Invertir en el crecimiento y formación de los colaboradores se convirtió en una herramienta fundamental para enfrentar nuevos desafíos y mantener a los equipos motivados y preparados.
Las habilidades que ayer eran diferenciales hoy pueden quedar obsoletas. Frente a esta realidad, muchas empresas están volviendo a mirar hacia adentro y redescubriendo la formación interna como una herramienta estratégica para potenciar el talento y adaptarse a los desafíos que presenta el mercado.
Según el Foro Económico Mundial (WEF), aproximadamente un 39% de las habilidades que hoy se utilizan podrían quedar obsoletas hacia 2030, lo que subraya la urgencia de que las empresas inviertan en el desarrollo de su talento interno. Entre las competencias que se están volviendo más importantes se encuentran:
- La alfabetización digital.
- Inteligencia artificial y Big data.
- Ciberseguridad.
- Pensamiento analítico.
- Resiliencia.
- Creatividad.
- Adaptabilidad.
- Aprendizaje continuo.
Esta transformación responde a la necesidad de que las empresas sean ágiles y capaces de evolucionar sin depender exclusivamente de la contratación externa. Por eso, la formación interna volvió a ocupar un lugar central en la estrategia de desarrollo del talento.
Potenciar el talento desde adentro: la nueva prioridad
“El ritmo acelerado del negocio y la evolución constante de las habilidades requeridas hicieron que muchas empresas volvieran a apostar fuerte por el desarrollo del talento interno”, comentó Ornella Barone Arias, Analista de Capacitación y Comunicaciones Internas en CAPEX, en diálogo con POST.
“Hoy, la formación interna permite crear programas totalmente alineados a las necesidades estratégicas de la compañía, combinando conocimientos técnicos con comportamientos, valores y prácticas propias de la cultura organizacional”, explicó la especialista en formación. Además, añadió que esto “se traduce en equipos más preparados, comprometidos y adaptados a los desafíos reales del negocio”.
En este sentido, el enfoque de las compañías en términos de formación tuvo que cambiar de forma obligatoria para integrar el aprendizaje como parte del flujo de trabajo cotidiano. Hoy en día, las empresas buscan ser más ágiles sin depender solo de contratar afuera.
La formación interna como herramienta fundamental
Si bien muchas empresas invierten en capacitación, no siempre se traduce en resultados visibles. La efectividad de un programa interno depende de un buen diagnóstico previo.
De acuerdo a Barone Arias, es fundamental conocer a fondo a la población objetivo:
- Sus necesidades.
- Puntos de dolor.
- Brechas de habilidades.
- Oportunidades concretas de mejora.
Además, explicó que tener claridad sobre el punto de partida y los resultados que se buscan permite:
- Definir contenidos.
- Metodologías.
- Recursos alineados con objetivos reales y alcanzables.
“Ese entendimiento inicial es lo que garantiza programas relevantes, enfocados y con impacto tangible en el desempeño”, comentó.
Por su parte, Noel Mertnoff, Licenciada en Psicología y Consultora en Recursos Humanos, remarcó en conversación con POST: “La personalización es la ventaja competitiva de la formación interna frente a opciones externas”.
Además, explicó que la formación interna no consiste solo en adquirir habilidades, sino en aprender a aplicarlas en la práctica. Esto, según detalló, “permite transmitir cultura, valores y mejores prácticas, algo que difícilmente una capacitación externa puede replicar”.
Esta etapa inicial de diagnóstico ayuda a definir los contenidos y también permite seleccionar las metodologías más adecuadas, ya sea aprendizaje digital, presencial, mixto o incluso mediante mentorías. Al ajustar la formación a las necesidades concretas de los colaboradores, los programas generan un retorno tangible y medible, en lugar de ser simples inversiones simbólicas.
Reskilling y upskilling: de tendencia a necesidad
El concepto de reskilling (reentrenamiento) y upskilling (perfeccionamiento de habilidades actuales) toma cada vez más fuerza en el ámbito empresarial. “La capacitación interna permite que los colaboradores evolucionen sin perder el conocimiento del negocio ni de la cultura organizacional”, expresó Mertnoff.
Según explicó la Psicóloga y Consultora de Recursos Humanos, “el upskilling ayuda a perfeccionar competencias para asumir nuevos desafíos, mientras que el reskilling prepara para roles completamente distintos”. Este enfoque también favorece algunos aspectos como:
- La movilidad interna
- Ayuda a reducir los costos de contratación
- Fortalece el compromiso de los equipos.
A su vez, el desarrollo de habilidades también se convierte en un motor para la innovación interna. Cuando los colaboradores se sienten apoyados en su desarrollo, se animan a proponer soluciones creativas, explorar nuevas funciones y asumir responsabilidades más complejas. Esto genera un círculo virtuoso que beneficia tanto a la empresa como al crecimiento profesional de cada persona.
Formación en la era híbrida
La pandemia aceleró la adopción de modalidades de trabajo híbridas y remotas, y con ellas llegaron nuevos desafíos para la formación interna: mantener la atención y el compromiso en entornos llenos de distracciones.
“Para afrontarlo, es clave ofrecer experiencias de aprendizaje flexibles, dinámicas y relevantes, que permitan a cada persona avanzar a su propio ritmo sin perder profundidad”, enfatizó Barone Arias. Esto implica la creación de contenidos breves, interactivos, atractivos y aplicables, que sean tanto sincrónicos y asincrónicos, para facilitar la participación de los colaboradores.
“Así, las organizaciones pueden mantener al talento motivado, conectado con el aprendizaje y alineado con los objetivos del negocio, incluso a distancia”, sintetizó.
Mertnoff, por su parte, añadió que el aprendizaje digital debe integrarse al flujo de trabajo real y no ser una actividad aislada: “Se priorizan contenidos breves y dinámicos que mantienen la interacción y favorecen la retención de conocimientos”.
Cómo la comunicación refuerza la centralidad de la formación interna
Más allá del contenido y la metodología, la comunicación interna juega un papel fundamental para potenciar el impacto de la formación. Según Barone Arias, una comunicación clara y consistente permite:
- Visibilizar el propósito de cada iniciativa.
- Destacar el valor que aportan al crecimiento de las personas.
- Poner en primer plano todo el trabajo que la empresa realiza para impulsar el aprendizaje continuo.
Una narrativa cercana y atractiva aumenta la participación y refuerza una cultura donde el desarrollo es parte del día a día. “Los programas no solo se conocen, sino que se viven y se aprovechan realmente”, aseguró la especialista en formación.
Prácticas que motivan y desarrollan talento
El impacto de la formación interna también se refleja en la motivación y el desempeño de los equipos.
Mertnoff destacó que las prácticas más efectivas deben integrar desarrollo profesional con conexión humana. “El feedback y reconocimiento continuo, los programas de mentoría y las comunidades de aprendizaje fomentan el intercambio de experiencias y buenas prácticas”, comentó.
Estas iniciativas también fortalecen el sentido de pertenencia y la cultura de las empresas, hecho que genera un efecto positivo en la retención del talento y en la productividad de los equipos.
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