Lo nuevo y a estrenar no siempre es lo más beneficioso. Los productos electrónicos reacondicionados (o remodelados) por expertos, por ejemplo, contribuye a la economía personal y, sobre todo, al cuidado del medio ambiente. Conocé más.
Comprar un lavarropa, celular o computadora que han sido reparados por los fabricantes o por empresas especializadas o, incluso, que tienen algún defecto estético, es una alternativa con muchas ventajas tanto para el medioambiente como para las finanzas de las personas.
Esto no significa que lo nuevo sea malo o no deba adquirirse. La cuestión es que su alternativa puede generar grandes impactos y reducir números que asustan. Por ejemplo, según estimaciones hechas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través del más reciente Observatorio mundial de los residuos electrónicos 2020, para el 2030, la cantidad de basura electrónica que se producirá en todo el mundo superará los 74 millones de toneladas.
Se trata de los grandes y pequeños aparatos electrónicos que, una vez cumplen su vida útil, son desechados y no siempre son reciclados o gestionados adecuadamente, causando un impacto negativo en el medioambiente y contribuyendo al cambio climático. La lista es larga e incluye refrigeradores, lavadoras, bombillas, ordenadores, televisores, teléfonos móviles, entre muchos otros.
Sin embargo, en los últimos años ha surgido una alternativa que cada vez gana más seguidores y que favorece la disminución de dichos residuos al tiempo que ofrece la oportunidad de comprar aparatos fiables y totalmente operativos a un menor precio. Se trata de los productos electrónicos reacondicionados o también conocidos como electrónica o tecnología renovada.
¿Qué son los reacondicionados?
Santander.com revela que se tratan de productos, en este caso aparatos electrónicos, que, por diversas circunstancias, han sufrido algún tipo de desgaste o avería y que son puestos a punto nuevamente por los propios fabricantes o por empresas especializadas.
Suelen ser dispositivos que estaban de exposición o prueba en las tiendas, de clientes que los compraron y devolvieron dentro de un periodo de tiempo determinado, de devoluciones por defectos de fábrica, estéticos o por daños en el embalaje.
Esas circunstancias hacen que, una vez revisados, reparados -en caso de ser necesario- y restaurados a los valores de fábrica, estos artefactos regresen al mercado por un precio más económico de lo que costarían las versiones nuevas de los mismos.
Reacondicionados vs de segunda mano
Aunque a primera vista pueden parecer lo mismo, existen diferencias que se deben conocer para identificar los aparatos electrónicos reacondicionados de los que son vendidos simplemente como de segunda mano. A continuación, las dos más importantes:
- Garantía: Al tratarse de los propios fabricantes o de empresas que se dedican al reacondicionamiento de los aparatos, el usuario cuenta con un periodo de garantía, generalmente de un año, en caso de que el producto presente fallos y requiera reparaciones o sustituciones. Por el contrario, si es un particular el que vende a otro su teléfono móvil de segunda mano, por ejemplo, el comprador no tiene ningún respaldo tras la adquisición.
- Estado: Uno de los valores añadidos de los reacondicionados es su puesta a punto. Puede tratarse de una limpieza o retoque estético, así como también de una reparación, para la cual el fabricante o empresa intermediaria utiliza piezas y recambios originales para asegurarse de que funciona correctamente. Por su parte, en el mercado de segunda mano entre particulares, el comprador no tiene certeza del estado y funcionamiento real del producto ni de los posibles fallos que pueda presentar.
Tres consejos para comprar un producto reacondicionado
Los reacondicionados son una buena elección para ahorrar dinero y ayudar a combatir la producción excesiva de residuos electrónicos. Sin embargo, a la hora de elegir un celular, una Play Station, una aspiradora o cualquier otra opción, es importante tener en cuenta aspectos básicos sobre el producto y sus antecedentes:
- Fíjarse en la descripción: Conocer la mayor cantidad de información sobre el producto es el primer paso para hacerse una idea de su estado. Por ello, es recomendable fijarse si en la descripción se incluye la procedencia o el motivo del reacondicionamiento, un posible defecto estético, el año de fabricación, el modelo exacto, si contiene todos los accesorios, entre otros datos.
- Comparar el precio: El valor del producto debe corresponder con su estado real. Aunque ofrezca las mismas prestaciones que un aparato nuevo, no deja de ser un reacondicionado, por lo que debe mostrar claramente el descuento. Es conveniente consultar el precio de la versión nueva en diferentes tiendas a modo de comparación.
- Preguntar por la garantía: Es importante saber durante cuánto tiempo se cuenta con el respaldo de la garantía y también saber qué tipo de cobertura incluye. Tener esa información clara desde el comienzo ayudará a decidir entre las diferentes opciones de compra y también evitará sorpresas desagradables en el futuro.
De esta manera la electrónica reacondicionada se convierte en una gran alternativa para evitar más desechos al planeta y, también, cuidar los bolsillos.
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