Cómo ordenar pagos ayuda a reducir intereses totales

Por Equipo Santander Post | 29-12-2025 | 4 min de lectura

Conocer cómo funciona cada producto financiero y aplicar estrategias simples de organización permite aprovechar mejor los plazos, evitar intereses innecesarios y usar el crédito de forma más eficiente. 

El orden no siempre se asocia a decisiones financieras, pero es una de las variables que más impacto puede tener. Organizar los pagos según su prioridad, el momento del vencimiento y la forma en que se utilizan los productos financieros permite reducir el costo total de los intereses y mejorar la salud financiera. No se trata solo de pagar a tiempo, sino de entender cómo pagar. 

Muchas veces, los productos se usan de forma simultánea: varias tarjetas, una cuenta corriente con descubierto, préstamos personales. Cada uno tiene un funcionamiento y una tasa diferente. Cuando los pagos se hacen sin un orden claro, es fácil terminar pagando más intereses de lo necesario. 

Priorizar no es dejar de pagar: es decidir cómo hacerlo

Un ejemplo común es pagar el resumen de una tarjeta sin tener saldo en la cuenta. En ese caso, se está activando un descubierto en cuenta corriente, que suele tener una de las tasas más altas. Algo similar ocurre cuando se hacen pagos automáticos que superan los fondos disponibles: se generan intereses sin que el usuario lo note. 

Por eso, organizar los pagos implica identificar qué se paga, con qué fondos y en qué momento. Si hay un monto parcial disponible, puede ser más conveniente cubrir primero la deuda con mayor tasa de interés. No es lo mismo pagar un plan de cuotas a tasa preferencial que una financiación de tarjeta que ya activó el sistema revolving. 

Entender el ciclo de las tarjetas y usarlo a favor para evitar intereses

Cada tarjeta tiene un ciclo: un cierre de consumo y un vencimiento posterior. Ese período funciona como una financiación sin costo si se paga el total del resumen. Pero para aprovecharlo hay que conocer la fecha exacta de cierre.

Hacer una compra el día después del cierre implica ganar hasta 40 días para pagarla; hacerla el día anterior acorta ese plazo a pocos días. Por eso, organizarse es clave al usar una tarjeta de crédito. Tener presente la fecha de cierre y de vencimiento puede ayudar a nuestra salud financiera 

Si tenés más de una tarjeta, lo cual es recomendable hacer con criterio y planificación, podés alternarlas según su ciclo de cierre y vencimiento. No se trata de rotar deuda ni de consumir más, sino de usar con inteligencia los tiempos que ofrece cada producto. Incluso una compra grande puede planificarse para coincidir con el mejor momento del mes.  

Otra forma de ordenar es revisar los consumos en cuotas. Si hay varias compras financiadas que se superponen mes a mes, pueden generar una carga constante que limita el margen para pagar otros gastos. En esos casos, puede ser más conveniente hacer una compra al contado si eso evita pagar nuevos intereses

Automatizar pagos también puede ser una buena herramienta para no olvidar vencimientos. Pero no todos los pagos conviene automatizarlos por igual. Algunos se benefician de la revisión previa: por ejemplo, si ese mes hay menos ingresos o si hay que priorizar otras obligaciones. 

Una opción es automatizar servicios fijos y programar recordatorios para pagos financieros variables. También podés usar apps que te permitan agrupar vencimientos o mover fechas, para que no coincidan todos en los primeros días del mes. Reducir la fricción no significa perder de vista lo que está ocurriendo, sino encontrar un ritmo que te funcione. 

El orden como forma de ganar previsibilidad

El orden es una herramienta disponible en cualquier momento. No requiere contar con dinero extra, sino con información. Saber cuándo vencen los resúmenes, cuánto se paga cada mes, cuándo se terminan ciertas cuotas: todo eso permite anticipar. 

Ganar previsibilidad ayuda a bajar el estrés, pero también a evitar decisiones de último momento que suelen ser más costosas. Un pago que se hace con apuro puede implicar un interés innecesario, un gasto duplicado o incluso una refinanciación a tasas más altas. 

Prever también te da margen para elegir mejor: si sabés con qué te vas a encontrar, podés planificar los pagos más importantes cerca de fechas de cobro, anticiparte a vencimientos o renegociar condiciones si es necesario. La previsibilidad, en sí misma, es una forma de control. 

Evitar intereses: microdecisiones que marcan diferencia

Muchas veces se piensa que ordenar las finanzas implica grandes cambios. Pero en la práctica, son las decisiones chicas y repetidas las que más inciden. Elegir pagar un día antes, evitar el uso innecesario del descubierto, posponer una compra para no superponer vencimientos: todas son acciones simples que, acumuladas, reducen costos y mejoran el control.  

Ordenar no es tener todo resuelto. Es saber qué se debe, cuándo y cómo conviene pagarlo. Y desde ahí, tomar decisiones que te ayuden a vivir mejor con el mismo dinero.

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