La retroalimentación es uno de los recursos más poderosos que tiene el líder de un equipo de trabajo para mejorar resultados y procesos. Cómo aprovechar al máximo todo lo que esta herramienta puede brindar.
Toda gran empresa, pyme o emprendimiento precisa una comunicación adecuada entre sus diferentes miembros para crecer en términos productivos. La posibilidad de intercambiar información, opiniones y resultados entre los equipos, es fundamental para el correcto funcionamiento de cualquier negocio.
Este intercambio, denominado feedback, es importante ya que el crecimiento del negocio sólo puede darse de la mano del crecimiento de las personas. Aunque durante mucho tiempo se asoció el feedback a una instancia de devolución de resultados, este esquema solo ha logrado que las personas puedan hacerse responsables por comportamientos pasados. Por eso, lo que en verdad la práctica del feedback debería conseguir, según el libro “Giving Effective Feedback” de Harvard Business Review Press es:
- Mostrar aprecio por un trabajo bien realizado.
- Redireccionar comportamientos no buscados.
- Contribuir al aprendizaje y crecimiento de otros.
- Motivar e inspirar hacia el futuro.
- Reforzar los lazos con los colegas.
El feedback resulta así un espacio de conversación sumamente valioso que tiene como principal objetivo el desarrollo a futuro de las personas para conseguir, a través de ello, el crecimiento económico de un negocio.
Crear y dar un feedback efectivo
Para que este recurso genere impacto en forma de resultados visibles es fundamental aplicar una serie de estrategias. En ellas se debe primar el respeto, la confianza, la correcta gestión de las emociones, el coraje emocional y el cuidado del otro.
“Hay ciertos recursos que nos pueden ayudar a lograrlo. En principio, prepararnos para lo que vamos a transmitir. No queremos decir con esto que se tiene que tratar de una conversación estructurada, sino que debemos saber qué es lo que queremos decir al momento del intercambio”, explica María Florencia Zariello, Product Owner de Desarrollo y Desempeño de Santander.
Y agrega: “Para ello hay que explicar con precisión de qué situación o contexto voy a hablar, cuál es el comportamiento en particular que quiero mencionar, -pudiendo destacar tanto los aspectos que salieron bien como aquellos a mejorar- y cuál es el impacto que tuvo ese comportamiento”.
Para evitar que cualquier devolución sea confundida con una crítica personal, es importante poder puntualizar sobre los hechos concretos que generaron incumplimientos respecto de los objetivos que se habían propuesto con anterioridad. Asimismo, es fundamental acordar en conjunto un plan de acción que sirva para capitalizar esta situación y transformarla en un aprendizaje.
El impacto del feedback
A los miembros de todos los negocios, cualquiera sea la generación a la que pertenecen, les importa sentirse valorados, empoderados y motivados en su trabajo. Una de las formas para evolucionar y aprender es la interposición de nuevos desafíos y el feedback es una gran oportunidad para generarlos.
“Es un momento para que todos puedan desarrollarse: la información es poder y ayuda a expandir el punto de vista propio. Da también la oportunidad de crear relaciones de calidad a largo plazo y, de este modo, evolucionar en los vínculos. Por último, ayuda a mejorar los resultados del equipo a partir de la puesta en acción de herramientas de comunicación, con las que podemos conocer cómo hacer mejor algunas tareas”, resalta Zariello.
El estudio “Six Ways to Fix Performance Management”, realizado por CEB Corporate Leadership Council en 2017, analizó el impacto que tuvo el feedback en diferentes empresas norteamericanas. La mayoría de ellas registró una mejora en el desempeño de sus equipos al realizar feedbacks con base en el futuro y no en el pasado. Por otra parte, el estudio concluyó que incrementar la frecuencia de estas conversaciones permitió a los managers dar feedback en el momento adecuado y ajustar expectativas.
Cómo evaluar los cambios
Siendo un acción constante dentro de los procesos de las empresas (y no una mera actividad aislada), las conversaciones de feedback deberán tener en cuenta ciertos requisitos para asegurarse de que sean efectivas.
“Es importante que en las conversaciones se establezca el compromiso a futuro que va a asumir cada uno en acciones concretas. Por ejemplo, establecer un plan de acción con fechas, objetivos, responsabilidades y entregables que se definan a partir de lo conversado”, comenta Zariello.
Al respecto, agrega que es clave formular los pedidos “en forma de acciones concretas para que el otro pueda realizarlas”. Un consejo -suma- es evitar “frases vagas, abstractas o ambiguas porque bloquean la comprensión y la comunicación”.
Por último, y para mantener siempre presente el cuidado del otro y la correcta gestión de las emociones, es fundamental agradecer el tiempo, la escucha y la energía que la otra persona invirtió en ese espacio.
De esta manera, la gratitud, se convierte en un elemento imprescindible para construir relaciones auténticas y sostenibles entre todos los involucrados.
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