Las corresponsalías ofrecen una alternativa concreta para acercar servicios financieros a personas que todavía están fuera del sistema, fomentando la inclusión desde lo cotidiano.
En los últimos años, cada vez más argentinos se suman al sistema financiero. Las operaciones en efectivo, muy ligadas a la informalidad, pierden terreno frente a los pagos con QR, NFC y tarjetas.
El último Global Payments Report, que relevó datos de 40 mercados en los cinco continentes, señaló que en Argentina el 25 % de los consumidores paga con billeteras digitales en los puntos de venta. El efectivo también concentra el 25 %, aunque cayó dos puntos respecto a la edición anterior. Le siguen las tarjetas de débito y prepagas (21 %), las tarjetas de crédito (20 %), las transferencias de cuenta a cuenta (8 %) y el sistema “compre ahora, pague después” (1 %).
Sin embargo, detrás del uso de efectivo, hay muchas personas con poco o nulo acceso al sistema financiero. Para ellas, las corresponsalías son una herramienta clave.
Qué son las corresponsalías y cuál es su importancia
Las corresponsalías son puntos físicos, como comercios o entidades no bancarias, que actúan en nombre de un banco para ofrecer servicios financieros básicos. Permiten realizar operaciones como depósitos, retiros, pagos de servicios y otras transacciones cotidianas, sin necesidad de que la persona se acerque a una sucursal bancaria tradicional.
Gracias a su cercanía y flexibilidad, las corresponsalías se convierten en un puente fundamental para personas que viven lejos de los centros urbanos, que no confían en los canales digitales o que tienen dificultades para acceder a una cuenta bancaria.
Las corresponsalías son, entonces, entidades que en alianza con un banco, brindan servicios financieros a quienes no pueden acceder a la banca tradicional. Gire, propietaria de Rapipago, junto a Santander, es un ejemplo de este tipo de iniciativa.
“Se trata de un servicio para personas que están fuera del sistema por distancia, desconfianza o falta de acceso digital. Las corresponsalías les permiten realizar operaciones básicas con seguridad y cercanía”, detallaron.
Walter Barisone, director de medios de pago de Gire, destacó que la importancia radica en democratizar las finanzas. “De repente, una persona que antes no cobraba a través del sistema financiero, hoy sabe que, por ejemplo, puede hacerlo con una cuenta de Santander y retirar efectivo cerca de su hogar, en caso de precisarlo”, resaltó.
Una forma de simplificar el acceso al dinero
Este modelo busca resolver una necesidad concreta: que más personas puedan administrar su dinero de forma segura, cómoda y cercana, sin depender exclusivamente de cajeros automáticos o sucursales.
Antes, en muchos barrios, las opciones eran escasas y obligaban a trasladarse grandes distancias para realizar trámites básicos. Hoy, las corresponsalías tienen un rol fundamental en barrios del Gran Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como Mitre, Castelar Sur o Don Orione, generando oportunidades reales en comunidades que muchas veces no tienen otra alternativa.
“En Santander consideramos a las corresponsalías bancarias un pilar estratégico para ampliar la inclusión y la capilaridad de nuestros servicios. Nos permiten llegar más lejos, con menor costo y mayor conveniencia para nuestros clientes. Al mismo tiempo, fortalecen la estabilidad y resiliencia del sistema de pagos en el que participamos”, sostuvo Ariel Velieri, Head Banca Automática y Corresponsalías.
Santander y su alianza estratégica con Rapipago para fomentar la inclusión financiera
Desde Gire remarcaron la importancia de la alianza con Santander. “Somos el puente entre el sistema financiero formal y millones de personas que necesitan soluciones simples, accesibles y humanas. Juntos, logramos que la inclusión financiera no sea solo un objetivo, sino una realidad cotidiana”, aseguraron.
Además, destacaron que, en conjunto, contribuyen a la inclusión financiera, llegando “a donde otros no llegan”.
“Conectamos a muchísimas personas con servicios esenciales de manera accesible, simple y segura. Promovemos la inclusión desde lo cotidiano: pagar una factura, hacer una recarga, retirar o depositar dinero, acciones que hacen la diferencia cuando se hacen cerca, con confianza y eficiencia”, concluyeron.
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