Lo que comemos y practicamos tiene injerencia sobre nuestra salud física y mental. ¿Qué riesgos corremos al hacer un aislamiento sedentario? La mirada de la ciencia.
Que el alimento sea tu medicina y tu medicina sea tu alimento. El célebre aforismo escudriñado por Hipócrates bien aplica a los tiempos que se viven. La importancia de mantener una buena alimentación durante la cuarentena es algo que recomiendan todos los médicos y psicólogos. Y, por supuesto, acompañar estos hábitos con una dosis diaria de ejercicio.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) ponderan el hecho de realizar actividad física en este contexto de encierro. En este sentido, la entidad afirma que “el comportamiento sedentario y los bajos niveles de actividad física pueden tener efectos negativos en la salud, el bienestar y la calidad de vida”. De esta manera –complementan- “la actividad física y las técnicas de relajación pueden ser herramientas útiles para ayudar a mantener la calma y seguir protegiendo la salud durante este tiempo”.
¿Cómo repercute el ejercicio físico en nuestro cerebro?
Javier Palazzi, psicólogo experto en trastornos de ansiedad y humor, explica que comer bien, y no por “hambre emocional” es clave para un bienestar físico y psicológico. “Lo mismo sucede con la actividad física: desde hace muchos años se sabe que la actividad física nivela los niveles de cortisol, ayudándonos a regular el estrés y la ansiedad. Por otro lado, nos ayuda a liberar dopamina y serotonina, que nos hacen sentir bien. Incluso –enfatiza- nos ayuda con algo muy importante: el consumo de energía. Esto nos va a permitir un mejor descanso”, afirma el especialista en diálogo con POST.
La OMS recomienda 150 minutos de actividad física moderada por semana o 75 minutos en el caso de que la intensidad sea más elevada. Los ejercicios –explica- se pueden realizar sin necesidad de tener un equipo especial e incluso en espacios limitados. Palazzi advierte sobre el riesgo de “dejarse estar” durante el período de aislamiento. No cuidarse con las comidas ni hacer ejercicio no solo traen consecuencias en el físico, también repercuten en la salud mental.
“El dejarse estar puede generar que los niveles de dopamina bajen -debido a la falta de actividad física y de actividades que generen placer en general- lo cual hace que la persona sea más propensa a experimentar depresión. Finalmente, puede suceder que los niveles de estrés y ansiedad se eleven hasta cierto punto en el cual la persona pueda ser diagnosticada con Trastorno de Ansiedad Generalizada, es decir, una ansiedad que pasa de producirse solo en la cuarentena a generarse en cualquier actividad diaria, luego de terminada la cuarentena; “un trastorno que, tal vez, antes no tenía”, subraya el psicólogo.
¿Cómo alimentarse durante la cuarentena?
Antonella Calvo, licenciada en Nutrición, recomienda aprovechar la cuarentena para cumplir con todos los consejos que dan los nutricionistas durante el año y que, por cuestiones de la rutina, se torna complicado cumplirlos. Por eso, agrega, “podemos probar alimentos nuevos, sus formas de preparación, cocinar en familia y hacer las cuatro comidas: desayuno, almuerzo, merienda y cena”.
La especialista hace hincapié en evitar el consumo excesivo de “carbograsas”: los amasados, panificados y alimentos industrializados (snacks, papas fritas, galletitas saladas o dulces). A su vez, sugiere evitar el consumo de gaseosas con azúcar, bebidas saborizadas azucaradas y alcohol. “Lamentablemente, en la mayoría, el gasto calórico está reducido. Por ende, tenemos que disminuir el ingreso de algunas comidas pero no volvernos locos con el tema, eso no hace bien tampoco”, aclara.
En diálogo con POST, la doctora aconseja incorporar vitaminas y minerales como forma de evitar que se debilite el sistema inmunológico. Además, explica:“La inclusión de probióticos en la dieta mejoran la flora intestinal. La incorporación de frutas y verduras, en sus diferentes colores y diariamente, aseguran el aporte de vitaminas y minerales que necesitamos como recomendación diaria”.
Paralelamente, Calvo señala que es importante evitar dietas muy hipocalóricas que puedan ofrecer un déficit proteico. “Hay que descansar bien, alimentarse variado, completo y saludable. Sin descartar que para nosotros el alimento en sí tiene una connotación social y cultural y no está mal, cada tanto, darnos un ‘permitido’ comiendo cosas ricas que quizás no son las más saludables”, expresa la nutricionista.
Por su parte, Palazzi resalta el hecho de mantener una rutina lo más estricta posible, como si la cuarentena no existiera. También aplica a la hora de las comidas. “Cuando me levanto, no me dejo el pijama puesto; me cambio como si fuera a salir. Esto nos ayuda a mantener un sentido de continuidad para el día de mañana y evita que se produzca la ‘desrealización’ (que se ve en los ataques de pánico). Esta ‘desrealización’ significa que el mundo se siente. La rutina ayuda a que eso no suceda”, concluye el psicólogo.
“Hay que descansar bien, alimentarse variado, completo y saludable.”
– Antonella Calvo acerca la cuarentena.
1 comentario
Interesante y muy cierto