisiones ayuda a contextualizar los esfuerzos y a mostrar un compromiso genuino con el objetivo”, enfatiza.

Abordar la compensación de carbono con integridad

En el caso de que la empresa decida compensar sus emisiones mediante “créditos de carbono” o la inversión en proyectos de captura de carbono, Ventura aconseja comunicar, de forma clara y exhaustiva, a qué tipo de proyectos está apoyando, cómo se seleccionan y cuál es el impacto real que tienen en la reducción de las emisiones. Asimismo, considera que se debe informar la verificabilidad de los proyectos, citando tecnologías o estándares reconocidos, como el Estándar Voluntario de Carbono (VCS).

¿Qué implica ser carbono neutral?

Si bien, como mencionamos anteriormente, es importante comunicar la neutralidad de carbono en las empresas, también lo es en detalle qué implica ser carbono neutral. Cecilia Albanesi, MBA e ingeniera y consultora ambiental, explica que ser carbono neutral significa que la empresa ha compensado la totalidad de las emisiones que libera a la atmósfera, logrando un equilibrio neto de cero entre lo que emite y lo que compensa a través de proyectos de remoción o absorción de carbono.

“Ahora bien, es importante aclarar que a esta ‘etapa’ de carbono neutral no se llega sin antes trabajar en la reducción de emisiones. Para los ecosistemas no es lo mismo contaminar y luego intentar remediar, que no contaminar”, explica la experta.

Las empresas deberán cuantificar su huella de carbono para comprender su posición actual en términos de emisiones e identificar los puntos críticos dentro de su cadena de valor.

“Por ponerlo en un ejemplo, si nosotros quisiéramos separar el huevo de una ensalada, sería algo relativamente sencillo. Ahora bien, si lo que nos sirven es una porción de torta y queremos separar el huevo, el desafío sería otro. Hay que pensar entonces que las emisiones en la atmósfera se comportan más como el ejemplo de la torta que el de la ensalada”, añade.

La especialista argumenta que lo primordial es trabajar en la mencionada reducción. Para eso, las empresas deberán cuantificar su huella de carbono para comprender su posición actual en términos de emisiones e identificar los puntos críticos dentro de su cadena de valor.

Asimismo, señala que, para lograr ese objetivo, las compañías deben centrarse en la implementación de mejoras en los procesos, rediseñar productos y adoptar tecnologías más eficientes, con el objetivo de minimizarla. 

“Con respecto a las emisiones que no pueden reducirse de manera efectiva, se debe buscar la compensación a través de proyectos de remoción de gases de efecto invernadero (GEI), para alcanzar la carbono neutralidad”, explica.

¿Cuál es la visión a futuro de las industrias en materia de sustentabilidad?

Albanesi argumenta que la tendencia, a nivel internacional, es que las empresas comiencen a divulgar su nivel de emisiones en los reportes de sostenibilidad o reportes no financieros. “Por nombrar solo algunos ejemplos, tanto en la Directiva Europea (CSRD), como en las iniciativas globales ‘Task Force on Climate related Financial Disclosures’ (TCFD) o ‘International Sustainability Standards Board’ (ISSB), la declaración de emisiones se ha convertido en uno de los indicadores más comunes. A nivel local ya existen, tanto en el país como en la región, Programas de Reporte de GEI para las industrias. Por el momento son voluntarios y suelen presentar algún beneficio para incentivar a que las organizaciones participen”, afirma.

En el caso de Argentina, la experta menciona el caso de la Provincia de Córdoba, que creó un Registro de Huella de Carbono, o el caso de la Ciudad de Buenos Aires, que otorga un sello y beneficios a las empresas que calculen su huella.

En América Latina se destacan los casos de Chile y Perú, que cuentan con programas a nivel nacional de reporte voluntario de GEI. “Por otro lado, la cuestión ambiental, y la crisis climática en particular, se han instalado en la sociedad de una forma tal que resultaría difícil, e incluso poco estratégico, para una organización eludirlas”, asegura. 

Finalmente, la experta concluye que, en el futuro, ya sea por motivos ambientales o razones de competitividad, las empresas que divulguen sus emisiones y se esfuercen por lograr la neutralidad serán la regla y no la excepción, una cuestión estratégica y transversal a toda la organización.

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