Neuroliderazgo: cómo entender el cerebro para mejorar el rendimiento de los líderes

Por Equipo Santander Post | 05-02-2024 | 5 min de lectura

El neuroliderazgo es un enfoque innovador del mundo de las neurociencias que permite estudiar el cerebro y la mente de los líderes para potenciar sus habilidades y/o entrenar su mente. ¿Se nace siendo líder o un líder se hace? Los especialistas nos lo cuentan en esta nota.

El concepto de neuroliderazgo viene tomando relevancia desde hace algunos años. Su popularidad comenzó en el 2008, cuando el innovador Dr. David Rock, fundador y actual director del “Neuroleadership Institute”, lo empleó para definir un área de acción específica dentro de las neurociencias. 

Este campo de investigación se basa en cuatro características del liderazgo que resultan relevantes para su estudio: la toma de decisiones y resolución de problemas, la regulación de las emociones, la colaboración con otros y la facilidad para promover el cambio. 

En diálogo con POST, Ángeles Srur, Licenciada en Psicología y consultora en la aplicación de Sistemas de PsicoNeuroReprogramación en Srur, Casá & asociados, explica que el neuroliderazgo es un enfoque novedoso que surgió a partir de la profundizar en las investigaciones acerca de cómo funciona el aparato psíquico y el desarrollo de la psicología humana. “Se caracteriza por integrar los avances y descubrimientos en el área de las neurociencias para liderar o direccionar equipos de individuos. Comprender y tener en cuenta el funcionamiento de la mente humana, es fundamental para optimizar y desarrollar las capacidades de un líder y para repercutir positivamente en su evolución y productividad”, explica Srur.  

¿Cómo funciona el cerebro de un líder?

Para responder esta pregunta tenemos que diferenciar dos conceptos que solemos usar como sinónimos: cerebro y mente. El cerebro es un órgano biológico con plasticidad para generar redes (diríamos que es el hardware), y la mente es el procesador que ordena, interconecta y funcionaliza esa conexión de datos en forma de pensamientos, emociones, conductas, aprendizaje, motivación, etc. (análoga al software).

La licenciada Ángeles Srur explica que la mentalidad es “el constructo psicológico de la mente particular, es decir, la suma de las aplicaciones, conceptos y/o circuitos de procesamiento que va adquiriendo cada individuo en su proceso de desarrollo cognitivo. Evidentemente, si alguien es líder, es porque tiene un funcionamiento destacado por sobre otras personas, con ciertas características naturalizadas, como podría ser una mayor capacidad de observación e interacción con la realidad, el contexto y sus integrantes.”

A su vez, en este punto, podemos mencionar el rol fundamental que cumple la inteligencia emocional ya que los líderes cuentan con la habilidad de entender y gestionar emociones propias y de los demás.  “Esto es fundamental. Con el equipo desarrollamos programas asistidos para la aplicación de diversas herramientas, pautas y conceptos para la mejora y la optimización de la inteligencia emocional basados en el desarrollo del autoconocimiento. Esto contribuye y optimiza la capacidad y la aplicación efectiva en el neuroliderazgo. Hacemos hincapié en la detección y observación de patrones y/o eventuales traumas encriptados, que operan en el inconsciente de cada individuo, para que no infieran negativamente en el desarrollo y la gestión del liderazgo”, argumenta la licenciada Srur.

Ser líder, ¿se nace o se hace?

POST entrevistó a Ezequiel Ierullo, Investigador del Centro de Estudios de Neuromanagement (CENeM), profesor de neuroliderazgo en UCEMA Y UBP y creador del Modelo de los 5 perfiles en neurociencias, para profundizar acerca de si es posible entrenar la mente para ser un líder.  “Un líder efectivo se caracteriza por comprender sus rasgos personales y, frente a cada situación, elegir conscientemente las conductas o reacciones que desea desarrollar. En este sentido, es fundamental comprender que nuestra identidad y nuestra historia no nos determinan por completo. El cerebro posee una característica clave conocida como neuroplasticidad, que le confiere la capacidad de adaptarse y cambiar a lo largo del tiempo. Esta capacidad permite a los líderes desarrollar y fortalecer habilidades a través de un proceso que demanda conciencia, esfuerzo y tiempo”, explica el investigador. 

Además, este concepto de neuroplasticidad permite pensar que líder no solo nace: se puede entrenar al cerebro para que tenga las habilidades que lo caracterizan. Ierullo explica que existen 3 rasgos bastante transversales en el pensamiento de los líderes, factibles de ser adquiridos mediante el entrenamiento.

  1. La adaptabilidad o flexibilidad, que permite a los líderes ajustar su enfoque según las demandas del entorno.
  2. La visión global y estratégica, esencial para el cumplimiento de objetivos a mediano y largo plazo. 
  3. El entendimiento de la diversidad como aquello que nos hace diferentes en nuestra forma de percibir el mundo y actuar, y que nos proporciona la posibilidad de comunicarnos de manera más eficiente.

“Estas competencias, si bien no exclusivas de los líderes, son fundamentales. Cada persona puede desarrollar habilidades de liderazgo con el tiempo, destacando la importancia de la adaptabilidad, la visión estratégica y la apreciación de la diversidad en el ejercicio del liderazgo”, concluye el profesor.

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