En el mundo actual, donde los ciberdelitos toman cada vez mayor fuerza, es clave estar al tanto de los mismos para no dejarse engañar.
Los ciberdelitos—también conocidos como delitos informáticos— abarca cualquier actividad ilegal realizada a través de internet, utilizando dispositivos electrónicos o redes digitales. Este incluye estafas, robo de datos personales, ciberacoso, suplantación de identidad y otros actos maliciosos que comprometen la seguridad de las personas y las organizaciones.
Uno de los fraudes más frecuentes vinculados a la suplantación de identidad es el spoofing. Como su nombre en inglés lo indica, se trata de una técnica en la que los delincuentes se hacen pasar por entidades confiables, como un banco, falsificando remitentes de correo electrónico, llamadas o mensajes para obtener información personal.
Según Santander, el objetivo de este tipo de engaño es generar confianza en la víctima, haciéndole creer que está en contacto con un empleado real de la institución. Una vez logrado esto, los estafadores intentan acceder a datos bancarios u otra información sensible para finalmente sustraer el dinero de la cuenta.
¿Qué tener en cuenta para evitar el Spoofing?
Una de las vías más utilizadas para este tipo de estafa es el correo electrónico. Un buen hábito para evitarlo es revisar cuidadosamente la dirección del remitente: se puede hacer pasando el cursor sobre el nombre o, en celulares, presionando de forma prolongada. Aun así, hay casos en los que los estafadores logran replicar el dominio exacto de una institución oficial, por lo que es fundamental extremar precauciones.
En las llamadas telefónicas, los delincuentes pueden modificar el número que aparece en pantalla para que coincida con el de una entidad real. Incluso, si la persona duda, pueden sugerir que verifique su legitimidad a través del sitio oficial de la empresa, como una forma de reforzar la confianza.
Los mensajes de texto (SMS) también son una vía frecuente. En ocasiones, los delincuentes utilizan el mismo número desde el cual el banco envió mensajes legítimos previamente, lo que vuelve aún más difícil detectar el fraude.
Ya sea por correo, llamada o mensaje, nunca se deben abrir enlaces, descargar archivos ni ingresar a sitios web que se indiquen desde comunicaciones sospechosas. Estos métodos son la puerta de entrada que necesitan los ciberdelincuentes para acceder a información extremadamente sensible, como credenciales bancarias.
El uso de esta técnica en empresas
El spoofing no solo afecta a personas: las empresas también son blanco frecuente de este tipo de fraude. En estos casos, los estafadores adaptan los mensajes para simular ser un superior jerárquico o un proveedor confiable, solicitando pagos urgentes o acceso a información confidencial de clientes.
Para prevenir este y otros ciberdelitos, es clave implementar capacitaciones específicas sobre ciberseguridad y técnicas de suplantación, así como adoptar soluciones tecnológicas que refuercen la protección del correo electrónico corporativo. Contar con asesoramiento de especialistas también puede marcar una gran diferencia.
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