En busca de mayor equidad en el mundo IT, cada vez nacen más iniciativas y propuestas que fomentan a la mujer en ámbitos tecnológicos. Cuáles son los mayores obstáculos y los desafíos para el futuro.
Crece, mejora, pero todavía queda mucho por hacer. La inserción e igualdad de la mujer en el sector IT (Tecnología de la Información) de las organizaciones es todavía un punto pendiente, confirman los expertos. Sin embargo, organizaciones como ‘Chicas en Tecnología’ o Ada ITW están trabajando en revertir esa tendencia. Y, de a poco, lo están logrando: en los últimos años, se duplicó la cantidad de mujeres trabajando en el sector tecnológico y hoy representan 30% de la nómina, dice el Observatorio de la Industria del Software y Servicios Informáticos.
Pero queda mucho por hacer. De acuerdo con investigaciones de ‘Chicas en Tecnología’ (CET), una organización civil que trabaja para reducir la brecha de género en el área, en el sistema universitario CTIM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática) de la Argentina, tanto público como privado, sólo el 33% de la estudiantina es de género femenino. Y, mientras que 6 de cada 100 personas inscriptas en la universidad corresponden a carreras relacionadas con Informática, sólo 1 de esas 6 personas es mujer.
“Esto no quiere decir que los esfuerzos realizados en los últimos años hayan sido en vano; al contrario, se han creado muchas iniciativas, organizaciones y se ha dado mucha más visibilidad a toda la temática; pero aún tenemos un largo camino por recorrer de parte de todos”, comparte con POST Celeste Medina, cofundadora de Ada ITW, una organización social sin fines de lucro cuya misión, justamente, es reducir la brecha de género en tecnología. Con ‘todos’ se refiere al impulso de la sociedad civil, organizaciones, sector privado y también el Gobierno.
Uno de los desafíos más importantes es entre las chicas más jóvenes. Es que el interés decrece de manera significativa en las jóvenes de entre 11 y 14 años cuya intención de formarse en carreras vinculadas a la tecnología es de apenas un 10%, de acuerdo a los datos de la investigación “Conectadas con el futuro”, realizada por también por CET.
Por qué cuesta tanto
A la hora de referirse a los mayores obstáculos que impiden o limita la llegada de la mujer al universo IT, Florencia Boero, coordinadora de Comunicación y Prensa de Chicas en Tecnología, afirman que hoy las mujeres se encuentran “con barreras de acceso como ambientes masculinizados, prácticas rígidas que no permiten el equilibrio entre la vida personal y profesional, diferencia en la valoración de las capacidades técnicas”.
Por otra parte, vinculado al desinterés de las más jóvenes, desde Ada ITW comparten que otros de los impedimentos son los “prejuicios educativos donde se afirma, por ejemplo, que ‘la matemática y la ciencia son para varones y las artes y humanidades para las niñas’ o ‘los niños son mejor en mecánica y cálculos que las niñas’ o cualquier diferencia que deseen hacer entre las habilidades intelectuales de un género y el otro”.
Sumado a esto, Boero agrega que existen otras barreras socioculturales y estereotipos de género que enfrentan las mujeres en el ambiente tecnológico. Para la coordinadora, dos de las principales causas de la brecha de género en tecnología son, también, “la falta de modelos de rol visibles y de contar con comunidades de apoyo”.
Propuestas que integran
En busca de saltar estos prejuicios es que surgen iniciativas, proyectos y movimientos que proponen alternativas para acortar la brecha. Desde Chicas en Tecnología, por ejemplo, trabajan de manera sistémica con el ámbito educativo, emprendedor, tecnológico, sector público y privado para generar un cambio sostenible. A través de sus iniciativas y programas libres y gratuitos llegaron a 64.000 personas y adolescentes mujeres de la región que participaron de sus programas y crearon más de 700 soluciones tecnológicas con impacto social. A su vez, en sus programas, invitan a mujeres que trabajan en empresas de tecnología en Argentina para que compartan sus experiencias con las participantes.
Por otro lado, desde Ada ITW, ofrece capacitaciones online intensivas en programación Frontend y Backend en conjunto con workshops de metodologías ágiles y habilidades blandas. Al finalizar el proceso, ofrecen apoyo y mentoría para la búsqueda del primer empleo en tecnología. Actualmente poseen 233 alumnas activas y más de 700 egresadas como programadoras Jrs., con diferentes experiencias, profesiones, culturas, creencias y objetivos.
Así como estas iniciativas, las empresas también pueden, desde su lugar, aportar a la causa. Más allá de la inserción del personal femenino, existen otras maneras. Para Boero, por ejemplo, a través de “la eliminación de estereotipos de género (no asignar roles según el género), de la equidad salarial, de la participación de mujeres en puestos de liderazgo y toma de decisiones, de la creación de equipos de trabajo diversos e inclusivos donde las minorías estén representadas”.
Por otra parte, Medina comparte que una manera “sencilla y low-cost” que pueden aplicar es hablar sobre el tema: “Uno no puede aspirar o conocer algo que no ve o no le es cercano. Cuando hablamos de referentes en la industria, es muy común que te vengan nombres de hombres a la mente, ¿pero sabes realmente todas las mujeres que han realizado grandes aportes a la ciencia y la tecnología? Las empresas pueden promover estos espacios de conversación, pueden reconocer a sus mujeres y muchas otras; y así, pueden inspirar a las futuras generaciones a formar parte de esta gran industria”, comparte a POST.
Desde adentro
En busca de una experiencia puertas adentro, POST entrevistó a Silvina Montemartini, líder del área de RPA (Robotics Process Automation) de Santander Tecnología que revela su desarrollo dentro de la compañía. Montemartini inició su carrera universitaria estudiando, a la vez, ‘Computador Científico’ y ‘Analista Universitario en Sistemas’ hasta que, después de un año, se decidió por la segunda en Ingeniería en la UBA. Luego culminaría sus estudios en la Universidad de Morón.
Tras más de 20 años de experiencia en distintos sectores, Montemartini arribó a Santander. Su pasión por la automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés) la incentivó a insertarse en el sector. ¿Qué la motivó desempeñarse en tecnología en la entidad? “Trabajar para resolver los puntos de dolor que mejoran las experiencias de los clientes internos y externos. El proyecto de RPA llegó como una tarea más. Inmediatamente me apasionó, conecté con esta tecnología disruptiva que me llena de ideas en la que se puede emplear a los robots para realizar tareas repetitivas, estructuradas, basadas en reglas y empoderar a nuestros equipos a desarrollar su talento e innovación”, detalla a POST.
Desde su rol como mujer, la líder del área de RPA confiesa que se siente “en casa” y comparte que lidera “un equipo con pasión, simple y sencillo, puedo hacer y proponer, escucho, motivo, respeto, impulso al equipo y creo espacios de formación para nivelar conocimientos, para formar a los futuros líderes”. Bajo esta línea, desde su lugar, impulsa “la transformación cultural para la nueva generación que está iniciando porque ellas, serán las que lideren mañana”.
Cómo cierre, con su experiencia de más de 27 años en el sector, Montemartini deja su reflexión sobre las mujeres y el universo tecnológico:
“Hoy se ha realizado un gran camino para sumar mujeres a Tecnología, empoderar sus habilidades para generar espacios de Networking permitiendo conocer grandes emprendimientos. Mujeres mentoras, apasionadas y protagonistas en todas las áreas tecnológicas, que pueden trabajar en equipos, cubriendo roles de devops, fullstack, funcionales, liderando equipos y ocupando cualquier oportunidad laboral que se presente. La revolución social ha cambiado la posición de la Mujer, la crianza de los hijos, las tareas domésticas y su formación profesional están igualadas, y nuestra mirada está en promover esta igualdad en todos los ámbitos”.
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