Qué es el apalancamiento financiero y cuáles son sus oportunidades

Por Equipo Santander Post | 10-12-2025 | 2 min de lectura

Tomar deuda para invertir puede potenciar las ganancias, pero también los riesgos. Por eso, conocer cómo se usa el apalancamiento es clave para tomar decisiones informadas.  

El apalancamiento financiero es una herramienta habitual entre empresas e inversores particulares. En términos simples, consiste en utilizar deuda para ampliar la capacidad de inversión, lo que permite aumentar el capital disponible y, en consecuencia, también el rendimiento potencial de una operación. 

Este mecanismo permite acceder a inversiones más grandes que las que se podrían hacer solo con fondos propios. Pero, como toda estrategia que amplía las posibilidades, también exige mayor responsabilidad y control del riesgo

¿Qué tipos de apalancamiento existen? 

Existen tres formas principales de apalancamiento

  • Apalancamiento financiero: es el más conocido. Implica tomar deuda (como un préstamo o crédito) para invertir, generalmente en activos financieros. 
  • Apalancamiento operativo: se relaciona con el funcionamiento interno de una empresa. Mide cuánto pueden crecer las ganancias si aumentan las ventas, considerando los costos fijos. 
  • Apalancamiento combinado: integra los dos anteriores. Permite evaluar cómo influyen tanto los costos fijos del negocio como las deudas financieras en la rentabilidad final. 

Tipos de resultados

El impacto del apalancamiento depende del rendimiento de la inversión: 

  • Positivo: cuando la rentabilidad supera el costo de la deuda. 
  • Negativo: si la ganancia es menor al costo asumido. 
  • Neutro: cuando la rentabilidad iguala los intereses de la deuda, sin generar pérdida ni beneficio adicional. 

Qué considerar antes de apalancarse 

Antes de utilizar esta herramienta, es importante analizar: 

  • El costo de la deuda y cuánto incide en la rentabilidad esperada. 
  • La capacidad de pago, aun si la inversión no rinde como se esperaba. 
  • El nivel de exposición al riesgo, ya que un mal resultado puede generar pérdidas más allá del capital propio. 

Un ejemplo práctico 

Supongamos que una persona cuenta con $1.000.000 para invertir, pero decide pedir prestados $2.000.000 más. Con un capital total de $3.000.000, si la inversión genera una rentabilidad del 15%, obtiene $450.000. Al restar el costo de la deuda (por ejemplo, un 5%, o sea $100.000), el beneficio neto es de $350.000. Esa ganancia representa un 35% de rentabilidad sobre el capital propio, en lugar del 15% original. 

Sin apalancamiento, la misma inversión hubiera rendido solo $150.000. 

Cómo se calcula el apalancamiento financiero 

Para medir el grado de apalancamiento, se utiliza esta fórmula: 

Apalancamiento financiero = Valor total de la inversión / Recursos propios invertidos 

Un ejemplo común: 

  • Inversión total: $200.000 
  • Capital propio: $20.000 

Resultado: apalancamiento 1:10. Esto significa que por cada peso propio se invirtieron diez. Es una operación apalancada, que puede amplificar ganancias, pero también exponer a pérdidas significativas si el mercado no acompaña

Por eso, muchas personas establecen un límite de pérdida o “stop loss”. En el caso anterior, si el valor de la inversión cae más de un 10%, se pierde más que el capital invertido inicialmente.

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