¿Qué es el CVV o CVC de una tarjeta y cuál es su utilidad?

Por Equipo Santander Post | 07-11-2025 | 3 min de lectura

Este código de tres o cuatro dígitos, habitual en compras online, cumple una función esencial: validar que quien opera con una tarjeta es su verdadero titular.

Cada vez que se realiza una compra online o un pago digital con tarjeta, es habitual que se solicite ingresar un código breve. Ese número, de tres o cuatro dígitos, es conocido como CVV o CVC, y su función es proteger al usuario frente a operaciones no autorizadas.

Aunque muchas personas lo completan de forma automática, no todos saben con precisión qué significa ni por qué es un dato tan sensible.

Qué es el CVV o CVC

El CVV (Card Verification Value) o CVC (Card Verification Code) es un código de verificación que aparece en las tarjetas de crédito y débito. En la mayoría de los casos, consta de tres dígitos y se encuentra en el reverso del plástico, aunque en tarjetas como American Express puede tener cuatro y aparecer en el frente.

Independientemente del nombre, su propósito es el mismo: verificar que quien realiza la compra tiene físicamente la tarjeta en su poder.

Por qué es importante en términos de ciberseguridad

El CVV actúa como una contraseña dinámica. A diferencia del número de tarjeta, el nombre del titular o la fecha de vencimiento —que pueden almacenarse en bases de datos—, este código no se guarda en los sistemas de los comercios.

Esto significa que, aun si una base de datos fuera vulnerada, no sería posible realizar compras online sin conocer el código, lo que aporta una capa extra de seguridad.

Cuándo se solicita el código CVV o CVC

Siempre que la operación no se haga con presencia física de la tarjeta —por ejemplo, en compras web o pagos digitales que no usan posnet o tecnología NFC— se requerirá el ingreso del CVV o CVC.

En esos casos, el código reemplaza la verificación que normalmente se hace al insertar o pasar la tarjeta en un lector físico.

Recomendaciones de seguridad

Tanto el Banco Central como la Dirección Nacional de Ciberseguridad recomiendan no compartir el código CVV bajo ninguna circunstancia, ni por mensaje, correo electrónico o llamada. Además, es clave recordar que ninguna entidad financiera solicita este dato de forma directa.

También es importante monitorear los movimientos de la cuenta y activar alertas de consumo. Ante una compra sospechosa, se debe contactar de inmediato al emisor de la tarjeta para bloquearla y reportar la operación.

Si el código se borra o el plástico se daña y ya no se puede leer, lo más seguro es pedir una nueva tarjeta. Los bancos no están habilitados a informar el CVV, ya que no lo almacenan por motivos de seguridad.

Además, cada vez que una tarjeta se renueva o se reemplaza, el código CVV cambia, lo que impide su reutilización en futuras compras.

 

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