Vivir con otra persona requiere de organización financiera y consenso entre ambos. Desde POST brindamos algunos consejos para planificar los gastos en pareja.
Ya sea que dos personas se casen o simplemente se junten, dar el paso de convivir en un mismo hogar genera una gran cantidad de desafíos. Uno de los más difíciles es el relacionado con la economía doméstica.
Esto se debe porque, al convivir, hay muchos gastos que se comparten, como el alquiler o el pago del crédito hipotecario o servicios como la electricidad y el internet, entre otros. Por lo tanto, la clave es el diálogo y consensuar la mejor forma de llevar las finanzas en conjunto.
Tres métodos de gestionar los gastos en pareja
Finanzas compartidas
Este tipo de finanzas suele ser muy común en parejas establecidas o que tienen el objetivo de una relación a largo plazo. En estos casos, todo lo que cada integrante gana va a una cuenta en conjunto.
Luego, se gastará, ahorrará e invertirá según el presupuesto planificado por ambos. En este tipo de finanzas, por lo general, no se hacen distinciones de ingresos y el patrimonio que se genera es de ambos por igual.
Si se opta por este método, es importante la comunicación, sobre todo al contraer deudas o adquirir activos importantes como un auto. Al mismo tiempo, es aconsejable que haya un porcentaje de esos fondos para cada integrante de forma “libre” para gastos menores como salidas con amigos.
Repartir obligaciones
En este caso, se busca repartir los gastos de la forma más equitativa posible. Si ambos miembros tienen ingresos muy similares, lo más común es que se divida 50% cada uno. En el caso contrario, se hace de forma proporcional.
Por ejemplo, si uno de los miembros tiene ingresos por dos millones y el otro por un millón, con gastos totales de $1.800.000, ambos pagarán el 60% de sus ingresos, por lo que el primero abonará $1.200.000 y el otro $600.000.
La clave, a la hora de armar el presupuesto, es incluir únicamente los gastos y deudas que involucren a ambas partes, pero con cuentas de ahorro e inversiones separadas. Es un método ideal para parejas recientes, como también para aquellos que tienen significativas diferencias en su relación con el dinero.
Aportes equitativos
En este caso, cada miembro aporta de forma equitativa para el total de los gastos y actividades que deben desarrollarse. Es un método muy utilizado por nuevas parejas y que tienen grandes brechas de ingresos.
Es muy común que se le dé un valor monetario a las tareas domésticas, por lo que el miembro con menores ingresos deberá compensar con actividades que aporten al hogar.
Por ejemplo, si un miembro trabaja a tiempo parcial y, por ende, sus ingresos son menores, entonces debe compensar con otro tipo de aportes como ser el encargado de sacar a pasear al perro o cortar el pasto.
¿Cuál es el mejor método para gestionar los gastos en pareja?
En la práctica, es muy común que se apliquen alguno de los dos primeros métodos, siendo el último el menos habitual. Por lo general, las parejas comienzan repartiéndose las obligaciones, con base en sus ingresos, y a medida que se afianzan pasan a compartir las finanzas.
Sin embargo, se debe tener presente que cada persona tiene sus propias costumbres y es común que varíe la relación con el dinero. Un típico caso es que uno de los integrantes tenga un perfil de riesgo distinto al otro en materia de inversiones, por lo que la clave siempre está en el diálogo. De esta forma, es más fácil llegar a consensos.
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