¿Cuál es la función del equipo legal en una empresa?

Por Equipo Santander Post | 01-02-2024 | 7 min de lectura

Ya sea pequeña, mediana o grande, las empresas deben conocer la función y la importancia de contar con un equipo legal propio o tercerizado. Los detalles de cómo se conforman y aspectos a tener en cuenta si se desea delegar la actividad. 

Debido a la complejidad de las leyes, tanto comerciales, civiles como penales, es aconsejable que todas las empresas, sin importar su tamaño, cuenten con un equipo legal, ya sea propio o provisto a través de un tercero.

En este sentido, se plantea el debate de las ventajas de contar con un departamento abocado a esta tarea o contratar a un estudio jurídico conformado por terceros expertos en distintas materias. Sin embargo, sea cual sea la opción elegida, contar con un equipo legal le brinda tranquilidad tanto a la empresa como a los propios clientes, ya que estos podrán resolver sus problemas de forma más rápida y sencilla.

¿Cómo se forma un equipo de legales y cuál es su función?

Alejandro Marrocco, abogado, contador público, magister y socio del Estudio Jurídico Marrocco, explica a este medio que, en primer lugar, la conformación de un equipo dependerá de cuál es la finalidad por la que se constituye.

“No es lo mismo que se trate de un equipo permanente o de uno conformado para un objetivo específico, de un equipo legal interno de una compañía o de uno perteneciente a un estudio. Más allá de esto, en nuestra experiencia, los equipos formados únicamente por súper o híper especialistas, en general, en lugar de crear valor, lo restan”, argumenta.

En este sentido, el especialista sostiene que, salvo en casos muy sencillos, las soluciones jurídicas surten efectos en diferentes aspectos, cuestión en la cual los “súper especialistas” no reparan. “Por ejemplo, en el caso de un problema empresarial de índole estrictamente comercial, por ejemplo, un contrato, puede tener impacto también en lo tributario, en lo laboral, en lo cambiario, en lo legal-contable, entre otros”, advierte.

“La cuestión no se soluciona convocando a especialistas exclusivos en cada una de esas ramas jurídicas, porque ninguno de ellos tiene la visión de conjunto. Por tal motivo, en nuestro Estudio consideramos que un equipo competente debe contar con una mayoría de abogados que dominen en forma sólida los fundamentos de cada una de las principales disciplinas que integran un área de intervención”, añade.

De esta forma, el experto enfatiza que, si se trata de un equipo que se dedica al derecho empresarial, sus integrantes deben dominar los fundamentos del derecho comercial, societario, fiscal, laboral, tributario, penal económico, entre otros.

Sin embargo, aclara que esto no quiere decir que, a su vez, alguno de ellos puedan especializarse más en una de esas ramas que en otras, sino que el problema se da cuando solo se especializan en alguna de esas ramas, ya que, en su experiencia, no agregan demasiado valor. Asimismo, añade que, en estos tiempos, con la amplia disponibilidad de canales de información, no hay “excusa” para no dominar todos los fundamentos jurídicos de un área de intervención.

Guillermo Navarro, socio fundador de Bildenlex Abogados, explica a POST que la principal función de estos equipos es, en primer lugar, conocer los aspectos relevantes de la actividad que desarrolla la empresa.

“Si es una empresa que vende productos y/o servicios, las especialidades serán diversas. Es importante señalar que hay diferentes roles en los profesionales de la abogacía y, por lo tanto, podemos tener un profesional que identifique los problemas internos y pueda elegir el asesoramiento externo o contar con un departamento chico o grande que pueda responder ante la necesidad de la empresa”, reflexiona.

Para el abogado, la adaptabilidad de los profesionales a los entornos es crucial. En este sentido, destaca que, conocer mucho y poder elegir o realizar interconsultas siempre es una buena medida, ya que amplía la mirada del equipo.

¿Cuál es la diferencia entre el asesoramiento corporativo y el destinado a personas físicas?

Marrocco enfatiza que, naturalmente, los asesoramientos requeridos por una corporación y una persona humana son diferentes, no solo por la escala del problema, sino también por la materia objeto de asesoramiento.

“Entre uno y otro extremo existen diferentes gradaciones, como por ejemplo, las empresas medianas y pequeñas (“pymes”) e incluso las explotaciones unipersonales (emprendimientos comerciales pertenecientes a una sola persona humana)”, expresa.

“En términos muy generales y sin perjuicio de las excepciones que siempre existen, en nuestra experiencia las pymes y personas humanas tienden a requerir, a un mismo Estudio, asesoramiento comprensivo, es decir, referido a todas o casi todas las cuestiones que se les plantean desde lo jurídico, incluida la litigación”, agrega.

En paralelo, Navarro asegura que la diferencia radica en la especialización y el conocimiento de un rubro determinado y la amplitud de visiones que pueda dar un equipo de legales. “Los equipos tienden a mejorar procesos y a ser más eficientes con una mejora continua. El asesoramiento personal logra ser más cercano con otro tipo de relación y de conocimiento sobre el conflicto del cliente”, detalla.

 ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de tercerizar el asesoramiento legal?

Para Navarro, las ventajas es que, al ser un servicio, las empresas pueden pedir cómo quieren recibir ese asesoramiento, el nivel de profundidad para los temas y definir parámetros de urgencia o importancia. Asimismo, los costos son menores y la curva de aprendizaje no es un problema de la empresa, es decir, es un servicio “a la carta”. 

Con respecto a las desventajas, señala la poca personalización en el servicio, el cambio de personas a cargo y los riesgos inherentes a la confidencialidad, como también el manejo y control de la información.

Marrocco, por otra parte, considera que es una cuestión que debe analizarse de forma minuciosa para cada caso en particular. Sin embargo, generalizando, es posible que, en el caso de Pymes, la tercerización con un estudio que brinde servicios de calidad les permita acceder a prestaciones jurídicas abarcativas de todas o la mayor parte de las problemáticas que puedan tener a un menor costo que el que tendrían de contar con un equipo o abogado interno. 

“A su vez, en general, cuando la empresa llega a una determinada envergadura, necesita la incorporación de un abogado o un equipo de abogados internos porque se torna cada vez más complejo que el Estudio externo pueda estar en los detalles del día a día”, asegura.

“Esto no quiere decir que no puedan coexistir los equipos internos y estudios externos. De hecho, suele suceder. En nuestro Estudio tenemos varios clientes que requieren nuestros servicios a pesar de contar con un equipo interno, con el cual interactuamos perfectamente”, concluye.

De esta forma, contar o no con un equipo propio de legales o dejarlo en manos de terceros especializados dependerá de las particularidades de cada empresa, su tamaño, entre otras características, por lo que es importante hacer un análisis particular de cada situación.

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