Blockchain: qué es y a qué debe su popularidad

Por Equipo Santander Post | 04-06-2025 | 3 min de lectura

A la hora de operar en el mercado cripto e incluso en la implementación de contratos inteligentes, interviene la tecnología blockchain. Este es su significado y el motivo de su popularidad. 

Bitcoin, creado por el seudónimo Satoshi Nakamoto, fue el primer proyecto en proponer un sistema de contabilidad distribuida y una criptomoneda completamente descentralizada. Su innovación principal fue permitir transacciones directas entre dos partes, sin necesidad de intermediarios como bancos o entidades financieras. 

Esto fue posible gracias al uso de la criptografía y a una red descentralizada de computadoras —conocidas como nodos— que validan y registran cada operación en una cadena de bloques digital. Así, no solo se garantizaba la seguridad y transparencia de las transacciones, sino que también se sentaron las bases de lo que hoy conocemos como tecnología blockchain. 

Qué es la tecnología blockchain y por qué es tan popular

Aunque la tecnología blockchain nació junto con Bitcoin, su evolución ha ido mucho más allá. Con el tiempo, ha avanzado significativamente, dando lugar no solo a nuevas criptomonedas —como las llamadas altcoins—, sino también a aplicaciones en distintos ámbitos que requieren registros digitales confiables. 

En esencia, funciona como un libro contable descentralizado y público, donde cada operación queda asentada de manera cronológica e irreversible. Esta característica le otorga una gran utilidad en procesos que exigen transparencia y seguridad, como el registro de la propiedad, la trazabilidad de productos o la validación de identidades. 

Uno de sus desarrollos más disruptivos es el de los contratos inteligentes (smart contracts), que permiten automatizar acuerdos entre partes sin necesidad de intermediarios. Estos contratos se ejecutan de forma inmediata cuando se cumplen ciertas condiciones, haciendo que los procesos sean más eficientes, seguros y económicos. 

A partir de esta base, surgieron también los NFT (non-fungible tokens), activos digitales únicos que permiten representar, por ejemplo, derechos sobre bienes físicos o virtuales. Una compañía puede emitir un NFT que otorgue participación en un proyecto o derecho de uso sobre un producto específico, ampliando las posibilidades de inversión. 

La validación constante de las transacciones garantiza la seguridad de todo el sistema y alimenta su creciente adopción. Su valor radica en la capacidad de transformar la forma en que las personas y organizaciones intercambian valor, datos e información, eliminando barreras tradicionales y reduciendo costos. 

Si bien al principio se enfocaba principalmente en transferencias de dinero y pagos digitales, hoy su alcance se ha expandido considerablemente. Un ejemplo innovador es la tokenización de activos: empresas pueden representar bienes reales —como cosechas, inmuebles o instrumentos financieros— mediante tokens que luego son comercializados. 

Por ejemplo, una empresa agrícola podría tokenizar su producción futura de soja y vender esos derechos anticipadamente. Así, obtiene financiamiento sin ceder participación accionaria y, además, puede usar los tokens como garantía para acceder a mejores condiciones crediticias. 

Todo esto apunta a una convergencia cada vez mayor entre la blockchain y el sistema financiero tradicional. La posibilidad de integrar criptomonedas, contratos inteligentes y herramientas de inversión en un mismo entorno promete redefinir los modelos de negocio e inversión en múltiples industrias. 

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