Mamotest: la historia detrás de la iniciativa que busca terminar con el cáncer de mama

Por Equipo Santander Post | 19-10-2021 | 9 min de lectura

Su propuesta innovadora para diagnosticar la enfermedad llegó a más de 350.000 mujeres. En el marco del Día Internacional de lucha contra el Cáncer Mama, Guillermo Pepe cuenta cómo funciona y los próximos desafíos. 

Guillermo Pepe, fundador de Mamotest, se define como un emprendedor social. Esta forma de relacionarse con los negocios lo llevó a poner el ojo en una problemática mundial sin solución: la detección a tiempo del cáncer de mama. Los factores que explican el problema son varios. Uno de ellos, y que inspiró a Pepe para poner manos a la obra, es la dificultad de acceso a este tipo de diagnóstico.

Luego de estudiar varios años la problemática, el empresario llegó a la conclusión de que el 95% de los casos de este tipo de cáncer podrían terminar con un buen desenlace si se hiciera un diagnóstico a tiempo. Sin embargo, algunos hospitales no cuentan con la tecnología apropiada y, por otro lado, los médicos/as especialistas en el área terminan asentándose en las grandes ciudades. Esto genera que en muchos lugares el diagnóstico lo termine haciendo un médico o una médica que no es experto en la materia.

Así surge Mamotest, un sistema integral que permite que cualquier médico/a pueda diagnosticar a cualquier mujer a cientos de kilómetros de distancia. La iniciativa fue elegida por la ONU entre las 8 empresas de salud a analizar por los fondos de inversión de impacto que permiten el desarrollo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

A continuación, mano a mano con POST, su creador cuenta la historia de la iniciativa que ya hizo historia: 

¿Cuándo y cómo surge Mamotest?

Mamotest surge a partir de una conversación que tuve cuando mi padre vino a visitar mis emprendimientos en España en el año 2011. Él es médico radiólogo especialista en mama, y me confesó que después de 40 años de práctica su propósito de vida no se había cumplido. No podía salvar tantas vidas como hubiera deseado ya que, debido a barreras culturales y económicas, las mujeres se realizaban sus mamografías cuando era demasiado tarde.

Como emprendedor social, vi una brecha muy grande y una oportunidad para lograr un cambio sistémico que mejore la calidad de vida. En Singularity University, predio de estudios dentro de la NASA en California, analicé el impacto que la tecnología puede tener en la medicina y desarrollé un sistema para aumentar exponencialmente el acceso a la atención médica y reducir así tiempo y costos para todos los involucrados.

El sistema se llama Mamotest y es un sistema integral que permite que cualquier médico pueda diagnosticar a cualquier mujer a cientos de kilómetros de distancia, reduciendo el tiempo de realización de 90 días a menos de 24 horas y ahorrando hasta 15 millones de dólares al sector de la salud al año.

¿Y en dónde comenzaron?

Abrimos nuestro primer Centro en 2013, en la provincia Argentina del Chaco, cercana al famoso bosque “El Impenetrable”, donde no había ningún mamógrafo para las mujeres del lugar. Hoy atendemos tanto en pueblos remotos como en grandes ciudades en Latinoamérica y Europa.

¿Cuál es el diferencial que ofrece Mamotest para el tratamiento del cáncer de mama? ¿Cómo funciona?

Durante los primeros meses el cáncer se presenta de manera asintomática y de tamaño pequeño. Es muy probable que si la mujer no se realiza palpación y chequeos rutinarios viva ignorando que tiene cáncer. Cuanto más avanzado se comienza a tratar, los procedimientos serán más invasivos, dolorosos y costosos; sin mencionar que se reducen las posibilidades de sobrevida.

Mamotest se enfoca en hacer universal y accesible la detección temprana: instala centros de diagnóstico donde no hay acceso a mamógrafos. Trabaja con tele-radiología para que los mejores médicos especializados en mama sean quienes realicen los estudios a distancia. También impulsa leyes, crea redes provinciales de telemamografía, reduce los costos de diagnóstico para los gobiernos, así pueden implementar sistemas públicos, y trabaja en impulsar a las mujeres a que se realicen sus estudios de manera anual. 

¿A cuántas personas llega hoy Mamotest?

Mamotest llegó a más de 350.000 mujeres, con un promedio de 60.000 estudios anuales. Hoy en Argentina hay 13 millones de mujeres en edad de riesgo de desarrollar la enfermedad, con lo cual nuestra meta es seguir escalando la solución dentro y fuera del país. En la provincia de Misiones, por ejemplo, hemos desarrollado una red pública de mamografías, con lo cual, desde 2017, todas las mujeres mayores de 40 años pueden realizarse sus mamografías en los centros Mamotest ubicados dentro de hospitales públicos de la provincia. Esto ha logrado que aumente seis veces la cantidad de mamografías realizadas por año, lo que nos enseña que las mujeres no tienen falta de voluntad, sino falta de acceso. El centro del Hospital Favaloro, en Posadas, cuenta con el mamógrafo más avanzado de la región.

¿En qué se encuentran trabajando actualmente?

Durante 2020-2021 nos estamos concentrando en la expansión geográfica, logrando derribar las altas barreras de ingreso en varios países de Latinoamérica, Europa y África. El contexto pandémico traído por el virus SARS CoV-2 ha mejorado mucho el entendimiento sobre las nuevas posibilidades de la medicina, la digitalización y la optimización de procesos mediante la telemedicina. También hemos estado desarrollando proyectos de desarrollo que incluyen SaaS e inteligencia artificial aplicada al diagnóstico mamario.

¿Y ya están pensando en expandirse más?

Para la expansión estamos cerrando una ronda de inversión que permitirá crecer estratégicamente los recursos humanos y tecnológicos en las distintas regiones y avanzar con el algoritmo de I.A. Además, fuimos recientemente seleccionados por las Naciones Unidas entre las 8 empresas de salud a analizar por los fondos de inversión de impacto que permiten el desarrollo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este evento, a realizarse en la sede central de Naciones Unidas en Ginebra, pondrá a la plataforma integral de reducción de mortalidad de cáncer de mama como prioridad en la agenda global de inversiones en salud.

Las empresas finalistas podrán exponer sus soluciones ante los inversores, y lograr aliados estratégicos y financieros para poder conformarse como empresas globales y comenzar a operar a gran escala. Para ser seleccionadas, las empresas debían tener el potencial para ser escalables a nivel mundial, poder ser implementadas en otras regiones, ser eficientemente rentables, tener un crecimiento sostenido en el tiempo y estrategias de mitigación de riesgos.

Sanitariamente hablando, ¿Argentina estaba preparada para arropar un modelo de vanguardia tecnológica como Mamotest?

El modelo de negocio de Mamotest fue pensado inicialmente para países en desarrollo o con falta de recursos. Argentina tiene la cuarta tasa de mortalidad más alta de Latinoamérica, según la Organización mundial de la salud. Implementar un sistema “Justo a tiempo” en la salud significa la reducción de capacidad ociosa, de retrasos en generación de turnos, de estudios y de esperas largas para que los médicos vayan a cada centro. Todas estas esperas cuestan dinero.

Si el cáncer es diagnosticado en etapa avanzada, se debe acudir al tratamiento más costoso, que incluye quimioterapia, radioterapia y, en varios casos, traslados a otras ciudades. Cuando se detecta en etapa temprana, se simplifican los tratamientos, mejorando a su vez los resultados y reduciendo la mortalidad del cáncer de mama.

Argentina tiene la necesidad más grande para atender una mejora en su sistema de salud. La preparación viene de la mano de la voluntad al cambio para lograr acceso universal a la salud y mejorar de la calidad de vida de la población. Estamos trabajando con los gobiernos provinciales para lograr estos objetivos. Además, acabamos de lanzar una petición que busca generar urgencia sobre el acceso en www.change.org/movimientomamo

¿Cómo articulan su trabajo con el Estado y las ONGs?

El sistema de salud está roto a nivel mundial y es necesario que sector privado y público se unan para arreglarlo. Para esto son necesarias soluciones como mamotest que además de salvar vidas, generan ahorros enormes al sistema de salud.

Con el Estado buscamos la implementación de redes integrales de salud para la mujer: desde la realización de todos los chequeos anuales, el acceso y la calidad esperada. Una población sana cuesta menos dinero de mantener que una población que vive en enfermedad. Esto nos lo ha demostrado el COVID19 y la carga de las enfermedades no transmisibles.

Una de las grandes barreras que separaban a las mujeres de estudios mamarios de alta calidad era la falta de especialistas médicos y técnicos que se dedicaran a la investigación y prevención del cáncer de mama. Mamotest creó una metodología de entrenamiento constante y de alto rendimiento para todo el equipo técnico que opera los mamógrafos así podemos asegurar la misma calidad técnica en cualquier punto del globo.

Asimismo, en cuanto a la capacidad diagnóstica, trabajamos con los radiólogos referentes en mama más importantes de cada región/ país, que gracias a los avances de la telemedicina y telediagnóstico, pueden trabajar desde sus oficinas realizando diagnósticos a mujeres a cientos de kilómetros de distancia, asegurando la mayor precisión médica y acortando tiempos de entrega de estudios de tres meses a 24 horas.

¿Por cada US$ 1 que les pagan le generan un ahorro de US$ 10 al estado? ¿Cómo llegaron a ese dato?

Hemos realizado una auditoría con la consultora Suiza Le Fil, que mide el impacto social y económico de las empresas de la nueva economía. Mamotest, al establecer detección y tratamiento temprano, no sólo ahorra los costos de diagnóstico, sino también los asociados con atender pacientes en etapas más avanzadas. 

Por ejemplo, ahorro en costos de tratamiento e invalidez, pensiones por viudez/ orfandad, subsidios por ausencia laboral, tratamiento para pacientes sin seguro médico, ausencia de días sin goce de sueldo para pacientes sin seguro médico, costos de transporte a clínicas varias, reducción de trauma, exclusión y pérdida de productividad de pacientes, niños y familia durante tratamiento de la enfermedad o ante la muerte de la mujer de la casa, entre otros.

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