10 claves para desconectar del trabajo y las redes en vacaciones

Por Equipo Santander Post | 26-04-2025 | 11 min de lectura

Las notificaciones constantes, los correos sin responder y la presión por estar siempre disponible hacen que muchas personas no logren realmente desconectar en sus días de descanso. Pero, ¿cómo afecta esto al rendimiento y la satisfacción laboral? 

Desconectar del trabajo y la tecnología durante las vacaciones se convirtió en un desafío cada vez más complejo. La hiperconectividad y la inmediatez dominan la vida cotidiana, y la cultura de la disponibilidad permanente, impulsada por la presión laboral y la necesidad de estar siempre accesible, impide que muchas personas logren un descanso real. Como resultado, el bienestar físico y emocional se ven afectados. 

Aunque el tiempo de descanso debería ser una oportunidad para recargar energías, la ansiedad por revisar correos, contestar mensajes o mantenerse actualizado en redes sociales genera el efecto contrario, manteniendo la mente en estado de alerta constante. Sin embargo, la desconexión no solo es posible, sino necesaria. Aplicar estrategias efectivas puede marcar la diferencia entre unas vacaciones verdaderamente reparadoras y un simple cambio de escenario con el trabajo aún presente. 

El desafío de la hiperconectividad en vacaciones

Para muchas personas, las vacaciones no significan un descanso real debido a la necesidad de estar siempre disponibles. Luis Berdiña Richards, experto en neurocomunicación y bienestar organizacional, explica que el cerebro humano está diseñado para mantenerse en alerta, generando una dependencia de las notificaciones y la conexión digital. Además, en muchas empresas, estar siempre disponible se asocia con compromiso y productividad, pero para la persona puede generar sentimientos de culpa al intentar desconectarse. 

Por su parte, Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay, destaca que la falta de desconexión laboral puede afectar la productividad y la salud mental a largo plazo. El estrés acumulado y la falta de descanso pueden disminuir la creatividad y la capacidad de resolución de problemas. 

10 formas de desconectar del trabajo y las redes en vacaciones

  1. Planificar con anticipación

Organizar el trabajo antes de salir de vacaciones permite reducir la ansiedad y evitar interrupciones innecesarias. Delegar responsabilidades, establecer protocolos claros y dejar instrucciones detalladas facilita la continuidad de las tareas sin necesidad de estar pendiente. Un cierre ordenado de pendientes evita la tentación de revisar correos o atender llamadas que podrían haberse prevenido. 

Según la especialista en bienestar laboral, Berdiña Richards, la clave está en anticiparse: “Si dejas todo preparado antes de irte, la posibilidad de que te busquen por una urgencia disminuye. Una buena planificación es la diferencia entre desconectar de verdad o seguir atado al trabajo desde la distancia”. 

  1. Establecer límites claros

Definir horarios específicos para revisar correos o mensajes —si es absolutamente necesario— ayuda a evitar la hiperconectividad. Si no se establecen límites desde el inicio, la línea entre el descanso y las obligaciones laborales se vuelve difusa, lo que impide una verdadera desconexión. 

Richards recomienda comunicar estos límites con claridad: “Anunciar a colegas y clientes que estarás completamente desconectado o disponible solo en horarios puntuales es clave para evitar interrupciones innecesarias. Si ellos saben qué esperar, respetarán tu descanso”. Esto también refuerza la idea de que las vacaciones son un derecho y no un lujo. 

  1. Desactivar notificaciones

Las notificaciones constantes generan microestrés y dificultan el descanso. Cada vibración, sonido o alerta visual activa la necesidad de revisar el dispositivo, interrumpiendo momentos de relajación. Aunque muchas personas creen que pueden ignorarlas, la realidad es que el solo hecho de verlas genera ansiedad y distracción. 

Una solución efectiva es silenciar aplicaciones no esenciales o directamente desactivar alertas innecesarias. Richards sugiere: “Eliminar las notificaciones de correo y redes sociales durante las vacaciones reduce la tentación de revisarlas. No es necesario saber todo en tiempo real”. Así, la mente se libera de la urgencia digital y se enfoca en disfrutar el presente. 

  1. Crear barreras digitales

Además de desactivar notificaciones, existen estrategias adicionales para evitar el contacto constante con el trabajo. Configurar respuestas automáticas en el correo electrónico indicando que no se responderán mensajes hasta la vuelta es una manera sencilla de gestionar expectativas. También se pueden redirigir consultas urgentes a un colega designado. 

Otro método es utilizar la función de “modo no molestar” en el celular y permitir solo llamadas de contactos seleccionados. Esto reduce la necesidad de revisar dispositivos constantemente y disminuye la ansiedad de estar pendiente de cualquier comunicación laboral. 

  1. Cambiar de entorno

Si es posible, viajar o cambiar de escenario facilita la desconexión. Estar en un lugar distinto ayuda a romper con las rutinas que nos vinculan al trabajo y nos obliga a adoptar nuevos hábitos más relajados. El simple hecho de estar en un ambiente diferente genera un cambio de mentalidad que favorece el descanso. 

Sin embargo, no siempre es necesario salir de la ciudad para lograrlo. Modificar rutinas diarias, visitar nuevos lugares o realizar actividades diferentes en el entorno cercano también puede ayudar. Según Ávila, “el descanso no depende del destino, sino de la actitud con la que enfrentamos las vacaciones. Si seguimos conectados mentalmente al trabajo, da igual dónde estemos”. 

  1. Elegir actividades alternativas

El cerebro siempre estará conectado a algo, por lo que elegir conscientemente en qué enfocarse es clave para una desconexión real. Optar por actividades que generen bienestar, como leer, practicar mindfulness, hacer ejercicio o simplemente disfrutar de la naturaleza, permite reemplazar el tiempo frente a la pantalla por experiencias más enriquecedoras. 

No se trata solo de evitar el celular, sino de encontrar opciones que resulten atractivas y satisfactorias. “Cuando el ocio es realmente placentero, la necesidad de estar pendiente del teléfono se reduce automáticamente”, comenta Ávila a Post. Explorar nuevos pasatiempos o redescubrir viejas aficiones puede ser la clave para desconectar del trabajo sin sentir ansiedad por la ausencia digital. 

  1. Reducir el uso del celular gradualmente

La dependencia digital es un hábito que no se rompe de un día para otro. Disminuir el uso del celular antes de salir de vacaciones facilita la transición hacia una desconexión efectiva. Una forma sencilla de hacerlo es establecer momentos específicos del día en los que no se utilizará el teléfono, como durante las comidas o antes de dormir. 

Según Richards, esta estrategia ayuda a evitar el síndrome de abstinencia digital: “Si pasamos de estar conectados todo el tiempo a intentar desconectar de golpe, probablemente fracasemos. Reducir el uso del celular de manera progresiva nos prepara mejor para una desconexión real”. La clave está en aprender a tolerar el silencio digital sin sentir la urgencia de revisar constantemente el dispositivo. 

  1. Practicar técnicas de relajación

El estrés de la hiperconectividad no desaparece automáticamente al apagar el teléfono. Muchas personas experimentan ansiedad al intentar desconectarse, ya que sienten que están “perdiendo el control” sobre su entorno laboral. Para combatir esta sensación, técnicas como el mindfulness, la meditación o el focusing pueden ser herramientas útiles. 

“Aprender a estar presente sin necesidad de validación digital es un proceso que requiere práctica”, explica Ávila. Respiraciones profundas, estiramientos y momentos de introspección ayudan a reenfocar la mente y a reducir la ansiedad por la conexión constante. Cuanto más se entrene la capacidad de estar en el aquí y ahora, más sencillo será disfrutar del descanso sin distracciones. 

  1. Reprogramar la mente

La sensación de culpa por no estar disponible es uno de los principales obstáculos para una desconexión efectiva. Muchas personas creen que si no responden inmediatamente, están fallando en su rol profesional. Sin embargo, se debe cambiar esta percepción y entender que el descanso no solo es legítimo, sino necesario para un mejor desempeño a largo plazo. 

Ávila enfatiza la importancia de normalizar la desconexión: “No estar disponible no es sinónimo de irresponsabilidad. Es un derecho y una necesidad. Las empresas deben aprender a respetar los tiempos de descanso, y los empleados deben perder el miedo a ejercer ese derecho”.  

  1. Seguir hábitos saludables

El bienestar físico y mental están estrechamente relacionados. Dormir bien, mantener una alimentación equilibrada y realizar ejercicio contribuyen a mejorar la calidad del descanso y a reducir la necesidad de estar hiperconectado. Cuando el cuerpo está en equilibrio, la mente se vuelve menos propensa a la distracción digital. 

Richards explicó a Post que, la desconexión no es solo tecnológica, sino integral: “Si el cuerpo está agotado o mal alimentado, la mente buscará estímulos rápidos, como las redes sociales, para mantenerse alerta. Un estilo de vida saludable ayuda a que la desconexión digital sea más fácil y natural”. Priorizar el autocuidado y la recuperación física refuerza el descanso en todos los niveles, permitiendo regresar al trabajo con mayor energía y claridad. 

El impacto positivo de la desconexión

Tomarse vacaciones de manera efectiva mejora el bienestar personal e influye en el desempeño laboral. Un descanso real ayuda a reducir los niveles de estrés, mejora el estado de ánimo y potencia la creatividad.  

Cuando el cuerpo y la mente se desconectan de las exigencias diarias, se genera un espacio propicio para la regeneración emocional y física, lo que se traduce a una mejor calidad de vida. La desconexión permite, además, recuperar el equilibrio entre la vida personal y profesional, evitando el agotamiento que muchas veces se acumula por la sobrecarga de responsabilidades. 

Desde un punto de vista fisiológico, diversos estudios demostraron que al menos una semana de descanso sin interrupciones permite regular los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esta disminución facilita una mayor claridad mental y una mejor toma de decisiones. Al darle al cerebro la oportunidad de descansar, se fortalece la concentración y la memoria, impactando directamente en la productividad. En este sentido, las vacaciones no deben verse como un período de inactividad, sino como una inversión en el bienestar y el rendimiento futuro. 

La responsabilidad de las empresas en la desconexión laboral

Para que la desconexión sea efectiva, es necesario que existan políticas claras que establezcan límites entre el trabajo y el tiempo libre. No contactar a los empleados fuera de horario laboral, restringir el envío de correos durante las vacaciones y evitar la expectativa de disponibilidad constante son algunas de las medidas para garantizar un verdadero descanso. Sin estas iniciativas, el tiempo libre puede verse interrumpido, dificultando la recuperación del trabajador. 

Más allá de las reglas escritas, la actitud de los líderes dentro de una empresa es determinante. Cuando los directivos priorizan su propio descanso y respetan el de sus equipos, transmiten un mensaje claro sobre la importancia de la desconexión.

Por eso, es importante fomentar un ambiente laboral saludable, ya que beneficia a los empleados e impacta positivamente en la productividad y en la retención del talento. El agotamiento y el estrés crónico afectan cada vez más a los trabajadores, las empresas que se preocupan por el bienestar de sus equipos logran una mayor satisfacción y compromiso por parte de sus empleados. 

Descansar para rendir mejor

Desconectarse del trabajo no es un capricho, sino una necesidad para mantener un equilibrio saludable entre la vida profesional y personal. Establecer estrategias efectivas para limitar la exposición a correos, mensajes o notificaciones laborales permite que el tiempo libre se aproveche realmente.

Actividades como practicar deporte, compartir momentos con la familia o simplemente dedicar tiempo al ocio son esenciales para reducir la fatiga mental. Un descanso bien aprovechado fortalece la motivación y la creatividad al regresar a las tareas laborales. 

Está comprobado que quienes logran una desconexión real vuelven al trabajo con mayor energía y capacidad de resolución de problemas. La pausa permite un cambio de perspectiva que favorece la innovación y el desarrollo de nuevas ideas. Como afirma Berdiña Richards: “O yo uso a los medios digitales o ellos me usan a mí”.  

En este sentido, tomar el control sobre el propio descanso es una decisión clave para garantizar un bienestar duradero y un desempeño laboral más sostenible. La desconexión no debe ser vista como una pérdida de tiempo, sino como una inversión en la calidad de vida y en el éxito profesional. 

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