La Hora del Planeta: el evento que paraliza al mundo una vez por año

Por Equipo Santander Post | 16-07-2020 | 8 min de lectura

La iniciativa impulsada por la Organización Mundial de Conservación involucra a más de 100 países. De qué se trata esta campaña que comenzó en Australia.

La encargada de coordinar y llevar a cabo La Hora del Planeta en nuestro país, desde el año 2009, es la Fundación Vida Silvestre Argentina, que es una organización no gubernamental, de bien público y sin fines de lucro, creada en 1977 y que busca brindar soluciones a los principales problemas ambientales de Argentina, junto con los diferentes sectores de la sociedad.  

En diálogo con POST, Martín Font, Director de Comunicación y Educación Ambiental, comenta que su “misión es proponer e implementar soluciones para conservar la naturaleza, promover el uso sustentable de los recursos naturales y una conducta responsable en un contexto de cambio climático”. Relata que desde 1988 están asociados y representan en la Argentina a WWF (la Organización Mundial de Conservación, por sus siglas en inglés), una de las fundaciones independientes de conservación más grande del mundo, presente en 100 países. 

“El problema que inspira nuestro trabajo es el uso desmedido de los recursos naturales”, explica Font, agregando que hoy consumimos 70% más de los recursos que nuestro planeta puede proveernos. A este ritmo necesitamos 1.7 planetas para sostener la actividad humana, y conservar especies y ecosistemas que están en peligro. “Se trata de buscar el camino para que el hombre viva y se desarrolle en armonía con la naturaleza”, señala.

La Hora del Planeta

Es el evento de concientización ambiental más importante del mundo. La iniciativa impulsada a nivel global por WWF fue creada para demostrar en forma simbólica que gobiernos, empresas e individuos pueden trabajar juntos por un planeta vivo. 

Esta campaña ambiental comenzó el 31 de marzo de 2007 cuando la ciudad de Sidney, Australia, y WWF decidieron apagar la luz durante una hora como símbolo de su preocupación y lucha contra el cambio climático. La ciudad se apagó completamente -ya que 2,2 millones de personas se sumaron a la causa- y desde entonces más de 7.000 ciudades de más de 190 países de todos los continentes, incluyendo la Antártida, apagan sus luces entre las 20.30 y las 21.30hs. Desde hace más de 10 años, durante La Hora del Planeta, alrededor de 1300 monumentos y edificios emblemáticos se oscurecen, como la Ópera en Sídney, el City Hall en Londres, el Empire State en Nueva York, la Torre Eiffel en París y el Obelisco en Buenos Aires.

Font relata que desde Vida Silvestre, aquí en la Argentina, invitan a gobiernos, municipios, ciudadanos, organizaciones y empresas que quieran sumarse a apagar la luz durante 60 minutos, ya sea desde sus casas, oficinas, edificios, o monumentos emblemáticos. A su vez, llevan a cabo un evento central, en diferentes lugares cada año, al que también pueden asistir y acompañarlos. Desde hace tres años, convocan a la comunidad a participar de la Carrera por La Hora del Planeta, una carrera urbana que en la última edición se realizó en modalidad nocturna y fue la primera libre de plásticos de un solo uso, con el fin de generar el menor impacto posible y disminuir el uso de botellitas de plástico para la hidratación.

La Hora del Planeta se realiza anualmente el último sábado del mes de marzo, y fue creciendo llegando en su última edición a realizarse en más de 190 países en todo el mundo, a través del trabajo conjunto con los gobiernos, el sector privado, los ciudadanos y las organizaciones que forman parte.

Con la disminución de la biodiversidad mundial a un ritmo alarmante y sin precedentes, alcanzando el punto de un millón de especies amenazadas de extinción y el planeta al borde de un calentamiento global fuera de control, “es cada vez más importante crear conciencia acerca de que la naturaleza es la base fundamental para un planeta saludable y una solución inmediata, poderosa y rentable frente al desastre climático. Es necesario lograr compromisos internacionales que detengan y reviertan la pérdida de la naturaleza, que nos afecta a todos”, manifiesta Font.

Algunas de sus luchas

En la última década, La Hora del Planeta ha inspirado la participación mundial en iniciativas críticas para la naturaleza, el clima y el medio ambiente, ayudando a generar conciencia y, a su vez, acción y cambios de políticas. Entre sus aspectos más destacados, el movimiento apoyó la creación, en su edición 2013, del área marina protegida Namuncurá-Banco Burdwood I de 3,5 millones de hectáreas en Argentina, la definición de un bosque de la Hora del Planeta de 2.700 hectáreas en Uganda y la aprobación de una nueva legislación para la protección de mares y bosques en Rusia. El año pasado, WWF Ecuador presionó por una ley que prohíba el uso de bolsas de plástico, otros productos plásticos de un solo uso y espuma de polietileno en la capital ecuatoriana, mientras WWF Indonesia inició la siembra de 20.000 plantines de manglar en 13 ciudades.

Coronavirus: un 2020 diferente

“Ante la emergencia por la pandemia ocasionada por el COVID-19 y bajo la consigna de quedarnos en casa para cuidarnos, por primera vez en su historia La Hora del Planeta se convirtió en una experiencia 100% digital y multiplataforma. En América Latina se realizó una transmisión en simultáneo con una programación gratuita y virtual que incluyó contenidos ambientales, educativos y artistas musicales que se sumaron para acompañar la iniciativa”, describe Font.

Tradicionalmente, durante La Hora del Planeta, las luces de monumentos, edificios municipales, oficinas y hogares se apagaban por 60 minutos para demostrar el compromiso con el cuidado del planeta. Muchas personas se reunían en plazas o espacios públicos, y participaban de actividades especialmente planificadas para conmemorar esta fecha. Pero a diferencia de años anteriores, la Hora del Planeta 2020 ofreció eventos digitales para movilizar a millones de personas virtualmente y desde sus casas, siguiendo el espíritu colaborativo y comprometido de esta campaña ambiental global.

En medio de la crisis de salud mundial debido al Covid-19, “la Hora del Planeta necesitaba redefinirse y convocar a las comunidades globales a participar de manera virtual, para seguir trabajando por un planeta vivo, pero, esta vez, desde las casas”. “Esto nos permitió continuar con el fin de garantizar la seguridad pública y mostrar solidaridad ante la situación que atraviesa el mundo”, resalta el director de Comunicación de la fundación. 

Los resultados fueron más que positivos: 190 países y territorios participaron personas apagando la luz desde sus casas y a través de las redes sociales; el evento generó más de 3.000 millones de impresiones en las redes sociales a nivel mundial; sus hashtags relacionados se ubicaron en 37 países en las búsquedas de Twitter y Google; y América Latina reunió a 14 países en una transmisión en vivo en línea de cuatro horas en toda la región con artistas populares, YouTubers y celebridades que fue vista por más de 100.000 personas.

Cómo participa el Banco Santander de La Hora del Planeta:

Desde 2001, el banco ha estado midiendo su huella ambiental, cuantificando el consumo de energía, los residuos y las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, año tras año, el Banco Santander se suma a La Hora del Planeta, en todo el mundo.

En la campaña que se llevó a cabo en 2019, cuando el mundo todavía se movía normalmente y no había sido afectado por el coronavirus, el Grupo apagó las luces de sus sedes principales en todos los países donde opera. En total fueron más más de 60 edificios repartidos por Argentina, España, Brasil, Reino Unido, México, Estados Unidos, Portugal, Alemania, Polonia y Chile. Este año, por cuestiones lógicas, sólo algunos países pudieron participar.

Vale recordar que el Grupo Santander reafirmó su compromiso con el medio ambiente y continúa estableciendo objetivos más ambiciosos que ayudarán a reducir en un mediano plazo el consumo de energía, la generación de residuos y emisiones en su actividad de negocio. Por eso, implementó un nuevo plan de eficiencia energética y sostenibilidad para el período 2019-2021.

En un comunicado que publicó hace un tiempo, Santander remarcó que: “Medir, gestionar y reducir su impacto ambiental es un requisito esencial, no solo para cumplir con los requerimientos legales, sino para obtener la confianza de sus grupos de interés y llevar a cabo un crecimiento que financie energías renovables y apoye el desarrollo de infraestructuras inteligentes; así como nuevas tecnologías agrarias y productivas más eficientes y sostenibles. De esta forma, el banco contribuirá a alcanzar una economía baja en carbón”.

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