En los últimos años, las obligaciones negociables han ganado popularidad entre los inversores, ya que, con un riesgo moderado, se puede obtener intereses en dólares. Conocé más sobre ellos.
La economía argentina no pasa por su mejor momento y para muchos ahorristas es difícil establecer un horizonte de inversión a largo plazo, como la complementación de su jubilación a futuro en activos que estén en pesos.
En este sentido, las obligaciones negociables (ONs) fueron ganando popularidad en los últimos años, ya que son activos en los que se puede adquirir con pesos, pero automáticamente se pasan a “dólar cable”, además de otorgar un rendimiento en dólares. De esta forma, no solo se obtiene cobertura frente a la devaluación, sino también frente a la inflación internacional, además de otorgar ganancias “reales”.
¿Qué son las obligaciones negociables?
Las obligaciones negociables son instrumentos de deuda emitidos por empresas privadas y pueden comprarse/venderse todos los días hábiles en el mercado. Este tipo de activo es considerado un “activo de renta fija”, mejor conocido como bonos corporativos y, si bien puede adquirirse en pesos o dólares, la “obligación” asumida por la empresa emisora es en dólares.
En pocas palabras, la empresa solicita dinero a través una oferta pública (emitiendo bonos corporativos) ofreciendo cierto interés anual y la devolución del capital (todo en dólares) en un plazo determinado. En cuanto a las ventajas de este tipo de inversión es que, como mencionamos anteriormente, se puede adquirirse tanto en pesos como en dólares, pero el flujo de fondos que se recibe, al igual que el capital, siempre es en dólares.
Otra de las características destacadas de este tipo de activo es su liquidez, ya que estos instrumentos pueden venderse en el mercado secundario en cualquier momento que se necesite sin tener que esperar al vencimiento. Esta característica les brinda flexibilidad a los inversores, porque les permite ajustar su estrategia de inversión según las circunstancias del mercado.
Por otra parte, cada obligación negociable tiene un prospecto de emisión en el que se encuentra definido el interés que se recibirá. Esta característica le permite al inversor conocer de antemano los pagos de intereses y capital asociados, facilitando la planificación de las inversiones y la creación de un flujo de fondos adecuados a tus objetivos de inversión.
Sin embargo, es importante mencionar que, si se compran en el mercado secundario, en lugar de adquirirlas al momento de su emisión en el mercado primario, es probable que estas estén sobre la par, es decir, que coticen por encima de su valor nominal o bajo la par, es decir, por debajo de su valor nominal. Esto genera que el interés efectivamente cobrado aumente o disminuya.
¿Cómo puedo invertir en obligaciones negociables?
Para invertir en obligaciones negociables (ONs), existen dos opciones disponibles: el mercado primario y el mercado secundario. En el caso del mercado primario, los inversores pueden participar de las solicitudes que realizan las empresas, pudiendo ser para nuevas ONs o para la reapertura de aquellas que fueron previamente emitidas.
Es importante tener en cuenta que este tipo de suscripciones tienen fechas límite específicas. Además, antes de invertir en este tipo de mercado es importante tener en cuenta algunos aspectos como el monto mínimo de inversión, la tasa de interés y el plazo (en el caso de que la intención no sea la venta en el mercado secundario).
Por otra parte, en el mercado secundario, los inversores compran y venden estos activos cualquier día hábil, utilizando pesos o dólares, dentro del horario de mercado establecido. En estos casos se debe estar atento a la cotización y liquidez de la ONs escogida.
Con respecto al procedimiento administrativo, invertir en este tipo de activo es sumamente sencillo y se realiza de manera similar a la compra de un bono o una acción. En Santander podés invertir de manera simple y sencilla a través de Online Banking o desde la App.
Cabe recordar que al invertir en obligaciones negociables es fundamental realizar un profundo análisis sobre los prospectos de emisión, evaluando el perfil de riesgo de la empresa emisora y compararlo con tus objetivos de inversión, además de identificar si es “compatible” con tu tolerancia al riesgo.
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