La imagen personal tiene una gran relevancia, especialmente en el ámbito laboral. Un retrato profesional no es solo una fotografía: es una herramienta de comunicación que refleja quién es la persona y lo que representa. Qué dicen los expertos y sus consejos.
En el mundo laboral actual, la primera impresión es clave y, a menudo, esta se forma a partir de la imagen que se proyecta en los perfiles profesionales. Un estudio de LinkedIn reveló que los perfiles con fotos profesionales reciben hasta 21 veces más visitas y 9 veces más solicitudes de conexión que aquellos sin foto. La razón detrás de esto es simple: una imagen transmite confianza, profesionalismo y accesibilidad.
Estos datos subrayan la importancia de contar con un retrato profesional que no solo sea de alta calidad, sino que también comunique efectivamente la personalidad y profesionalismo del individuo. Un buen retrato profesional puede abrir puertas y crear oportunidades, mientras que una imagen inadecuada (o la ausencia de la misma) puede tener el efecto contrario.
Por eso, para aquellos que están en búsqueda de nuevas ofertas de trabajo, colocar una buena foto en su CV (o su perfil de LinkedIn por ejemplo) puede potenciar sus chances. “Buscar trabajo, es un trabajo en sí mismo que requiere tiempo y dedicación. El mercado laboral ha cambiado vertiginosamente en las últimas décadas, y en un mercado altamente competitivo tener un CV bien estructurado es fundamental para tener más posibilidades de encontrar el trabajo deseado”, detalla María Sol Tenca, Gerente de Experiencia de Empleados de Randstad Argentina.
Específicamente sobre las fotografías, Tenca explica que, para la toma, “es importante lograr un buen contraste, brillo y enfoque, el fondo debe ser simple, preferiblemente blanco o en colores neutros y, lo más importante, es que sea una foto actual”.
En este sentido, es necesario realizar varias tomas para poder elegir la que mejor refleje la personalidad y profesionalismo. Al invertir tiempo en estos detalles, se puede asegurar que el retrato profesional no solo cumpla con su propósito funcional, sino que también contribuya positivamente a la imagen personal y profesional.
Por su parte, Catalina Bartolomé, fotógrafa profesional y fundadora de Propietaria, una empresa especializada en retratos profesionales, destaca la importancia de tener un retrato profesional y lo compara con tener una oficina ordenada al recibir a alguien: es una extensión de la imagen profesional. “Un retrato profesional no solo facilita responder rápidamente cuando se requiere una foto, sino que también simplifica el trabajo de quienes manejan la comunicación sobre tu servicio o empresa”, expresa en entrevista con POST.
Además, la experta enfatiza que retratarse profesionalmente es una experiencia que mejora la autoimagen y contratar a un fotógrafo profesional “refleja la creencia en el propio valor y el aprecio por el trabajo realizado de manera profesional”.
Herramientas para mejorar los retratos profesionales
Los retratos no pueden mejorarse por sí solos, los contenidos que los acompañan si pueden hacerlo. Bartolomé destaca que herramientas como Canva son excelentes para este propósito, pero también es importante acompañarlo con las redes sociales de manera efectiva. Por otro lado, insiste en la importancia de cuidar la estética, manteniendo una tipografía y una paleta de colores coherentes para construir una marca personal sólida.
“En plataformas como TikTok, esta coherencia visual es especialmente relevante. Al mantener una imagen estética consistente, se fortalece la identidad personal y profesional, asegurando que cada elemento del contenido contribuya a una presencia en línea atractiva y profesional”, explica a POST.
Cuáles son los errores más comunes en los retratos profesionales
Bartolomé subraya la importancia de los detalles y la sensibilidad en los retratos profesionales. Desde evitar errores simples, como una colita de pelo en la muñeca, hasta tratar con cuidado a cada persona, sea cual sea su apariencia, Propietaria se enfoca en manejar estas situaciones con tacto y respeto. “Es importante no dar nada por sentado y tener en cuenta las diferentes perspectivas interseccionales”, remarca.
Este enfoque permite que cada individuo se sienta cómodo y abierto a compartir aspectos de su mundo privado que construyen su imagen pública. Al cuidar estos detalles y adoptar una actitud inclusiva, se asegura que los retratos reflejen auténticamente a la persona, respetando y valorando su individualidad y experiencia.
Por su parte, Tenca explica que los errores más comunes que han visto en su experiencia es de fotos donde la persona “está con amigos o familiares, fotos de cuerpo entero, fotos con expresiones exageradas, fotos desactualizadas de acuerdo a la edad de la persona o fotos fuera de foco”.
Inclusión y diversidad: ¿Las fotos excluyen?
Según Tenca, en Argentina, las fotos rara vez se utilizan en un currículum, ya que muchas organizaciones están promoviendo procesos de reclutamiento y selección neutrales para favorecer la diversidad y evitar sesgos inconscientes.
En este sentido, explica que “las principales plataformas de búsqueda de empleo, conocidas como job boards, directamente no cuentan con un campo asociado para la carga de fotografía o, si lo tienen, no es un campo obligatorio”.
Aunque la recomendación general es no incluir una fotografía a menos que la empresa lo solicite, Tenca sugiere que, en caso de ser necesario, la imagen debe ser prolija y profesional. “La imagen debe ser prolija; el rostro no debe estar obstruido por el cabello ni accesorios como lentes de sol; se debe usar un vestuario asociado a lo laboral, ya sea profesional o informal; y se debe mostrar una actitud positiva y con una sonrisa amable, ni demasiado serio, ni con expresiones extrañas,” concluye Tenca.
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