Bruegel, el prestigioso think-tank especializado en economía con sede en Bruselas, recomienda en un estudio hacer más ‘verdes’ las políticas de incentivos de recuperación post-Coronavirus. Sus consejos para aprovechar lo que considera una oportunidad.
Desde Japón a Canadá y desde Argentina a Noruega, los gobiernos de gran parte de los países del mundo encaran políticas para mitigar los impactos negativos de la pandemia por el Covid-19. Los planes de estímulo buscan recuperar la economía, lo que, para algunos, es una oportunidad de ganar terreno el otro frente: el Medio Ambiente.
Sobre esto habla un informe reciente de Bruegel, un reconocido centro de investigaciones en temas económicos, que tiene sede en Bruselas y suele dar una mirada europea sobre cómo deberían resolverse los problemas económicos.
En efecto, los planes de estímulo fiscal europeo para impulsar la recuperación económica tras la crisis del Covid-19 incorporan objetivos a largo plazo relacionados con la transición hacia una economía neutra en carbono. Hacer más “verde” la recuperación es una gran oportunidad para afrontar la amenaza del calentamiento global, pero también plantea importantes desafíos desde el punto de vista político, ya que en el corto plazo los fondos públicos tienden a “mantener las actividades actuales, en lugar de darles un nuevo enfoque verde”.
Ben Mcwilliams, Simone Tagliapietra y Georg Zachmann, de Bruegel, argumentan en este informe que la Unión Europea debería enviar a sí misma y a naciones de todo el mundo fuertes señales a los agentes del mercado con el claro mensaje de que “en adelante las inversiones en proyectos con bajas emisiones de carbono generarán los mayores beneficios”.
Pensar en el largo plazo
Esta señal guiará las inversiones de hoy en día hacia “proyectos verdes” de medio y largo plazo, contribuyendo a la reducción de emisiones de carbono y al mismo tiempo a la consolidación fiscal, que seguirá a la fase de recuperación una vez que los gobiernos busquen reducir sus altos niveles de deuda pública, al aumentar los ingresos a través de los impuestos a las emisiones de carbono.
Consideran que la mejor manera de enviar esta señal al mercado es anunciando “un aumento significativo en el precio de las emisiones de carbono después de 2021″, lo que podría articularse a través de la reforma del “Sistema de comercio de derechos de emisión de la UE” y de la “Directiva europea de Impuestos de Energía”. Estiman que dichas reformas podrían proporcionar ingresos anuales adicionales de 90.000 millones de euros en la Unión Europea.
Verde, justo y efectivo, las claves
Según el estudio, una amplia gama de políticas puede contribuir a la recuperación económica. La decisión sobre la combinación adecuada de políticas dependerá de qué políticas sean más eficaces para estimular la economía y de qué otros efectos a corto y largo plazo puedan tener. Los investigadores enumeran tres criterios que los responsables de la formulación de políticas deben considerar al determinar una cartera de políticas de recuperación: promoción efectiva del crecimiento económico, equidad y recuperación ecológica.
A continuación, un resumen de las propuestas, según los investigadores del Bruegel.
Crecimiento
La idea básica detrás de las políticas de recuperación es el uso de dinero público para estimular la demanda agregada. La expectativa es que cada euro/dólar/peso de dinero público no solo implicará un aumento en la demanda de bienes y servicios por valor exactamente del mismo euro/dólar/peso, sino que los proveedores de los bienes y servicios utilizarán los ingresos adicionales para demandar bienes y servicios adicionales, y así sucesivamente.
Cuanto mayor sea el impacto en el PIB de cada euro/dólar/peso del gasto público (el llamado multiplicador), más fuerte será la recuperación, dada una cantidad fija de gasto. Pero estimar el multiplicador de las políticas de recuperación individuales, por no hablar de los programas de recuperación completos, es complejo. En teoría, sabemos que cuanto menor sea la proporción de dinero que se filtre del ciclo económico interno en forma de ahorros o importaciones, mayor será el multiplicador de una política.
Sabemos que las políticas que sean capaces de estimular la demanda que pasa a través de extensas cadenas de valor nacionales tendrán altos multiplicadores. Por ejemplo, una política que estimule la demanda de automóviles tendrá importantes repercusiones en la demanda de las industrias que alimentan el producto final, como el acero, el aluminio, los plásticos y el caucho. Mientras tanto, si el estímulo es absorbido por aquellos con altas tasas de ahorro, el multiplicador será menor.
Equidad
Las políticas de recuperación individuales pueden tener efectos distributivos muy diferentes. Por ejemplo, las transferencias de una suma global a los hogares de bajos ingresos son progresivas, mientras que la ayuda estatal a las industrias intensivas en capital es regresiva. Puede haber interacciones positivas y negativas entre los criterios de equidad y otros objetivos. Ayudar a los hogares más pobres con limitaciones crediticias, por ejemplo, puede reducir la desigualdad y generar multiplicadores por encima del promedio.
Por otro lado, la reducción de los impuestos a la energía puede ser una política de estímulo que respalde rápidamente a los hogares de bajos ingresos mucho más que a los de altos ingresos, pero podría implicar un aumento del consumo de energía y, por lo tanto, de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sabemos que los recortes del impuesto sobre la renta ayudan de manera desproporcionada a los ricos, los recortes de las contribuciones sociales ayudan a la clase media, y la mayoría de los recortes del impuesto al consumo ayudan a los más pobres. A pesar del gran volumen y la importancia política de la equidad en el diseño de programas, no se deben exagerar los efectos distributivos de las medidas de estímulo. Los programas de gran envergadura, en particular, suelen ser temporales y sólo modestamente redistributivos (un recorte de impuestos de seis meses, incluso de los impuestos más regresivos, hará poco para abordar la desigualdad). Medidas estructurales como la educación o el diseño de políticas de consolidación tendrán efectos más duraderos.
Verde
Al diseñar políticas de recuperación, los gobiernos deben buscar dar prioridad a los sectores con bajas emisiones de carbono o apoyar a las empresas intensivas en carbono solo cuando se aplican “hilos verdes”.
Ya han surgido ideas sobre cómo estructurar una recuperación verde: centrarse en la eficiencia energética de los edificios, la infraestructura de energía limpia y el transporte limpio para crear puestos de trabajo locales bien remunerados que impulsen el crecimiento económico a corto plazo, al tiempo que aportan un clima a largo plazo. ganancias.
Conocé más sobre el informe y descárguelo, en el apartado Insights, de Santander.com.
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