En el marco del ‘Día Mundial del Sida’, Fundación Huésped revela cómo aumentar la prevención y concientización sobre la enfermedad. Por qué es clave revisar tabúes, difundir y enseñar en el ámbito laboral sobre la temática.
“Deseo confirmar que he dado positivo en la prueba del VIH y tengo SIDA… ha llegado el momento de que mis amigos y fanáticos de todo el mundo sepan la verdad y espero que todos se unan a todos aquellos en la lucha contra esta terrible enfermedad”.
Así rezaba el comunicado (y el deseo) de Freddie Mercury, el querido vocalista de la banda británica Queen, quien, al día siguiente, daría su adiós definitivo, el 24 de noviembre de 1991, al fallecer a consecuencia de una bronconeumonía provocada por la propia enfermedad.
En ese entonces, el nombre del SIDA estaba en boga, pero había mucha incertidumbre respecto a todo lo que giraba sobre ella. El mundo todavía estaba en un proceso de conocimiento y se indagaba sobre sus primeros tratamientos. Su repercusión mundial trajo consigo también cuestionamientos, dudas y especulaciones que llevaron, en un nivel extremo, a la discriminación de aquellos que lo padecían.
“Desde sus inicios, el VIH fue una lupa de aumento de las desigualdades existentes. Ya desde ese momento, el VIH no hizo más que condenar acciones que ya se encontraban previamente condenadas como el uso de drogas, la diversidad sexual o el trabajo sexual. Así, la historia del VIH estuvo, desde sus inicios, signada por la discriminación a ciertas poblaciones y se construyó sobre el estigma hacia las personas, más que sobre las prácticas”, explica en dialogo con POST, Alejandra Cosovschi, Directora de Desarrollo Institucional de Fundación Huésped.
En Argentina, si bien las herramientas para controlar la epidemia han avanzado mucho en 40 años, aún 5000 personas se infectan por VIH/sida cada año. Desde la organización, que desde 1989 trabaja en salud pública con el objetivo de garantizar el derecho a la salud y el control de enfermedades, revelan que la discriminación continúa vigente.
Cosovschi comparte que el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre estigma y discriminación, afirma que dichas acciones discriminatorias, por el estado serológico positivo, sigue siendo “un hecho considerable en Argentina” y que las poblaciones clave son “las más estigmatizadas” y que el estigma se duplica “por la doble situación de ser seropositivo y miembro de dichas poblaciones”.
En el trabajo
Uno de los ámbitos donde se pueden observar (consciente o inconscientemente) acciones discriminatorias o se crean mitos con relación al VIH, es en el trabajo. Desde la Organización comparten cuatro creencias que suelen ocurrir en dicho dominio.
“Una, es la necesidad de implementar medidas de higiene y cuidados adicionales; otra, que un colaborador con VIH/sida va a ausentarse más y tendrá un costo mayor para el empleador. A su vez, también está la creencia que se generará una tensión entre los y las compañeros/ as de trabajo por miedo al contagio o por no saber cómo abordar la situación o, también, que las personas con VIH son más propensas a realizar juicios laborales por discriminación”, comparte su Directora de Desarrollo Institucional.
Bajo esta línea, Cosovschi deja en claro las consecuencias de mantener estas situaciones de estigma y discriminación en el trabajo. “Estas influyen negativamente tanto en el goce de los derechos como también en el desempeño laboral y en la calidad de vida de las personas en general”, específica.
Pese a estas situaciones que se pueden generar, desde la Fundación afirman que al ser uno de los espacios dónde las personas pasan gran parte del tiempo, es un lugar clave para “multiplicar mensajes de prevención y generar espacios de sensibilización destinados a promover cambios culturales”.
Incluido esto, suman cuatro fundamentos de por qué creen que los ámbitos laborales son fundamentales para erradicar los prejuicios:
1) Eliminar la discriminación por VIH y por orientación sexual e identidad de género en el interior de la empresa y otros ámbitos laborales.
2) Colaborar en la erradicación de la violencia basada en género, sensibilizando a todos sus miembros y generando políticas específicas para acompañar las situaciones adecuadamente.
3) Informar, sensibilizar y capacitar en los temas mencionados a los equipos, sus familias, la comunidad y su cadena de valor.
4) Mejorar la empleabilidad de las personas con VIH y personas trans.
Santander aprende
Conscientes del rol que ocupan las empresas en la difusión y aprendizaje sobre estos temas, Santander participó del Programa en el Ámbito Laboral (PAL) promovido por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) y la propia Fundación Huésped.
El mismo consistió en una serie de encuentros que tenían como objetivo eliminar la discriminación, revisar los mitos y tabúes en relación con el VIH/sida, a través de información actual y científica sobre las formas de transmisión, la epidemiología, los avances biomédicos y sociales, así como la legislación internacional en la materia.
Equipos de Santander participaron del encuentro y obtuvieron numerosas enseñanzas. Entre ellas, Pamela Marturet, Oficial Pyme en Modelo Online de la entidad, comparte que conoció “muchas otras enfermedades de transmisión sexual, al igual que el HIV, que incluso son hasta más frecuentes, pero que no las conocemos tanto”.
Por su parte, Juan Cruz Bosch, también Oficial Pyme en Modelo Online, cuenta a POST que aprendió sobre cómo los avances de los tratamientos en la actualidad “hacen que las personas con VIH puedan tener una vida normal y hay miles de personas que se dedican día a día a fomentar el conocimiento y la prevención”.
Tras su experiencia, ambos ejecutivos dejan un mensaje a la comunidad:
Pamela Marturet: “Anímense a informarse y hablar de HIV, para comprender que hoy es una enfermedad más, que no hay que tenerle miedo, porque si bien no tiene cura, se trata y se puede tener una vida absolutamente normal y no contagiar”.
Juan Cruz Bosch: “Venimos por el buen camino, pero nos falta mucho por recorrer. Todas las personas deberían tener este tipo de charlas, talleres y encuentros. Debemos aprender y enseñar, debemos luchar contra la discriminación y fomentar la ayuda y el bienestar de las personas con VIH. Que no sea solamente cuando nos toque de cerca”.
Con testeos recurrentes, el uso de preservativo, sin discriminación y, por último, la promoción de los derechos de las personas con VIH, el mundo tiene la llave para gritar y cantar “We Are The Champions” en la lucha contra, como dijo Freddie Mercury, esta “terrible enfermedad”.
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