Claves para proteger tu data en Internet y tu homebanking

Por Equipo Santander Post | 17-07-2020 | 6 min de lectura

En estos tiempos de coronavirus, nuestro consumo online es mucho más fuerte y podríamos ser hackeados. Cómo ser precavidos y proteger también la cuenta propia del banco.

La mayoría de las personas tienen un perfil en alguna de las redes sociales existentes, algo aparentemente inocente que, sin embargo, exige adoptar determinadas precauciones para evitar ser víctimas de la suplantación de la identidad digital: un delito que ha aumentado en los últimos años, sobre todo, en las plataformas sociales.

Carlos llevaba tiempo recibiendo mensajes de amigos suyos que no entendía. Felicitaciones sin motivo, conocidos que le daban las gracias, incluso consejos sobre cómo sobrellevar la enfermedad. No les había dado importancia hasta que un día recibió una notificación de un banco. Lamentablemente, le informaban que no podían concederle el préstamo.

Entonces, se preocupó. Él no había solicitado ninguno. Descubrió que existía un perfil, en una red social, con sus datos personales, fotos e información sobre su vida. Pero había un problema. Aunque la cuenta aparentemente era suya, Carlos no la había creado.

Suplantación de identidad digital

La usurpación de la identidad digital ha aumentado considerablemente en los últimos años. Tanto es así, que cada mes de febrero se celebra el Día Internacional de la Internet Segura, cuyo objetivo es enseñar un buen uso de la red. Argentina ha desarrollado una Dirección Nacional de Ciberseguridad, que se encarga de desarrollar estrategias y mecanismos destinados a la protección de la información del Estado Nacional y los ciudadanos. De esta manera, se procura coordinar la gestión de incidentes que se suscitan a nivel nacional.

Por otro lado, la presencia de organizaciones sin fines de lucro, tales como Argentina Cibersegura, trabajan en pos de crear un espacio digital seguro mediante el desarrollo de actividades que favorezcan la concientización y educación para los distintos públicos de interés.

Suplantaron mi identidad en una red social, ¿qué puedo hacer?

  1. Reuní toda la información que exista en el perfil falso, como capturas de pantalla, conversaciones que haya tenido el ciberdelincuente, fotos y likes. Cuanta más información, mejor.
  2. Informá a la red social en la que se ha cometido el delito para que eliminen la cuenta falsa. Todas las plataformas disponen de una página dedicada a estos delitos. Conviene investigar si han existido más casos, ya que éstos dan más credibilidad a una petición realizada por varios usuarios.
  3. Hacé la denuncia ante la dependencia policial más cercana a su domicilio (comisaría de tu barrio en cualquier lugar del país) o al fiscal enfocado en cibercrimen de la Procuración General de la Nación. También podés contactarte con la División Delitos Tecnológicos de la Policía Federal Argentina.
  4. A los fines de resguardar correctamente la prueba, una vez realizada la denuncia, procedé de la forma en que el investigador te indique.

En el caso de la suplantación de una persona, el defraudador se sirve de la información personal que su víctima ha publicado en Internet a través de todas las plataformas en las que es activa para inventar una cuenta falsa en su nombre. A partir de ahí, cualquier fraude es posible en el mundo telemático. 

La suplantación de identidad puede ocasionar problemas de credibilidad, afectar a la reputación y provocar pérdidas económicas. Desde publicar información íntima o enviar mensajes inadecuados a sus amigos, hasta difundir rumores que dañen la imagen online de una persona para extorsionarla y pedirle una cantidad de dinero a cambio de borrar el perfil falso.

El derecho al olvido

En el año 2014, la Unión Europea estableció jurídicamente el derecho al olvido, cuyo objetivo no es otro que borrar aquella información publicada en la red que perjudica gravemente a un particular o empresa.

En el caso de Argentina no hay “un derecho al olvido” como sí sucede en el territorio europeo. Sin embargo, sí se reconoce legalmente al usuario que pueda pedir corrección o eliminación de datos. Esto está contemplado en los derechos Arco (acceso, rectificación, cancelación y oposición) amparados por la ley 25.326 de Protección de Datos Personales, que es un desarrollo del artículo 43 de la Constitución que, tras la reforma de 1994, incorpora el Habeas Data.

La ley establece que “el responsable o usuario del banco de datos debe proceder a la rectificación, supresión o actualización de los datos personales del afectado, realizando las operaciones necesarias a tal fin en el plazo máximo de cinco días hábiles de recibido el reclamo del titular de los datos o advertido el error o falsedad”.

Consejos a la hora de usar home-banking

Otro de los temores más extendidos entre los usuarios se da a la hora de utilizar la cuenta de homebanking. Por este motivo, desde la Asociación de Bancos Argentinos dan los siguientes consejos para operar:

  1. Tener en consideración que las entidades financieras no envían correos de actualización de datos ni se comunican con los usuarios a fin de solicitar sus números de cuentas, tarjetas o claves.
  2. Se aconseja ingresar de forma manual la dirección de la página web que se desea visitar y evitar el uso de enlaces o cortar y pegar direcciones.
  3. Evitar el uso de Banca Internet en lugares públicos. En caso que tenga que hacerlo, se recomienda utilizar el teclado virtual, con el cual podrá completar su número de documento, clave y usuario. 
  4. Visualizar el candado cerrado en la parte superior del Navegador, ya que es el símbolo que representa que la web a la que se está ingresando es segura.
  5. Las aplicaciones de las entidades deben ser descargadas sólo de tiendas oficiales.
  6. No limitarse a cerrar el navegador. Usar la opción “Cerrar sesión” o “Salir”.
  7. No ingresar a ventanas emergentes o correos electrónicos de publicidad no solicitada.
  8. Proteger los equipos con antivirus y actualizarlo constantemente, al igual que los sistemas operativos.
  9. Si se duda sobre la legitimidad de un correo, comunicarse con el banco o los números que se posee. No llamar a los números que vienen en los mensajes recibidos.

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