La constante exposición en redes sociales y la falta de prácticas básicas de protección deja a los jóvenes en una posición de vulnerabilidad frente a los ciberataques. Expertos destacan la importancia de concientizar y reforzar la educación en seguridad digital.
La Generación Z, nacida entre mediados de los años 90 y principios de los 2000, es la primera completamente inmersa en un entorno digital desde la infancia. Conocida como “nativa digital“, creció en un mundo donde la tecnología y la hiperconectividad son parte de la vida cotidiana. A diferencia de generaciones anteriores, que vivieron la transición del mundo analógico al digital, la Generación Z desarrolló una afinidad casi instintiva con las herramientas tecnológicas. Sin embargo, esta cercanía no siempre implica una mayor conciencia sobre los riesgos de ciberseguridad que enfrenta.
La hiperconectividad, un arma de doble filo
Uno de los principales desafíos que afecta a esta generación es su constante exposición a las redes sociales y plataformas digitales. Marcos Mansueti, especialista en seguridad informática, señala que “están convencidos de que nada puede pasarles en lo que respecta a ciberseguridad a nivel personal, hasta que les sucede”.
El experto destaca que los jóvenes suelen ignorar prácticas básicas de seguridad, como hacer copias de seguridad o configurar correctamente sus dispositivos y cuentas. “No tienen noción de lo que son las copias de seguridad o backups”, añade Mansueti, en comparación con la Generación Y, que aún recuerda los vestigios del mundo analógico, o la Generación Alfa, que confía por defecto en el respaldo en la nube.
Esta despreocupación, sumada a la hiperconectividad constante, incrementa su vulnerabilidad frente a ciberataques. A medida que comparten grandes cantidades de información personal en redes sociales, desde fotos hasta datos financieros, la privacidad queda expuesta.
Mansueti menciona a POST que “regalaron toda su vida a un mundo digital sin límites”, lo que permite que personas malintencionadas, e incluso las mismas plataformas digitales, conozcan más sobre ellos que ellos mismos.
Por su parte, Alejandro Botter, gerente de ingeniería de Check Point para el sur de Latinoamérica, coincide en que “la facilidad sobre el uso de herramientas digitales no implica que el usuario tenga claros los riesgos”. La familiaridad con la tecnología no necesariamente conlleva un entendimiento profundo de los peligros asociados, y plantea un desafío adicional en la lucha por la ciberseguridad.
Por qué es importante la ciberseguridad en el entorno laboral
Las empresas enfrentan nuevos retos en términos de protección de datos y cumplimiento de políticas de seguridad. Botter explica que los dispositivos móviles y la inmediatez en el acceso a la información son elementos a considerar en una estrategia de ciberseguridad enfocada en esta generación. Los ataques de phishing, así como las fugas de información debido al uso de herramientas de inteligencia artificial generativa, representan riesgos significativos para las organizaciones.
A pesar de que las soluciones tecnológicas avanzan, Botter subraya que “una estrategia de ciberseguridad robusta debe considerar tener personal calificado que implique campañas de concientización constante”. La educación y la creación de conciencia sobre los riesgos digitales son necesarias para evitar que los empleados caigan en prácticas inseguras que puedan comprometer la información sensible de la empresa.
La Generación Z y las ciberamenazas
“Las principales ciberamenazas a las que están expuestos hoy en esa generación fueron causadas por ellos mismos”, remarca Mansueti a POST. La falta de conocimiento sobre los riesgos de ciberseguridad y el descuido en la protección de sus datos hacen que sean un objetivo fácil para los ciberdelincuentes.
Botter también menciona el impacto que la inteligencia artificial está teniendo en la detección de amenazas cibernéticas, y cómo esta tecnología mejoró la respuesta ante ataques como el phishing y las amenazas en dispositivos móviles. Sin embargo, destaca que la misma IA que ayuda a proteger también puede ser utilizada por los atacantes, aumentando la sofisticación de los ataques y plantea nuevos desafíos para el futuro.
“Hay que concientizar desde el jardín de infantes en ciberseguridad, con métodos didácticos que permitan a los niños aprender a crear buenas contraseñas y controlar el tiempo de uso de las pantallas”, indica Mansueti. No obstante, reconoce que esta medida es inviable en un contexto donde muchos niños enfrentan problemas socioeconómicos más urgentes, como la falta de acceso a una educación básica de calidad.
A medida que las ciberamenazas evolucionan, las estrategias de protección también deben adaptarse. Botter señala que una de las principales preocupaciones para los próximos años es el uso de inteligencia artificial por parte de los atacantes, que conduciría a un aumento en la cantidad y sofisticación de los ataques. Por su parte, Check Point ya está adoptando tecnologías de IA para bloquear amenazas y optimizar las operaciones de seguridad, anticipándose a los nuevos desafíos.
“Una vez que se conocen las amenazas, se pueden tomar acciones que van desde mejorar la configuración de las cuentas hasta tener soluciones de seguridad que prevengan ataques”, concluye Botter.
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