En tiempos donde los jóvenes acceden a Internet cada vez más pronto, los padres intentar poner límites para gestionar el “tiempo en pantalla”. Conocé qué piensan adolescentes y adultos sobre esta era de conectividad permanente.
Hoy en día, los adolescentes están más conectados que nunca. Desde una edad cada vez más temprana, los niños tienen acceso a Internet y poseen sus propios teléfonos celulares. Un estudio de Pew Research indaga sobre cómo navegan los jóvenes y los padres este entorno de “conexión permanente” y el tiempo en pantalla.
El informe se valió de una serie de encuestas a adolescentes, padres y madres de Estados Unidos sobre distintos temas ligados al tiempo frente a la pantalla. Las preguntas exploraron tanto las emociones que los jóvenes asocian a sus dispositivos como el impacto de los teléfonos y las computadoras en su percepción de la realidad. Además, los adultos revelaron si pueden poner o no límites en este contexto.
La opinión de los adolescentes sobre el tiempo frente a la pantalla
La encuesta de Pew Research destaca que el 95% de los adolescentes tiene acceso a un teléfono inteligente y que aproximadamente seis de cada diez dicen que utilizan TikTok, Snapchat o Instagram. Pero, ¿creen los adolescentes que pasan demasiado tiempo frente a las pantallas?
Son más los adolescentes que creen que pasan demasiado tiempo en su teléfono o en las redes sociales en comparación con los que piensan que no dedican suficiente tiempo a ellas. El 38% considera que pasa demasiado tiempo en su smartphone y alrededor de una cuarta parte dice lo mismo sobre el uso de las redes sociales.
Frente a esta hiperconciencia de sus propias acciones, una minoría de adolescentes reveló que ha tomado varias medidas para intentar reducir el tiempo en pantalla. Cuatro de cada diez adolescentes (39%) confesó haber logrado bajar el tiempo que pasa en redes sociales y un porcentaje similar consiguió el mismo resultado sobre su teléfono en general.
Aun así, la mayoría de los adolescentes no ha limitado su uso del teléfono inteligente (63%) ni de las redes sociales (60%).
El impacto en la juventud
A medida que los teléfonos se han convertido en una parte central de la vida, muchos adolescentes se han preguntado qué impacto, si es que hay alguno, tienen estos dispositivos en la adolescencia actual.
La mayoría de los encuestados cree que los beneficios de los teléfonos inteligentes superan los daños para las personas de su edad. Siete de cada diez adolescentes afirman que los smartphones brindan más aspectos positivos que negativos, mientras que una proporción menor (30%) opina lo contrario.
Muchos de ellos creen que los teléfonos inteligentes facilitan, en lugar de dificultar, ser creativos, desarrollar pasatiempos y tener un buen desempeño en la escuela. La mayoría dice que los teléfonos ayudan a que otras personas de su edad persigan sus intereses y pasatiempos (69%) y sean creativos (65%). Casi la mitad (45%) considera que estos dispositivos han colaborado con el buen desempeño escolar.
Sin embargo, algunos creen que los celulares tienen un impacto más negativo que positivo en las habilidades sociales: un porcentaje mayor de adolescentes afirma que los teléfonos dificultan el aprendizaje de buenas habilidades sociales (42%), en comparación con aquellos que creen que lo facilitan (30%).
Cómo los padres navegan la crianza de adolescentes en la era de los smartphones
Con el auge de los teléfonos inteligentes, los padres de hoy enfrentan preguntas que generaciones anteriores no tuvieron que considerar: ¿Qué tan de cerca deben monitorear el uso del teléfono? ¿Cuánto tiempo frente a la pantalla es demasiado? ¿Con qué frecuencia los celulares causa desacuerdos?
Es común que los padres revisen el teléfono de sus hijos adolescentes, y muchos de estos jóvenes lo saben. La mitad de los padres afirma que revisa el teléfono de sus hijos. El hecho de que revisen o no el celular de sus hijos depende de la edad de estos. Mientras que el 64% de los padres de adolescentes de 13 a 14 años dice revisar el teléfono de sus hijos, este porcentaje disminuye al 41% quienes tienen de 15 a 17 años.
La percepción de los adolescentes sobre esto también varía según su edad: el 56% de los jóvenes de 13 a 14 años afirma que sus padres revisan sus teléfonos inteligentes, en comparación con el 35% de los adolescentes de 15 a 17 años.
El tiempo en pantalla: cruces y discusiones
Padres y adolescentes tienen la misma probabilidad de decir que discuten sobre el uso del teléfono. Aproximadamente cuatro de cada diez padres y adolescentes (38% cada uno) afirman que al menos a veces discuten sobre la cantidad de tiempo que los jóvenes pasan en el teléfono. Esto incluye un 10% en cada grupo que señala que esto ocurre con frecuencia.
Acerca de los límites, existe una división casi equitativa entre los padres que restringen el tiempo de uso del teléfono de sus hijos y los que no lo hacen. Alrededor de la mitad (47%) afirma que limita la cantidad de tiempo que su hijo puede estar en el teléfono, mientras que una proporción similar (48%) no aplica estas restricciones.
Gestionar el tiempo frente a la pantalla puede ser un desafío para algunos padres: cuatro de cada diez dicen que es difícil controlar cuánto tiempo pasan sus hijos en el teléfono. Una proporción menor (26%) considera que esta tarea es fácil. Otro 26% de los padres se sitúa en un punto intermedio.
El uso de teléfonos inteligentes por parte de los adolescentes plantea una serie de desafíos tanto para los jóvenes como para los padres. Aunque la mayoría reconoce que pasan mucho tiempo frente a la pantalla, muchos jóvenes consideran que los beneficios de estos dispositivos superan los inconvenientes, especialmente en cuanto a creatividad, pasatiempos e incluso desempeño académico.
En la actualidad, los padres enfrentan dificultades para gestionar el tiempo de uso de los teléfonos y mantener el control sobre el acceso de sus hijos a las redes sociales. A pesar de los esfuerzos por establecer límites, ambos grupos coinciden en que las discusiones sobre el tiempo de pantalla son comunes. En última instancia, la gestión del uso de la tecnología sigue siendo una tarea complicada.
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