Qué es el Aprendizaje Experimental y cómo está beneficiando a las organizaciones

Por Equipo Santander Post | 21-12-2021 | 5 min de lectura

Esta innovadora práctica permite simular mediante juegos una situación específica para luego aplicarla en la vida real. Aseguran que fortalece el trabajo en equipo y permite resolver problemas que afectan la productividad de las compañías.

¿Se aprende mejor estudiando o haciendo? Esta pregunta recurrente entre quienes tienen la tarea de enseñar tiene muchas respuestas posibles. Desde el plano académico, varios teóricos como los pedagogos estadounidenses John Dewey y David Kolb se están inclinando por la segunda opción, en lo que llaman el Aprendizaje Experimental. 

Por caso, Kolb sostiene que para procesar la información que recibimos desde nuestro entorno debemos partir de las experiencias. Es que estas serán capaces de transformarse en conocimiento cuando reflexionamos o pensamos sobre ellas, en especial cuando experimentamos de forma activa con la información recibida.

Como práctica, el aprendizaje experiencial es “la participación estratégica y activa de los estudiantes en contextos en los que aprenden haciendo y reflexionando sobre esas actividades, lo que los faculta para aplicar sus conocimientos teóricos a los proyectos prácticos en una multitud de configuraciones dentro y fuera del aula”. Así lo define la Simon Fraser University, una universidad pública de investigación en Columbia Británica. 

Hoy existe una gran diversidad de modelos de diseño que tienen como objetivo integrar el aprendizaje en contextos del mundo real, incluyendo laboratorios, talleres, estudios, pasantías, aprendizaje de casos, o mismo el aprendizaje corporativo. De hecho, muchas organizaciones se estuvieron apoyando en el aprendizaje experiencial con el objetivo de mejorar los rendimientos, la productividad y el vínculo entre sus empleados; por lo cual, está ganando cada vez más adeptos dentro del mundo corporativo.

En diálogo con POST, Ingrid Rivera, consultora especializada en formar personas y equipos de “alto desempeño” para la creación de resultados, explicó que esta práctica consiste en dinámicas, ejercicios o juegos, que actúan como simulador de alguna situación específica para después aplicarlo en la vida real. “Es un ejercicio donde se experimenta y se puede ver la herramienta o distinción a adquirir”, explicó, agregando que a veces a una persona le es más sencillo “verse a sí mismo en un ejercicio de participante que en el propio desafío de la vida”. El paso siguiente sería poner en práctica lo aprendido en la vida cotidiana.

Las ventajas del Aprendizaje Experimental

Según Rivera, esta práctica es beneficiosa para las empresas y sus equipos de trabajo porque produce “contextos relacionales que facilitan el proceso de conversaciones difíciles”. Generan una plataforma a la hora de lo que haya que conversar para la toma de decisiones o para la resolución de problemas, que son a veces complejos de llevar a cabo”. Entonces, añadió, el aprendizaje experiencial le da al empleado todas las herramientas necesarias “para generar ese espacio que permita generar diálogos para nuevos resultados”.

Dentro de las ventajas de aplicar el método de aprendizaje experimental en una empresa, HR Trends, consultora global de Recursos Humanos, destacó las siguientes:  por un lado, brindarle al empleado la posibilidad de desarrollar la capacidad de adaptarse a nuevas situaciones; también, el permitir llenar ese vacío que hay entre la teoría y la práctica, donde este “entrenamiento” funciona como una especie de puente; proporcionar a un equipo de trabajo “un espacio para equivocarse, fracasar de manera segura y luego ganar confianza”; o mismo evaluar las habilidades de los empleados.

Capacidad de reinventarse

En su charla con POST, Rivera consideró que el aprendizaje experimental se puede vincular con la capacidad de saber reinventarse, dejando en claro que una cosa es el concepto o lo teórico, y otra son los hechos. “Los resultados se producen por hechos”, afirmó. “Por lo tanto, para reinventarnos se requiere vivir algo diferente. Transformar lo que yo tengo (no porque esté mal sino porque lo que queremos es distinto), y volver a tener vivencias que permitan un lugar diferente del cual partir”.

De todos modos, dejó en claro que no es necesario dejar atrás estructuras, reglas y creencias; simplemente analizar si son coherentes o incoherentes con lo nuevo que uno se propone. “Si quiero algo nuevo tiene que ser desde un lugar distinto, no me sirve partir desde el mismo lugar. Todo dependerá del para qué, el propósito y el hacia dónde vamos”.

Conflictos a resolver

Hablando sobre problemáticas que suelen darse en los equipos de una organización y pueden ser resueltas a través del aprendizaje experimental, Rivera describió dos situaciones específicas: en primer lugar, el confundir lo que es ‘visión compartida’ con el objetivo de mi sector u objetivo de mi puesto, “perdiendo el punto real de referencia”. 

“Una cosa es lo que me toca hacer a mí, que hace al todo, y otra cosa es la visión compartida”, deslizó. En este punto, la profesional explicó que “muchas veces se termina dando esto de un sector contra otro, y se olvida que todos tenemos el mismo propósito, que tiene que ver con la visión del negocio”.

Otra dificultad grande- añadió Rivera- está vinculada con que, a veces, se percibe lo que es “distinto” como una amenaza para nuestro espacio de certidumbre o certeza; generando que, en vez de buscar un terreno en común, se intente defender nuestro territorio. “Acá hay un tema a trabajar y a entrenar que tiene que ver con la comunicación, la coordinación de acciones”, finaliza.

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