Todo es muy difícil antes de ser fácil. Esta frase cargada de literalidad bien ilustra el proceso que las personas atraviesan al aprender algo nuevo. Primero, casi de manera inequívoca, se tiene la sensación de chocar contra una enorme pared. “Esto no es para mí”, se puede pensar. Cuando se es presa de esa sensación, es fundamental no tirar el trapo.
La realidad es que a veces las personas se topan con maestros que no saben cómo llegarles. De ninguna manera eso debe convertirse en un punto final en el intento por saber más. Por eso, para quienes no entienden sobre algunos avances tecnológicos como el Blockchain, Juan Tavira, Blockchain architect en Grupo Santander, escribió unas líneas muy sencillas en Santander Global Tech donde explica qué es y cómo funciona la “cadena en bloques”, como se dice en castellano.
Cómo funciona el Blockchain en un ejemplo y paso a paso
Tomás le pide a María un pequeño préstamo en clase. María se lo da pero necesita saber que, de algún modo, Tomás le va a devolver el dinero. María tiene varias opciones: la primera es pedirle al profesor que haga de observador de la transacción. Así que María le presta $10 a Tomás y Tomás promete devolverlos a la semana. Pasado ese tiempo, Tomás le devuelve los $10 y el profesor vuelve a ser testigo, así que la deuda ha sido saldada. De este modo es sencillo.
La opción fácil es confiar en el sistema (o persona con autoridad), pero…
Pero a María no le gusta tener que confiar en una única persona, por si cambia de opinión o se le olvida. En este caso, en vez de pedirle al profesor que haga de observador, se lo pide a sus 20 compañeros de clase.
María les pide a sus compañeros que tomen nota: “Tomás le debe a María $10”. Cuando Tomás le devuelve los $10 todos apuntan: “Tomás le ha devuelto $10 a María”. El efecto es el mismo, al final, la deuda queda saldada. Pero hay una diferencia importante: María no ha confiado en una única persona. De modo que, si hay un problema, les preguntará a sus compañeros y lo que tenga anotado la mayoría es lo que se dará por cierto. En este caso, María cree que es mucho más difícil engañar o convencer al menos a 11 chicos y chicas que al profesor.
Criptografía al rescate: Expandiendo un problema a una solución reutilizable
El método de María funcionó para una transacción sencilla, pero ¿qué pasa cuando el resto de los estudiantes comienzan a usar el mismo método? ¿O incluso estudiantes de otras clases? Cuando el número de transacciones crece mucho, hay que buscar y comprobar muchas notas y cuadernos en caso de disputa. Acá es donde la criptografía viene al rescate: cada estudiante tiene su propio cuaderno (que se llamará registro, en inglés ledger) en el que se tendrá un número determinado de registros que se procesarán en bloque. Para consultar el estatus real de un registro no es necesario comparar todos los registros de todos los estudiantes, se usarán algunas técnicas para asegurarse de que todos son iguales.
Hash, bloques encadenados y Proof of Work: dicen que es inmutable
Realizando una compleja operación sobre cada bloque, se encontrará una firma especial del bloque (un hash). Esta operación consiste en la búsqueda de un número que, añadido al bloque, altere la firma para cumplir con un requisito concreto: que el hash empiece con un número determinado de ceros. Esta operación requiere bastante potencia del cálculo y el hash será usado como semilla para el siguiente bloque: de esta manera los bloques estarán encadenados. Y si se tiene el mismo hash para el bloque en todos (o la mayoría) de los registros de los estudiantes, eso dice que el bloque no ha sido alterado, así que es correcto.
Usando esta técnica, si se quiere cambiar alguna información del pasado, no es suficiente con convencer a más de la mitad de los participantes en la red. También sería necesario recalcular la operación para el bloque cambiado y todos los subsiguientes. Por esto, la tecnología se llama Blockchain y el cálculo realizado se llama “Proof of Work” (abreviado PoW) y es el usado, por ejemplo, por Bitcoin, la famosa criptomoneda.
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