Cada vez más sectores se unen en la lucha contra el cambio climático y buscan aminorar sus consecuencias con medidas y propuestas innovadoras. Cómo el sector ganadero es un gran protagonista.
Y llegó el turno de la ganadería. Nadie -sea del rubro que sea- se queda atrás en la lucha contra el cambio climático y van en busca de más y mejores propuestas para aportar su granito de arena para el mundo.
El sector ganadero dice presente y busca soluciones para -desde su lugar- ser protagonista del cambio. Por eso, los ganaderos comienzan a promocionar el denominado desarrollo ganadero sostenible:
“El mundo avanza cada vez más hacia alimentos que cuenten con trazabilidad, y que puedan certificar procesos que sean amigables con el ambiente y con el animal”, inicia en entrevista con POST José Jauregui, especialista en sistemas ganaderos sustentables. Bajo esta línea, agrega que muchos productores ganaderos argentinos “vienen dando pasos en esta línea, trabajando fuertemente en lograr alimentos con trazabilidad (para que el consumidor sepa de dónde vino ese trozo de carne y cómo se produjo) y en bajar la “huella ambiental” de sus sistemas productivos”.
Esta nueva actitud de los profesionales del campo está acompañada por numerosos motivos que, en los últimos años, reflejan cómo el sector ganadero local y regional ha comenzado a tomar mayor conciencia del impacto ambiental de la actividad. “Se han realizado cada vez más estudios y evaluaciones científicas sobre este impacto en sistemas productivos reales y se han alcanzado resultados muy interesantes que muestran el potencial que tiene la ganadería para mitigar el cambio climático”, explica Jauregui.
Sumada a las nuevas innovaciones, esta nueva consciencia viene acompañada también por un creciente ecosistema de empresas que ofrecen diferentes tipos de certificaciones para los sistemas ganaderos. “Un gran ejemplo de esto es nuestro vecino Uruguay, que ya ha logrado los primeros embarques de carne ‘carbono neutro’”, menciona.
Otro factor, agrega el especialista, son las nuevas generaciones que, tomando el control de los campos de sus padres o abuelos, “traen un aire nuevo y una mayor conciencia ambiental”. Quienes somos parte del sector comienzan también a comunicar más y mejor y se ocupan de “optimizar todos los procesos ligados a lo ambiental y al bienestar animal”.
La innovación sustentable
Esta nueva mirada y revolución ganadera trae consigo acciones fundamentales en su sistema de producción. La base se encuentra en el sueño, un enorme reservorio de carbono. “Esto es importante porque, según estimaciones, los suelos de la región pampeana argentina están hoy al 50% de su capacidad de captura, lo cual indica que existe un enorme potencial de captura en ellos. Este potencial es mayor en suelos que presentan algún nivel de degradación”, explica en detalle Jauregui.
Por eso, si se quiere maximizar la captura de carbono de los sistemas ganaderos, se debe apuntar a incrementar la producción de los recursos perennes (pastizales y pasturas). Cuanto mayor es esta productividad, mayor la captura de CO2. A esto, se incluye el rol de las vacas (los rumiantes en general) que, en interacción con esos recursos de alta producción, potencian la captura de CO2 ya que el pastoreo estimula el crecimiento de las plantas.
Para lograr (y potenciar) esta actividad, aparece el rol de las empresas especialistas en el tema (y no) que buscan proponer su solución y buscar alianzas para difundir la práctica. Un caso puede ser el de Gentos que, por ejemplo, basan su trabajo en dos ejes fundamentales: la genética de alta calidad en pasturas y la extensión de buenas prácticas de manejo con su Escuela de Pastores y otras iniciativas de capacitación.
Sumado a ellos, está el rol de Santander Agronegocios que -junto a la marca- poseen financiación con tarjeta de crédito para clientes agro, para la compra de semillas que -acompañadas de un manejo sustentable y eficiente del suelo- pueden cambiar un suelo degradado en una pastura de alto impacto.
Por otro lado, Santander acompaña a Gentos para que brinden capacitaciones presenciales en las localidades de Maipú y Saladillo (Provincia de Buenos Aires) a pastores/peones que trabajan en los campos y capacitaciones online a dueños/administradores de campos, para enseñarles a manejar las pasturas de manera sustentable y productiva.
Otros caminos sostenibles
Existen otras vías que promueven esa maximización de la captura de carbono. En este sentido, Jauregui menciona la inclusión de especies leguminosas. “Cuanta más proporción de especies leguminosas podamos tener en nuestras praderas, menor será la necesidad de utilizar fertilizantes nitrogenados y mayor la producción de biomasa total (más captura de CO2)”, detalla.
Prescindir del uso de fertilizantes nitrogenados -afirma- permite también reducir la emisión de óxido nitroso (N2O), un gas 300 veces más potente que el CO2 en su potencial de calentamiento. Además, la inclusión de leguminosas permite mejorar la calidad y la cantidad de forraje producido, reduciendo así las emisiones derivadas de la digestión del rumiante y aumentando la captura de carbono.
La capacitación es fundamental y más cuando se trata de mejorar el uso del pasto. En este caso, el experto comparte que todas las prácticas de manejo que apunten a esta optimización son esenciales para minimizar emisiones. “Aprovechar el pasto en el momento óptimo puede incrementar más de un 25% la digestibilidad respecto a hacerlo más tarde. Para ello es esencial capacitar al personal de campo a fin de que pueda actuar rápidamente e ingrese a pastorear los lotes en tiempo y forma”, comparte.
Cómo cierre, el experto señala tres caminos para concientizar y fomentar para que más ganaderos contribuyan con el medio ambiente:
1) La expansión de conocimientos: “Es fundamental la comunicación y extensión del conocimiento. Muchos ganaderos hoy tienen una oportunidad enorme de mejora, pero no la pueden identificar porque no están asesorados adecuadamente”.
2) Las reglas claras: “Es vital que el sector pueda disponer de reglas de mediano y largo plazo. No olvidemos que ese novillo que llega a la faena comenzó a gestarse en el vientre de su madre hace más de 1.000 días. Tener previsibilidad es fundamental para el desarrollo de una actividad como la ganadería”.
3) Los beneficios: “El productor ganadero tiene que poder encontrar beneficios económicos y/o fiscales que lo animen a asumir estos nuevos desafíos y a invertir en las mejoras necesarias para ser cada vez más sustentables”.
De esta manera, la ganadería no quiere quedarse atrás y busca ocupar también un rol clave en la búsqueda de un mundo más sostenible.
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