Buenas prácticas para estar financieramente saludable en la tercera edad

Por Equipo Santander Post | 23-12-2022 | 5 min de lectura

El retiro o jubilación es una etapa de la vida esperada por muchos trabajadores. Sin embargo, su llegada puede acarrear grandes diferencias económicas que cambien el estilo o la calidad de vida que tenían durante la etapa laboral. Cómo anticiparse y lograr una transición financiera estable.

La consultora Tsunami LATAM publicó un estudio en el cual presentó a América Latina como una de las regiones más longevas del mundo. A pesar de que, actualmente, hay dos generaciones que se encuentran menos invisibilizadas en el mundo laboral y de las finanzas -que son aquellas que tienen entre 45 y 65 años y quienes tienen más de 65 años-, esta cuestión podría revertirse en las próximas décadas y generar con ello nuevas necesidades, prácticas y estrategias en temas de salud financiera. 

“Estamos teniendo avances de ciencia ficción en materia de medicina y biotecnología. Eso significa que hoy hay gente de 60, 70 y hasta 90 años con una plenitud física y cognitiva que, hasta no hace mucho tiempo, la tenían personas 20 años más jóvenes”, sostiene en diálogo con POST, el periodista, divulgador y economista Sebastián Campanario.

Según estudios publicados por el Instituto Max Planck de Alemania en la revista ‘The Lancet’, los niños que nacen hoy en países desarrollados y subdesarrollados vivirán alrededor de 100 años. “Si estas personas, tal como sucede hoy, se retiran a los 65 años, aún les queda un tercio de la vida por delante”, explica el profesional.

Así es como factores como el crecimiento demográfico, los cambios en las pirámides de natalidad y mortalidad y el desarrollo científico-tecnológico, están modificando las sociedades de la mayoría de los países y configurando dinámicas distintas en términos de calidad de vida, empleo y salud financiera en cada etapa de la vida. 

Salud financiera y tercera edad

El concepto de calidad de vida surge a partir de la identificación de algunos factores que determinan el grado de satisfacción de las personas, así como su salud física, social, emocional y financiera. De manera puntual, la calidad de vida o salud financiera es la posibilidad de las personas de poder llegar a un equilibrio entre ingresos, gastos y ahorro.

“Actualmente, y sin querer generalizar la salud financiera de los adultos mayores, Argentina está afectada por jubilaciones promedio bastante menores que la canasta básica para jubilados y también por un alto nivel inflacionario, por lo que el bienestar financiero futuro de la tercera edad está en riesgo”, explica en diálogo con POST Verónica Capurro, Directora Ejecutiva de Inmigrantes Digitales.

En Argentina, las personas ingresan al sistema jubilatorio a partir de los 60 años en el caso de las mujeres y de los 65 en el caso de los hombres. Según cifras oficiales del año 2022, hay 5.701.077 jubilados. Sin embargo, el 47% de ellos cobra el haber mínimo, que no llega a cubrir la canasta básica del adulto mayor. 

Por estas cuestiones es que resulta cada vez más necesario comprender cuáles son las buenas prácticas que se deben llevar adelante para estar saludable financieramente durante la tercera edad. 

“Si desde que la persona es joven logra realizar un presupuesto personal apartando parte de sus ingresos para ahorro e inversión y se dispone de instrumentos de inversión provistos por bancos y/o aseguradoras que les permitan en el futuro disponer de un flujo de dinero, este flujo de dinero, podría complementar las jubilaciones futuras”, aporta Capurro. 

Por otra parte, y para posibilitar el equilibrio financiero durante la vida adulta, cada persona debe comprender la diferencia entre el dinero que efectivamente dispone y aquel que se le pone a disposición mediante instrumentos de crédito (como ser tarjetas de crédito, préstamos y adelantos).  Así, estos productos, no solo implican más gastos que debe conocer, sino, pueden llevar a una situación de incrementos en las obligaciones que rompan el equilibrio mencionado anteriormente.

En el mismo sentido, Campanario aporta que es importante “tomar prácticas conservadoras de ahorro, inversión, gastos e ingresos y pensar en la posibilidad de, quizás no con la misma intensidad que a los cuarenta, pero poder tener algún tipo de ingreso a los 60, quizás mediante algún trabajo un poco más flexible”.  

Así es como existen distintas propuestas que contribuyen a que los adultos mayores vivan una vida plena durante esa etapa de la vida. Una de ellas es Inmigrantes Digitales, una ONG que promueve la inclusión digital y genera trabajo para personas, que implementa, junto a aliados como Santander Argentina, cursos gratuitos ABC digital para emprendedores. 

“Asimismo, es importante conocer los instrumentos de ahorro que se ajustan en forma similar a la inflación, como los plazos fijos precancelables ajustables por CER o algún Fondo Común de Inversión que cumpla con esas características”, añade Capurro. 

Las nuevas generaciones y los adultos mayores de las próximas décadas se encuentran ante grandes desafíos en cuanto a su salud financiera, es decir, ante la posibilidad  de llegar a la segunda mitad de la vida sin sobresaltos económicos. Para ello, será necesario adaptarse a los cambios y adicionar nuevas herramientas de ahorro, inversión y calidad de vida y sumarlas a las que hoy en día se implementan.

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