Diagonal Asociación Civil, con el apoyo de Santander, realizó un programa de entrenamiento que buscó potenciar, a través de talleres, tutorías y encuentros de mentoring, emprendimientos de mujeres de contextos vulnerables.
En tierras africanas existe una palabra que representa el sentido de pertenencia, comunidad y trabajo en equipo: Ubuntu. “Yo soy porque nosotros somos”. Es decir, las personas no se desarrollan o se potencian solas. Siempre, de alguna manera u otra, hay un otro que aporta o simplemente acompaña.
En el mundo existen múltiples casos y ejemplos para plasmar el trabajo en comunidad. Entre ellos hay uno que representa un gran reflejo y es el universo emprendedor. Emprender, es decir, la iniciativa de llevar a la práctica una idea, es posible o es más fácil de desarrollarse cuando Ubuntu está presente.
Diagonal Asociación Civil es consciente de esto y, día a día, aporta su cuota para que más mujeres emprendedoras sean partícipes y crezcan en sus negocios. Por eso, para lograrlo, desarrolló un programa de entrenamiento para emprendedoras +40 que significó un gran espacio de acompañamiento grupal.
A través de distintos talleres, tutorías y encuentros de mentoreo compartió más que soluciones técnicas: “El objetivo fue no sólo brindar herramientas técnicas, sino también herramientas socio-emocionales para lograr su empoderamiento y conformar entre ellas una red en la cual pudieran apoyarse en el futuro”, explica a POST, Verónica Mizrahi, Responsable Corporativa de la Asociación Civil.
Lo aprendido
Son muchos los aprendizajes adquiridos durante el programa. Mizrahi describe algunos de ellos y afirma que, durante los encuentros, las emprendedoras “pudieron definir o revisar sus propuestas de valor, incorporar herramientas de marketing, redes sociales, comercio electrónico y educación financiera vinculada al manejo de sus negocios, entre otras”.
A su vez, durante el recorrido, de la mano de las y los facilitadores y una tutora del grupo, la responsable corporativa comparte que también “fueron identificando necesidades, haciendo modificaciones a sus emprendimientos e incorporando nuevas herramientas para llegar a más gente, de manera más efectiva”.
Pero lo “técnico” no es todo. Más allá de los conocimientos para hacer crecer el negocio, hubo un factor mucho más importante: “Las emprendedoras pudieron reconocer el valor de lo que hacen, de su trabajo, sus logros y del recorrido que ya llevan hecho, para a partir de ahí seguir creciendo. Una gran oportunidad para descubrir su potencial”.
Desde adentro
La idea “Yo soy, porque nosotros somos” se expandió de a poco al generar sinergias entre las participantes y quienes formaban parte de la formación. “La red que construyeron entre ellas resulta un espacio de apoyo fundamental para toda persona que emprende. Se han vuelto compañeras y algunas ya son amigas”, comparte Mizrahi.
Así fue como lo vivieron las partícipes del programa que cuentan en primera persona a POST sus experiencias. Lucía Audisio, por ejemplo, tiene 40 años y realiza cambiadores funcionales, accesorios para bebés, tejidos al crochet y amigurumis. Se enteró del programa por medio de una publicación de la Municipalidad de Pilar, su ciudad, en Córdoba: “Me llevo de la experiencia un montón de aprendizajes, sumado a una red de emprendedoras amigas. Entre otras cosas aprendí a valorar mi trabajo, técnicas para ventas en redes y e-commerce, formas de pagos, a conocer mi clientela y cómo fidelizarla, sobre todo que no estoy sola en esto de emprender”, comparte.
“La experiencia que me llevo es hermosa, aprendí mucho y me dio mucha iniciativa a crecer y ser una verdadera emprendedora” relata por su parte Sandra Beatriz Rodofile, de 53 años que se dedica a la fabricación de material didáctico en goma eva y realiza trabajos de cotillón. En su caso, arribó al programa porque en su barrio hicieron entrevistas para participar de la propuesta y ahí conoció a personas que la ayudaron y la animaron: “Lo más importante es que valoraron mi trabajo y así empecé las capacitaciones con Santander. Me han ayudado aprender a hacer valer más mi trabajo, mi capacidad y potencial que yo podía dar a mi emprendimiento”.
El mentoreo
Dar herramientas y que ellas solucionen sus desafíos por sí solas, no era el objetivo. Detrás de cada conocimiento, hay un ser humano que aporta calidad humana y acompañamiento a la cuestión. El mentoreo, es decir, la acción de una persona con experiencia y habilidades de ofrecer consejos, información o guía en beneficio del desarrollo personal y profesional de otra persona, se hizo presente.
“El mentoreo resulta una instancia clave del aprendizaje y formación de las personas y especialmente entre quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. Contar con alguien que pueda escuchar, sugerir, acercar ideas y soluciones desde distintos ámbitos y especialidades y con una mirada empática, es muy enriquecedor ya que permite un intercambio abierto y de aprendizaje en un contexto desestructurado”, resalta a POST la responsable corporativa.
Esta instancia de aprendizaje estuvo a cargo de Santander que aportó a los y las mentoras del programa que, a lo largo de 3 encuentros, escucharon y acompasaron las necesidades que las participantes compartieron y profundizaron la aplicación de algunos de los temas aprendidos en sus emprendimientos.
“El tiempo, la dedicación y los conocimientos profesionales brindados por cada mentor/a para fue muy valorado por todas las emprendedoras. Pero en general, lo más importante para ellas fue que encontraron a personas que, de manera genuina y desinteresada, les brindaron su apoyo y acompañamiento en aquello que pudieran necesitar”, agrega la responsable de la Asociación Civil sobre el trabajo realizado por el equipo de Santander.
Puertas adentro, desde Santander, también comparten su experiencia: “Apenas vi el programa, estaba super entusiasmada y quería formar parte de este hermoso proyecto. Cuando fui seleccionada me invadió una sensación de nervios, pero sabía que era una gran responsabilidad ser la guía de una de ellas y estaba dispuesta a poner lo mejor de mi para poderla ayudar”, confiesa Nancy Mendoza, Ejecutiva Select Online de la entidad.
Ser mentor no solo implica enseñar o compartir. También es una experiencia de aprendizaje y enriquecimiento. Así lo vivió Juan Canel, Gerente Principal de Finanzas en Santander Argentina: “La ayuda fue en ambas direcciones. Digo esto porque fue inspirador ver cómo el grupo de emprendedoras encara cada desafío que les plantea la vida como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento, en su amplio sentido. Una verdadera lección de vida”, relata.
¿Qué pasaría si todos y todas ponemos al servicio de la sociedad nuestros conocimientos? ¿Qué sucedería si cada persona le dedica al menos una vez al mes a ayudar a alguien a progresar, a tomar o retomar el rumbo? Estas, y muchas más, son algunas de las preguntas que nacen de Ailén San Agustín, referente del área de Formación de Academia Santander, al momento de participar en iniciativas como estas.
“Estamos seguros y seguras de que a partir de la inclusión y el trabajo colaborativo podemos beneficiar a la sociedad de forma significativa. A través de la asistencia a grupos sociales marginados podemos crear una conciencia cívica sólida y generar lazos sociales más fuertes, es por eso que reconocemos el trabajo que los/las mentores hacen con estas mujeres y otras organizaciones todos los días ya que juntos y juntas están creando una sociedad civil y trabajando por la renovación de la sociedad en su conjunto” reflexiona, también, San Agustín.
Como cierre y tras la experiencia vivida, Sandra, entre toda su fabricación de material didáctico y las enseñanzas adquiridas durante el programa, deja un mensaje a todas las emprendedoras mujeres que hoy, luchan por alcanzar sus sueños:
“Mi mensaje es que todas tenemos un talento, un fin escondido y debemos sacarlo y mostrar sin importar que por ahí muchos no valoren, te digan que no se puede, que son tiempos difíciles. Nunca mires lo de afuera, hay que pararse y decir ¿qué puedo hacer? y hacerlo sin miedo; siempre habrá gente que te va a apoyar y ¡Todo se puede cuando crees en vos!”.
1 comentario
Hola mi nombre es Marcela Carrizo mi emprendimiento se basa en sublimacion , articulos en alambres ,latas, madera , vidrio , tazas y articulos en ceramica , candy bar , picadas y desayunos fui o mejor dicho soy parte del programa, bien me contactaron de verdad hubo un cambio en mi pero al principio no sabia de que se trataba una vez que supe me puse en campaña para aprender y cada dia de este grupo humano con tanto pitencial que tiene el Banco Santander desde el principio el 1° contacto con Silvia Cacabelo , Judiht mi referente mi mentor Carlos Duchovny y todoel equipo del Banco al igual que cuando Diagonal subio mi proyecto a instagran llore de la emocion … de verdad me hicieron muy feliz por todo el acompañamiento desde el dia que me contactaron hasta hoy gracias gracias