El recurso natural se convierte en una pata fundamental para el desarrollo de la biodiversidad y todos sus componentes. Por qué es importante reducir su uso y claves para lograrlo.
El agua es un bien de primera necesidad al que una gran parte de la población mundial no tiene acceso en condiciones de salubridad. Revertir esta situación es compromiso de todos, pero ¿cómo hacerlo?, ¿qué nuevas rutinas permitirían un gran ahorro en el consumo de agua y contribuirían a cuidar la salud del planeta?
Más de un 70% de la Tierra es agua. Esto supone que, de los aproximadamente 500 millones de kilómetros cuadrados que tiene nuestro planeta, alrededor de 350 millones son acuáticos. La mayor parte de esta reserva proviene de océanos y mares, seguido por glaciares y casquetes polares, aguas subterráneas, lagos y ríos.
A pesar de la abundancia de este recurso natural, la proporción de agua potable solo supone el 0,025% del total. En consecuencia, se trata de un bien escaso al que, en la actualidad, en torno a 2.200 millones de personas no tienen acceso.
Por eso, recuperar agua, nutrientes, metales preciados y energía de los flujos de agua residuales son formas de aportar a este valor añadido. Según la UNESCO, de los volúmenes de aguas residuales que se producen anualmente, se pueden aprovechar alrededor de 380.000 millones de m3.
Se prevé que este tipo de aprovechamiento del agua alcance los 470.000 millones de m3 en 2030 y 574.000 millones de m3 en 2050. Además de la recuperación de nutrientes y de las ganancias económicas, hay beneficios medioambientales críticos, como la reducción de la eutrofización.
Consejos para ahorrar agua
Además de esta posibilidad, los seres humanos pueden contribuir a cambiar esta realidad día a día desde sus casas. De hecho, el avance se implanta en pequeños cambios en la rutina doméstica con diversos gestos y actos.
Un sistema de saneamiento y suministro de agua responsable y adaptado a mitigar los efectos del cambio climático empieza por la responsabilidad individual. Adoptar sencillas medidas sostenibles en la vida diaria tiene un impacto sanador en uno de los mayores problemas al que se enfrenta el mundo: la emergencia climática.
Para lograrlo, Santander.com recomienda algunas de ellas:
Reducir el tiempo de ducha: se estima que una ducha estándar dura aproximadamente 10 minutos, lo que conlleva un gasto de 200 litros de agua. Para ser sostenibles, la persona debe limitar este tiempo a la mitad, además de cerrar el grifo durante el enjabonado.
Descongelar los alimentos con antelación: es recomendable hacerlo en la heladera o a temperatura ambiente, evitando usar el agua del grifo para ello.
Apostar por electrodomésticos eficientes: su menor consumo de agua y electricidad se verá reflejado en tu factura eléctrica y en el medioambiente. En casos como el del lavavajillas, hay que esperar a que la carga esté completa y luego recién utilizarla.
Usar el inodoro de manera responsable: es importante no desechar en él objetos como toallitas no degradables. Además, es preferible que la persona elija un modelo que cuente con cisterna de doble pulsador, para emplear la cantidad justa en función de la necesidad.
Cuidar de las plantas o el jardín por la noche: con esto se evitará malgastar hasta un 30% del agua que se evaporaría si la persona lo hiciese por la mañana o por la tarde.
Usar dispositivos de ahorro de agua de la canilla: si los modelos en la casa tienen cierta antigüedad, será recomendable apoyarse en instrumentos como limitadores o interruptores de caudal. Además, hay que cerrarlos mientras no se utilice; por ejemplo, durante el cepillado de dientes. De esta manera, se ahorraría hasta 6 litros por minuto.
El agua para Santander
Un bien tan básico para la vida como el agua, constituye uno de los mayores problemas que asolan el mundo. Su uso indiscriminado y mala gestión se traduce en uno de los principales focos de contaminación global, en tanto que más del 80% de las aguas residuales consecuentes de la actividad humana se vierten a la naturaleza sin recibir ningún tratamiento. Esto contribuye a un clima extremo, causante de más del 90% de las grandes catástrofes ocurridas en la última década.
Por estos y otros motivos, la importancia del agua se ha convertido en un Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, bajo la premisa “Agua limpia y saneamiento”. Esta organización mundial asegura que, limitando a 1.5ºC por encima de niveles preindustriales el aumento del calentamiento global, la sequía producida por el clima descendería hasta un 50%.
Santander se incluye en la consecución de estas metas fundamentales para contribuir al avance de la sociedad. Para ello, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas del 22 de septiembre de 2019 firmó, junto a más de 125 entidades financieras, los principios de Banca Responsable.
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