¡Mamá, llegué a la tele!

Cuando estaba en mis últimos años del colegio, mis papás me preguntaron qué quería estudiar. A esa edad yo quería hacer muchas cosas: pensé en ser cronista, redactora, fotógrafa documental, pero también me entusiasmaba la comunicación, así que me decidí por publicidad. 

Mi papá me pidió que empiece a ver opciones de universidades y que le lleve un “mini estudio de mercado”, considerando calidad vs precio que podíamos pagar. Finalmente empecé en la UCES. Recuerdo el primer día, que me fueron a buscar muy ilusionados y yo, muerta de vergüenza, les pedí que me esperen a 2 cuadras. Comenzaba, en esos días, a recorrer mi camino profesional que, con los años, me llevaría a trabajar en Marketing Digital.

Hoy, miro atrás y no cambiaría nada. Ellos me dieron la libertad para elegir mi carrera, me acompañaron siempre, y sobre todo, me dieron fuerza para seguir adelante cuando las cosas no salían como yo quería. Incluso sin entender exactamente qué era lo que yo hacía. 

Cuando entré a Santander, cada vez que mi mamá veía un comercial en la TV, me decía: “Vi tu publicidad, ¡está muy buena!”. Y yo, después de poner mis ojos en blanco, le daba la misma respuesta: “No, ma. Yo no la hice”, seguido de la explicación de que mi tarea, como parte del equipo digital, no era la de desarrollar comerciales, sino que me dedicaba a la parte más estratégica en redes sociales. No era un golpe a mi ego. Simplemente se trataba de un eslabón de la comunicación del que yo no formaba parte. Mi fuerte estaba en otro lado. Hasta que un día, las cosas cambiaron.

La Transformación Cultural que Santander está atravesando desde hace 2 años, permitió que el Equipo de Marketing Digital también pueda participar del proceso creativo para nuevas campañas masivas. Entonces, surgió la oportunidad de poner manos a la obra para el relanzamiento de Sorpresa Santander. Desde un primer momento, la propuesta de Gabriela Balestrieri, quien lidera el área de Marketing, nos llenó de entusiasmo. Era la primera vez que todos podíamos proponer ideas para un comercial. Así que junto a mis compañeros y compañeras nos sumergimos en un desafío que nos exigiría salir de nuestra zona de confort y aprender miles de cosas nuevas. Para nuestra sorpresa ¡lo que propusimos resultó elegido! 

Empezamos, entonces, a atravesar el largo proceso para que, una idea que se nos había ocurrido una tarde por videollamada, se transforme en un comercial de 40 segundos que iba a salir en la tele. 

La redacción del guión, la elección del vestuario, las locaciones, las agotadoras jornadas de rodaje, la postproducción. Cada etapa fue algo nuevo para nosotros, hasta incluso algunas partes de la producción que ni nos imaginábamos que existían. Pero a todo le pusimos mucha pasión. Y así fue como, luego de varios meses de trabajo, el comercial vio la luz. Nuestro “hijo”, al que tanto esfuerzo habíamos dedicado, salió al aire y yo no podía estar más contenta. Estaba orgullosa de pertenecer a un equipo espectacular, que se animó, se puso al hombro un nuevo desafío y lo sacó adelante de manera brillante.

Estoy convencida que esta es la mejor manera de crecer. Desafíos como este hicieron que, trabajando en Santander, me enamore de la creación de contenidos. Hoy soy muy feliz con la profesión que elegí, porque sigo aprendiendo cosas nuevas y explorando caminos que nunca pensé. Y me siento más preparada que nunca para lo que se viene.

Mamá, ahora sí, por fin podés decir que esa publicidad que viste en la tele, la hizo tu hija.

Por Florencia Agüero, Responsable de Contenido en Redes Sociales y Branding en Santander.