El divulgador y uno de los jóvenes sub 40 más influyentes del país, señala en esta entrevista con POST que el sector representa aproximadamente el 22% de nuestro PBI, y continuará avanzando en los próximos años.
Joan Cwaik es un autor, conferencista, docente e investigador en tecnologías emergentes y sociedad con formaciones en la UBA y UADE, que participó de cursos y programas ejecutivos en UdeSA y HQ de Google y Facebook. En la actualidad, es candidato del EMBA del IAE Business School de la Universidad Austral y LATAM Marketing Manager en Maytronics, empresa pública líder en robótica doméstica (MTRN:TA).
Brindó más de 350 conferencias a nivel internacional sobre tecnologías emergentes en foros como la Cumbre de Emprendedores del G20, TEDx, Campus Party, eMerge Américas y Endeavor; con presencia habitual en medios como CNN, Telemundo, Univisión, La Nación e Infobae.
Actualmente, es columnista de opinión del diario Perfil y miembro de su Asamblea del Futuro. Fue reconocido por Forbes Argentina como uno de los jóvenes sub-30 más influyentes de la Argentina y en 2019 por el Organismo Internacional de la Juventud, gracias a su contribución en la divulgación tecnológica.
En 2020, fue reconocido por LLYC como uno de los 120 Future Leaders de 12 países de habla hispana. Uno de los últimos logros (personales y profesionales) fue el ser autor de dos libros: ¨7R: Las siete revoluciones tecnológicas que transformarán nuestra vida¨ y “El Dilema de lo Humano”.
No sos programador ni ingeniero, pero sos un amante de la tecnología. ¿Cómo y cuándo fue tu primer contacto con ella?
Mi primera computadora me la compraron mis padres con mucho esfuerzo a los cuatro años y estuve muy expuesto a la tecnología en mi infancia y adolescencia por el trabajo de ellos. Por lo que me contaron, siempre tuve curiosidad desde chiquito acerca de cómo funcionan las cosas, su lógica y cómo puedo hacer que las cosas funcionen y cumplan una orden. Mis pasatiempos de chico era armar rompecabezas por horas y horas. En los últimos años, y hoy más que nunca, con la tecnología atravesando todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, creo que a todos en algún eje de nuestra vida nos genera algo de curiosidad este atravesamiento de la tecnología.
¿Qué fue lo que te despertó curiosidad en la temática?
Personalmente, durante mi carrera de grado y desde que la finalicé tuve el privilegio de rodearme de personas que me permitieron exponerme a tecnologías emergentes y diferentes puntos de inflexión -muchos vinculados a la formación formal y no formal- que me despertaron la curiosidad sobre las aplicaciones que pueden tener estas tecnologías en nuestra vida cotidiana. Como por ejemplo, la impresión 3D, la realidad virtual y las criptomonedas. Esos puntos de inflexión y esas exposiciones me impulsaron a emprender, trabajar, investigar y divulgar sobre tecnologías emergentes y su impacto social y económico.
¿Por qué adoptaste el rol de divulgador tecnológico? ¿Qué te inspiró a serlo?
No fue algo buscado adrede en los inicios de mi trabajo como divulgador tecnológico. Yo comencé de forma orgánica a vincular lo que aprendí en mi carrera de grado con mis hobbies personales del mundo IT y mis primeras experiencias laborales y entendí que era algo que les llegaba a las audiencias que estaba enfocando. También, tuve el privilegio de contactarme con personas que me abrieron varias puertas en este camino. Creo que en la tecnología podemos ver dos extremos claramente marcados, uno es el periodismo tecnológico y el otro la investigación científico-técnica.
¿En qué lugar te situás vos?
Me parece que personas como yo, que trabajamos activamente emprendiendo y divulgando tecnología, estamos en el medio vinculando ambos mundos. En los últimos diez años mi vida fue moviéndose entre el campus y la calle, probablemente porque ninguno de los dos mundos me conformaba en sí mismo, sino más bien que los veía como dos herramientas complementarias que necesariamente tenían que interactuar, aunque no siempre lo hacían.
En mi vida académica, busqué inclinarme por carreras universitarias poco convencionales, como la Licenciatura en Gestión de Medios y Entretenimiento de la Universidad Argentina de la Empresa, y el posgrado en Convergencia Multimedial de la Universidad de Buenos Aires. En 2016, también asistí a Singularity University -el experimento académico entre Google y la NASA que busca preparar a la humanidad para los acelerados cambios tecnológicos-, también hice el MBA del IAE, la Business School de la Universidad Austral, que decidí comenzar en el 2020 a partir de la reconfiguración de agenda producto de la pandemia.
¿Cuáles son, según tu mirada, las tecnologías emergentes que marcarán el camino de acá en adelante y por qué?
Hace 30 o 40 años, si uno hablaba de compras online, de usar redes sociales o de que iba a haber autos sin conductor, seguramente se habrían burlado. Pero ahora, como todos sabemos, nuestra vida depende y es atravesada directamente por la tecnología en todo aspecto. Las tecnologías emergentes, particularmente en este inicio de década acompañada de la pandemia, nos trajo avances tecno-científicos impresionantes que generaron muchísimo bienestar al mundo. Lo que no se sabía con exactitud era que iba a generar una cantidad de cambios en estructuras más profundas.
¿En qué áreas observás que se vendrán cambios y qué tipos de tecnologías predominarán?
Los cambios que se van a venir por ejemplo en el área de salud, la energía, la educación y las finanzas son claros ejemplos. En un montón de áreas van a haber avances y tenemos que pensarlos en profundidad. Creo que predominarán dos tipos de tecnologías. Por un lado, aquellas más duras, más de hardware, cómo lo son la robótica, la impresión 3D y dispositivos de realidad aumentada/virtual; por otro lado, los paradigmas digitales donde muchas de estas tecnologías se entremezclan con la sociedad; ciudades inteligentes, internet de las cosas, bitcoin y big data son algunos ejemplos más del lado de lo intangible.
¿Qué significa entender la tecnología de forma “crítica”?
Divulgar tecnología de forma crítica implica algunas acciones como analizar, juzgar, criticar, evaluar, contrastar, comparar y valorar antes de divulgar. Y lo más importante, no caer en extremismos ni valorizaciones demasiado planas.
¿Cómo crees que se desarrolla el talento tecnológico en la Argentina? ¿Se lo aprovecha o no?
El sector de la tecnología representa aproximadamente el 22% de nuestro PBI y continuará avanzando en los próximos años. Existen aproximadamente 6.000 empleos de base tecnológica en el país y yo calculo que el empleo se duplicará en una década. Hoy en día genera el 8% de las exportaciones totales aproximadamente. Somos excepcionalmente valorados a nivel internacional en talentos vinculados al mundo tecnológico. Hoy si analizamos las compañías que son la punta de lanza de la tecnología emergente, muchas son argentinas. Argentina tiene una oportunidad única si puede reconocer el talento vinculado a las tecnologías emergentes, y apoyarlo y ayudarlo a florecer. Hoy creo que no se está aprovechando como política de estado del país.
¿Cuáles son las oportunidades reales que observás en el metaverso?
Los metaversos, mediante la realidad virtual en gran medida, tendrán varios campos de aplicación. Por ejemplo, se me ocurre el terreno educativo. Cuando hablamos de los beneficios que podría brindarnos el metaverso, podríamos crear experiencias inmersivas para los alumnos como hoy con la realidad virtual. Por ejemplo, como el autobús mágico, podríamos recrear experiencias imposibles de recrear con otras tecnologías: poder navegar de una forma más inmersiva por el cuerpo humano, por los planetas… De todas formas, no podemos asegurar que el metaverso va a modificar el sistema educativo en general, sí puede volverse un canal muy interesante, pero no hay que glorificarlo. Son herramientas.
¿Cómo crees que se puede pensar y aplicar el desarrollo tecnológico en un país como Argentina?
Para seguir desarrollando al sector en el país creo que debemos considerar la estabilidad fiscal, dando más certezas impositivas que esto hoy en día es imprescindible para los emprendedores y empresarios. Nuestros hijos vivirán en un mundo que exige cada día más conocimiento. Debemos cuidar esta industria y comprender su importancia vital frente a las próximas décadas.
En esta línea, ¿cómo ves al país en relación a las tecnologías en los próximos años? ¿Se puede pensar en una “Argentina tecnológica”?
Si queremos terminar con la pobreza y la ineficiencia estructural de nuestra economía, necesitamos obligatoriamente de la tecnología y de su impulso como país. Argentina es el país con mayor talento en tecnología a nivel mundial, según Coursera. La potencialidad argentina en materia tecnológica no es utópica. Incluso a pesar de las repetidas crisis económicas sufridas por el país en los últimos años. Argentina es el país latinoamericano con más unicornios (empresas que valen más de US $1.000 millones) per cápita, y supera en términos absolutos a España y Francia. Yo creo que sí, se puede y debe pensar en una Argentina tecnológica, que es más que nada formalizar y darse cuenta de un sector que hoy es de la Argentina del presente.
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