¿Cómo dejar de procrastinar y avanzar en tus proyectos personales?

Por Equipo Santander Post | 07-02-2024 | 5 min de lectura

Cuando se trata de planes propios, muchas personas suelen procrastinar las actividades. Cómo dejar de hacerlo y entrar en acción.

A menudo, a muchas personas les cuesta ponerse metas u objetivos, avanzar, accionar y alcanzar el éxito en eso que se propusieron. En este escenario, la procrastinación juega una mala pasada haciendo que no se cumplan las tareas o actividades necesarias para concretar ese proyecto. 

La procrastinación es el acto de postergar tareas o responsabilidades importantes a pesar de conocer las consecuencias negativas que puede tener y se produce cuando evitamos realizar actividades que consideramos poco atractivas, difíciles o desagradables. POST entrevistó a expertos para saber por qué ocurre y cómo afecta personal y/o profesionalmente. 

Marina Mammoliti, psicóloga y co-founder de Psi Mammoliti, explica que la procrastinación aparece cuando evitamos una tarea importante sin una buena razón, a pesar de que sabemos muy bien que aplazarla tiene consecuencias pesadas. “Este hábito de postergar responsabilidades que nos parecen poco divertidas o difíciles, pese a que son claves para nuestros proyectos de vida, tiene un costo alto: aplazar lo importante nos aleja de la felicidad. En cierto modo, procrastinar es hacernos daño a nosotros mismos”, explica la psicóloga.

Además, evitar cumplir con nuestras tareas, tiene un impacto negativo en nuestra salud mental. Mammoliti explica que, cuando una persona procrastina todo el tiempo, es probable que tenga mayores niveles de estrés, su calidad del sueño sea mala, tienda a no hacer tanto ejercicio, coma poco saludable o sienta que no está alcanzando nada importante en su vida, lo que puede llevarlo al camino de la ansiedad o la depresión. “Es curioso que procrastinemos para sentirnos mejor y evitar el malestar y, a largo plazo, terminamos sintiéndonos peor. He aquí la trampa de este hábito crónico. Y también la razón por la cual tenemos que combatirlo”, concluye la especialista en salud mental.

¿Por qué procrastinamos?

La procrastinación es una forma que tiene nuestro cerebro de protegernos de tareas que, en cierto modo, consideramos amenazantes y abrumadoras. Siguiendo la explicación de la psicóloga, no se trata de evitar el trabajo o la tarea que tenemos que hacer, se trata de evitar emociones desagradables que estas podrían producirnos.

“En cierto modo, procrastinar es hacernos daño a nosotros mismos”

“Procrastinar nos hace enfocarnos en la urgencia por escapar de estados de ánimo molestos porque, en el fondo, solo queremos sentirnos mejor. Si una tarea provoca cansancio, falta de confianza, inseguridad, miedo al fracaso o ansiedad, tu cerebro va a pedirte poner esa tarea a un costadito. Y sólo con hacer eso, tu estado de ánimo “mejora”. Pero es un alivio momentáneo, instantáneo y muy a corto plazo. Esa tarea volverá por vos pronto”, nos explica Marina Mammoliti.

Las 3 causas de la procrastinación

Verónica Salatino, head & founder de Makana Comunicación Estratégica & Coaching Ejecutivo, explica que las 3 causas principales de la procrastinación son: el miedo al fracaso (no poder completar una tarea correctamente), la falta de motivación (la tarea no es interesante o desafiante) y los problemas de gestión del tiempo (las personas que no saben cómo organizarse suelen procrastinar). 

“Tengo algunos líderes a los que acompaño que tienen grandes ideas, mucho empuje, llegan a instancias casi finales de sus proyectos y, antes de finalizarlos, empiezan a procrastinar y los abandonan. Justamente, eso es lo que estamos trabajando y debajo de eso hay un gran miedo al fracaso. En otros casos, aparece el temor a la exposición o a ser juzgados por otros. El síndrome del impostor acá juega un gran rol, también”, explica Salatino.

¿Cómo podemos dejar de procrastinar y entrar en acción?

Verónica Salatino nos cuenta cuáles son los consejos prácticos para evitar procrastinar

  • Dividir las tareas grandes en tareas más pequeñas y manejables: esto hará que parezcan menos abrumadoras y más fáciles de abordar.
  • Establecer plazos realistas que sean alcanzables, pero que también nos motiven a avanzar.
  • Eliminar las distracciones. Cuando estemos trabajando en una tarea, es importante eliminar las distracciones para poder concentrarnos.
  • Recompensarnos por nuestro progreso y esfuerzo. Esto nos ayudará a mantener la motivación.
  • Despejar la agenda y marcar un horario en ella para dedicar tiempo a nuestro proyecto personal al igual que nos marcamos una reunión con nuestro jefe o con el equipo, el turno con el dentista o la hora del gimnasio.
  • Comprometernos con un amigo o familiar. Es bueno poder contar con una especie de “accountability partner”, alguien que nos recuerde y motive a no abandonar. Para eso, contarle a alguien acerca de tu proyecto y pedirle que te ayude a chequear su estado cada cierta cantidad de tiempo (puede ser una vez por semana o quincenalmente). Por supuesto, si está la posibilidad, contar con un coach que te acompañe en el camino es ideal.
  • Tener lo que yo llamo un “recordatorio de satisfacción de futuro”. Pensar cómo te vas a sentir cuando logres eso que querés te va a ayudar. Para eso, es recomendable ser detallista, describir sensaciones, emociones, aromas, cosas que vas a ver o conseguir. Y cada vez que quieras abandonar, recordarlo. 

También es importante ser un poco más amable con uno mismo ya que, la autoexigencia, muchas veces aumenta las emociones desagradables y hace que la sensación de amenaza sea más intensa. Para dejar de sentir el estrés que genera la tarea que pateamos para adelante, tenemos que reducir las emociones que nos hacen sentir mal. “Las personas que se perdonan a sí mismas son menos propensas a procrastinar”, cierra la psicóloga Mammoliti. 

Tenemos que aceptar cierto grado de procrastinación, no podemos eliminarla por completo. Ser 100% productivos las 24hs. del día no es la receta de la felicidad. Tenemos que aceptar que a veces vamos a procrastinar, y dejar de castigarnos en exceso. 

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