La dificultad en mano de obra, los altos costos de hacer arreglos en una casa y la disponibilidad de instructivos en YouTube, son algunas de las causas que impulsan el retorno del método DIY.
En los últimos años ha resurgido una tendencia en diferentes ámbitos, y sobre todo en el del hogar y las reparaciones: el “hágalo usted mismo” o DIY (Do It Yourself, en inglés). Este fenómeno, que ha ganado popularidad en todo el mundo, se caracteriza por el impulso a que las personas hagan ellas mismas tareas de mantenimiento, reparaciones y proyectos de decoración en sus hogares, en lugar de contratar a expertos.
Hay varios factores que contribuyen a su crecimiento. En primer lugar, la dificultad de conseguir mano de obra cualificada y accesible para realizar trabajos en el hogar. Los altos costos asociados con la contratación de oficios, ha llevado a muchas personas a considerar la opción de hacerlo por sí mismas.
En segundo lugar aparece la disponibilidad de recursos en línea, especialmente en plataformas como YouTube. Esto ha facilitado el acceso a tutoriales e instructivos detallados sobre una gran variedad de proyectos, desde reparaciones básicas hasta propuestas de decoración elaboradas. La información está al alcance de un clic y ello ha impulsado a las personas a asumir el control de sus cambios en el hogar.
El “hágalo usted mismo” no solo ofrece una solución práctica, sino que también fomenta la creatividad, la autosuficiencia y el ahorro de dinero. Al embarcarse en este tipo de proyectos, las personas pueden personalizar su espacio según sus gustos y necesidades, lo que les brinda un sentido de logro y satisfacción.
Bernardita Siutti, creadora de Mami Albañil en Instagram, comparte su experiencia: “Los mayores desafíos son la organización, el clima y el manejo del cuerpo“. Además, comenta que “el mayor beneficio, más allá de lo económico porque es cierto que ahorrás mucha plata, es la satisfacción de hacerlo uno mismo. Cuando estuviste todo el día trabajando y al final del día ves el piso de microcemento, es muy gratificante ver el esfuerzo que hiciste”.
Siutti también señala la motivación detrás de su participación: “Los proyectos van surgiendo en base a la necesidad que te surge en tu casa. Durante mucho tiempo viví en un hogar que no se encontraba en buenas condiciones y fue el escenario perfecto para comenzar”.
Las personas aplican esta tendencia en sus vidas por varias razones. En primer lugar, el DIY promueve un estilo de vida más sostenible al fomentar la reutilización y la reparación en lugar de la compra constante de productos nuevos. Además, al aprender nuevas habilidades y enfrentarse a desafíos, las personas pueden desarrollar su confianza y habilidades prácticas, lo que puede ser beneficioso en múltiples aspectos de la vida.
El mayor beneficio, más allá de lo económico porque es cierto que ahorrás mucha plata, es la satisfacción de hacerlo uno mismo.
Este método es mucho más que una moda pasajera; es una respuesta práctica y valiosa a los desafíos del mundo moderno. Al alentar a las personas a tomar el control de sus proyectos en el hogar, se promueve la autonomía, la creatividad y la sostenibilidad, lo que la convierte en una herramienta invaluable para mejorar la calidad de vida de las personas y sus hogares. “Personalmente creo que la creatividad es una habilidad, por lo tanto, puede ser desarrollada”, comenta Gisela Di Fabio, coach profesional en diálogo con POST.
En su libro “Viví bajo tus reglas”, Di Fabio explica que el DIY es una de las formas de desarrollar dicha habilidad. Hecho en grupo o de forma individual, estas actividades nos invitan a explorar el camino de creación. Siempre que es en grupo, las ideas se multiplican, aprendemos a construir sobre diferentes perspectivas y a recibir ayuda si fuera necesario. Cuando es individual, aprendemos que sin ayuda también podemos encontrar el camino. En ambos casos hay beneficios.
Desafíos y barreras del DIY
Uno de los principales obstáculos que las personas enfrentan al embarcarse en esta filosofía es la falta de experiencia o conocimientos técnicos necesarios para completar determinadas tareas. A menudo, esto puede resultar en frustración y desánimo cuando los resultados no son los esperados o cuando surgen problemas inesperados durante el proceso.
Además, la gestión del tiempo es otro desafío importante. Muchas personas que adoptan este enfoque tienen agendas ocupadas y responsabilidades múltiples, lo que puede dificultar encontrar el tiempo necesario para dedicarse a proyectos personales. Esto puede generar estrés y ansiedad, especialmente si los proyectos se acumulan sin completarse.
“Lo fundamental es encontrar la individualidad. Tiene que ver con salirse del molde y del estándar, de la idea de que cierto objeto o instalación debería ser de determinada manera, y abrazar nuestro gusto y nuestra capacidad de ejecución. Generalmente, el resultado del proceso “se parece” o tiene sentido con la persona que lo creó. Es una gran forma de personalizar nuestros espacios”, explica Di Fabio.
Además, está el desafío emocional de enfrentarse al fracaso. A medida que las personas se aventuran en nuevos territorios y prueban cosas por sí mismas, es inevitable que encuentren obstáculos y cometan errores. “Comprender que el fracaso es relativo permite saber que siempre tenemos la oportunidad de aprender y de construir y entender que todo es experiencia”, agregó Di Fabio.
También añade que es necesario amigarnos con el hecho de que todo lo que hacemos es “perfecto” porque existe, y porque es nuestra obra, lo creamos con amor y con intención.
Esta tendencia representa una forma de empoderamiento y desarrollo personal. Las personas pueden no solo abordar los desafíos del hogar de manera práctica y creativa, sino también cultivar habilidades, fortalecer su confianza y fomentar un estilo de vida más sostenible. A pesar de los obstáculos que puedan surgir, la recompensa de ver materializados los proyectos y la sensación de logro personal hacen que valga la pena el esfuerzo.
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