Con 32 años y oriundo de Devoto, el viajero visita y muestra en sus redes sociales pueblos de menos de 1000 habitantes. Qué lo inspiró a moverse y los desafíos de su experiencia.
El sabe que en los rincones donde nadie mira, visita o reconoce, hay belleza para ver y disfrutar. Luego de la experiencia de la pandemia, Guido Rodríguez decidió salir de su cómodo hogar en Villa Devoto (CABA) para recorrer las maravillas escondidas del país.
Acompañado por Timón, Pumba y Barú, sus tres perros, salió en busca de pueblos de no más de mil habitantes. Su intuición lo llevó a numerosas localidades. Con su vasta experiencia de viajero (ya conoce 21 provincias de Argentina y varios países de Latinoamérica) decidió emprender un viaje que, hasta el momento, alcanzó más de 50 de esos pueblos en la Provincia de Buenos Aires.
Con sus aparatos electrónicos, incluida una buena cámara y un dron, decidió compartir la historia, las personas y la naturaleza que esos lugares escondían. A través de sus redes sociales fue ganando seguidores y creó una audiencia que no solo disfruta de su autenticidad, sino que también agradece su acto de revalorizar los pueblos olvidados.
En Instagram, Youtube y Twitter comparte sus contenidos que incluyen fotos aéreas, videos, charlas con pobladores, historias y datos curiosos. Además, creó una revista digital de viajes por Argentina, especializada en pueblos, que, a través de la aplicación “Cafecito”, le permite financiar sus viajes.
En entrevista con POST, cuenta detalles de sus procesos y lo mejor de su experiencia:
¿Cómo era Guido Rodríguez antes de su primer viaje a un pueblo y como es hoy luego de haber recorrido unos cuantos?
La verdad es que sigo siendo el mismo Guido Rodríguez. Me gusta la naturaleza, la tranquilidad, respirar aire puro… las cosas simples básicamente. Lo que no esperaba es estar tan a gusto recorriendo estos pueblos y querer seguir con la misma idea de viaje.
¿Cómo surgió la idea de dar a conocer los pueblos del país? ¿Qué te incentivó a hacerlo?
La idea empieza en marzo de 2021, cuando armé mi primera ruta por pueblos de menos de 1000 habitantes, lo que me hizo conocer y disfrutar de cerca estas localidades. Al tener una buena recepción en redes sociales, tanto por “locales” (que son varios los que me escriben y agradecen) como seguidores, seguí mostrando cada vez más pueblos, mejorando las ediciones de fotos y videos, y sumando pobladores a las historias e imágenes aéreas.
¿Cómo fue la preparación del primero de los tramos que realizaste? ¿Qué tuviste o tenés en cuenta cada vez que salís de tu casa para recorrer?
La preparación no varió mucho. Abro “google maps”, veo los nombres más chiquitos que aparecen (me aseguro que sean localidades y no solo estaciones de tren abandonadas) y empiezo a armar la hoja de ruta. Anoto distancias entre un pueblo y otro, investigo un poco sobre cada pueblo y no mucho más. Y en el camino voy variando, no sigo exactamente la hoja de ruta, pero es una gran guía.
¿Cuáles fueron los mayores desafíos en tus recorridos? ¿Cómo lográs financiar tu viaje?
Las mayores dificultades siempre fueron propias. No tenía baño ni ducha, así que nunca me fue fácil conseguir ducha con agua caliente en pueblos donde me quedo solo 24 horas. Sumado a que para tener electricidad en la van debía conectarme a una red 220v en la plaza de algún pueblo (para poder cargar las cámaras y equipos electrónicos que llevo). Además de conseguir WIFI para poder subir el contenido que iba generando en el mismo momento que me iba moviendo.
En primer lugar, me financio con mi revista digital de viajes por Argentina donde hago foco en pequeños poblados. Quien se suscribe recibe una edición mensual y paga cada vez que recibe la revista. También tengo algunas marcas que apoyan mi viaje. Y la gente que me sigue también aporta mediante una plataforma llamada ‘cafecito’ donde une seguidores y creadores de contenido. Además, trabajo editando videos de manera independiente. Y cuando estoy en CABA hago fotografía con drone.
¿Qué es lo que más te gusta de viajar por los pueblos? ¿Y lo que menos te gusta?
Me encanta la calma, el olor a campo, la naturaleza. Me gusta que no haya turismo masivo y la sencillez y calidez de la gente.
En general, para ingresar a los pueblos hay que hacer varios kilómetros de camino de tierra. Es decir que cuando llueve no se puede entrar ni salir del pueblo. Y 2 o 3 días de lluvia te hace tener que esperar 5, 6 días para moverte (por lo menos en la camioneta donde me muevo yo). De todas maneras, no es ningún problema, ya forma parte del viaje.
¿Qué aprendizajes te dejaron los trayectos que realizaste?
La gente vive tranquila, con las ventanas bajas de los autos, la puerta abierta de la casa (en verano). Nadie está apurado, todos se saludan. No existen las cadenas de bicicletas, siempre están sueltas. Las bocinas solo sirven para saludar. Y que se puede vivir con menos de lo que se piensa que necesitamos para vivir.
¿El pueblo que más te llamó la atención? ¿Por qué?
Me sorporendió Berdier, en el Partido de Salto. El pueblo más arbolado que visité. Fui 2 veces, en verano y en otoño, y las imágenes aéreas son realmente impresionantes.
Durante tus trayectos conociste muchas personas e historias: ¿Podrías contar una que te haya impactado más y por qué?
Weinyur Reinaldo, un fenómeno de 82 años. 70 años viviendo en Pueblitos. Pueblitos es un paraje rural ubicado en el Partido de 25 Mayo. Hoy lo habitan 4 o 5 familias. Un hombre muy simple y simpático. Se siente muy cómodo viviendo en el campo y sigue andando a caballo. Cuando él llegó a Pueblitos había 600 habitantes. Hoy son 15 vecinos. Él resiste el paso del tiempo y no se piensa mover de su pueblo.
¿Cuál es tu mayor anhelo en toda esta aventura?
Ayudar a visibilizar y promocionar pequeños pueblos y parajes rurales, no tan visitados por el turismo. Colaborar para que no se sigan despoblando. Y que más gente descubra y se enamore de todos los rincones de Argentina.
¿Qué mensaje le dejas a los lectores sobre los pueblos de Argentina?
No hace falta tomarte un avión, irte a otro país o hacer miles de kilómetros para sentirte de viaje. A pocos kilómetros de tu ciudad vas a conocer pueblos únicos donde se respira otro aire y se vive a otro ritmo.
Aún no hay comentarios