Los canales de Venecia amanecieron un día con aguas cristalinas; el Riachuelo de Buenos Aires mostró algunos peces por primera vez en estos tiempos; los chinos alcanzaron a ver el cielo de Beijing; y la contaminación se hizo a un lado para que el Himalaya se pueda lucir. Todos estos cambios se dieron mientras transitamos la cuarentena por la pandemia de coronavirus.
Es que las circunstancias generaron que los niveles de producción y de consumo sufran una baja significativa en todo el mundo, lo que resultó en menores efectos para el planeta.
“Lo que demuestra esta situación es que cualquier episodio sea el coronavirus o la crisis financiera de 2008, que frena de golpe la actividad industrial o la reduce sustantivamente y provoca una disminución en la producción, tanto de bienes como de energía, tiene rápidamente una respuesta positiva de parte del ambiente que lo que hace es mostrar una capacidad de regeneración que tiene. O por lo menos todavía tiene”, explica a POST el biólogo y presidente de la Fundación Ambiente y Medio, Sergio Federovisky.

Imágenes satelitales de la NASA en China que muestran reducción de la contaminación.
En su visión, estas reacciones positivas de la naturaleza no deberían sorprendernos. “Lo que debería sorprendernos es que eso no pase regularmente. El problema es que nos acostumbramos tanto a que producir y consumir es sinónimo de contaminación que cuando algo nos impone una reducción en esa producción y en ese consumo, nos damos cuenta de que la naturaleza vuelve por lo propio, vuelve por lo que es de ella”, continúa.
Mucho se habla de qué va a suceder con la vida cotidiana cuando se termine la pandemia: si tendremos igual contacto físico, si las medidas de prevención y de higiene continuarán y si sentiremos más empatía entre todos que antes de esta crisis. Lo cierto es que, de acuerdo a lo que sostiene el biólogo, “tenemos que volver siendo mejores en materia ética respecto de la naturaleza”.
De hecho, el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, planteó: “El mundo necesita demostrar la misma unidad y compromiso con la acción climática y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que para contener la pandemia de coronavirus. El fracaso en la mitigación del cambio climático podría conducir a mayores pérdidas tanto de vidas como económicas durante las próximas décadas”.
En ese sentido, la OMM advirtió que la reducción de las emisiones como resultado de la crisis económica provocada por el coronavirus, no son sustituto de acciones contra el cambio climático.
El estado, un actor fundamental
Pero, ¿cómo se logra mayor concientización en relación al medio ambiente de un momento a otro? Federovisky plantea que los estados tienen una responsabilidad “inalienable”, ya que deben fijar políticas para responder a la demanda que propone la consciencia ambiental.
El coronavirus nos ha dado la posibilidad de revisar el cambio climático y la crisis ecológica y de poner en marcha políticas que, de acuerdo con el experto, estamos descubriendo en estos días que pueden coexistir con un nivel de vida razonable de la población.
Por ejemplo, plantea que en estos días quedó expuesta una clara posibilidad de que la pata administrativa del estado funcione con teletrabajo, lo que disminuye la huella de carbono en las ciudades con los principales centros de administración estatal.
Esta panorámica de la bahía de Cartagena por estos días me da mucha paz. pic.twitter.com/W4QhFcV6C0
— Kathy Lambis Ricardo (@KathyLambis) March 22, 2020
“El Estado debería estar pensando hoy cómo esa realidad que hoy impone el coronavirus en materia de teletrabajo puede convertirse mucho más masivamente que lo que era antes, en un modo de actividad permanente de la administración pública”, analiza.
A su vez, advierte sobre lo que sucedió después de la crisis de 2008, cuando se habló que de que el capitalismo se había frenado y comenzaba entonces una nueva era con menor contaminación y menor consumo. “Y claramente no ocurrió eso, sino que lo que se produjo fue un efecto rebote”, dice.
Por eso, es importante no solo que admiremos los increíbles cambios que se dieron en la naturaleza en las últimas semanas o meses, sino que también reaccionemos ante el problema de contaminación y de destrucción del planeta que existe ya hace tiempo.
“Tenemos que volver siendo mejores en materia ética respecto de la naturaleza”.
– Sergio Federovisky acerca de la pandemia.
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