Liderazgo, el “burnout” en la pandemia y las carreras del futuro, por Andrés Hatum

Andrés Hatum no titubea cuando tiene que opinar acerca de cuestiones laborales en la Argentina. A su vez, es crítico respecto del rol del Estado, el que, en su visión, debe impulsar políticas para fomentar que los jóvenes estudien las carreras que demandan las empresas. Tampoco duda sobre quién es un buen líder y manifiesta que serlo requiere “una responsabilidad enorme y espantosa”. 

Es profesor en Management y Organización en la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y se desarrolló como consultor de Recursos Humanos en diversas empresas, como Toribio Achával, Lázaro Costa, McDonalds, Pegamil, Santander –cuando era Banco Río-, IPS, Emegé, Lipsia, Coca Cola, Nestlé, Deloitte, entre otras. 

Publicó artículos en importantes revistas como la British Journal of Management, Management Research, Harvard Business Review y la Family Business Review y se enfoca en investigar la flexibilidad en organizaciones, la gestión del talento, el desarrollo de carrera y la creatividad organizacional.

En conversación con POST, Hatum recorrió distintas temáticas relacionadas al mercado laboral y explicó por qué considera que la mayoría de los jóvenes no estudia las carreras más demandadas por las compañías. 

¿Cómo afectó la pandemia a los liderazgos? ¿Es lo mismo ser líder en el territorio que serlo por zoom?

Lo maravilloso de la pandemia, que es algo espantoso en sí mismo, es que los antilíderes quedan bien escrachados. Los lentos, los brutos y los cortoplacistas van a desaparecer o, al menos, va a quedar claro quiénes son. Es otra historia si las empresas quieren preservarlos.

¿Quién es mejor líder, el que sabe de todo o el que se desarrolla en un área específica?    

Definitivamente ninguno. Es mejor líder el que tiene capacidad de aprender, desaprender y volver a aprender. Es la forma de mantenerse como líder. Caso contrario, quedás afuera.

¿Qué creías que era un líder cuando eras chico y qué tanto cambió ahora? 

Cuando era chico, un líder para mí era Superman. Pero te das cuenta con el tiempo que ser líder es una responsabilidad enorme y espantosa. Tener gente a cargo, el deseo de muchos, no es para todos. Es más, para algunos puede ser algo horrible.

¿Qué es mejor: leer 10 libros de teoría o 10 libros blandos? 

Ninguno. Es mejor 10 libros que te llenen el alma. Y esto puede ser una novela. Algo que te movilice, que te toque la fibra. A los directivos, que a veces más que fibra parece que tienen cemento, esto es clave. No me gustan los libros “ser un buen manager en 10 días”.

¿Creés que las empresas abordan bien el “burnout” por parte de los empleados durante la crisis de la pandemia? ¿Qué podrían hacer para evitarlo? 

Esto es una preocupación enorme de las empresas hoy. De hecho, el inicio de la pandemia generó un estrés gigante en los empleados y en jefes que no sabían cómo manejar el teletrabajo. Hoy están más conscientes de la importancia de generar los tiempos que la gente necesita para trabajar y respetarlos. También están ofreciendo programas de wellness para que podamos generar un equilibrio, el que perdimos en la pandemia.

Como profesor, ¿observás que los estudiantes de universidades y escuelas de negocios están ‘rindiendo menos’ durante la pandemia? 

Te diría que todos hacen lo que pueden. Los alumnos, como los profesores, nos tuvimos que acostumbrar a generar una interacción mediatizada por el Zoom. No fue fácil al principio, pero se acostumbraron. Personalmente extraño ver a mis alumnos, interactuar con ellos y divertirme también.

¿Cuáles son los perfiles más demandados hoy por las empresas? 

El mercado laboral en Argentina se hizo polvo, algo que empezó luego de las PASO y se profundizó con la pandemia. Pero los perfiles relacionados con carreras más técnicas, analytics, machine learning, AI, siguen siendo demandados.

Uno podría pensar que las nuevas generaciones que crecen con la tecnología deberían apuntar a profesiones que tengan que ver con esto, ¿por qué no se da y se sigue cayendo en las carreras que vos llamás “commodity”?  

Porque se obliga a la gente a decidir a los 18 años cuando no tienen idea qué quieren de la vida. A los 18 te funcionan bien las hormonas, pero para la madurez de la elección de carrera te falta un poco.

¿Cómo se puede revertir esto?  

Permitir que los chicos empiecen a cursar una carrera, pero poder cambiar sin perder años de estudio. En la UTDT, vos podés empezar una carrera y cambiar luego sin perder materias. Tiene que haber un ciclo común y uno de especialización donde lo puedas hacer en otras universidades. La capacitación de los profesionales va a ser permanente y nuestro sistema educativo tiene que aggiornarse.

¿Deberían las empresas hacer algo para incentivar a los jóvenes a matricularse en estas carreras? 

Las empresas demandan gente. Tiene que ser una política de estado el impulso de estas carreras y generar incentivos para que las empresas tecnológicas quieran estar acá. Así se crea un círculo virtuoso.

Más allá de la política y la grieta: ¿Qué te dejó la discusión respecto del mérito? 

Me da tristeza. Argentina nivela para abajo. El mérito es fundamental, es un impulsor interno que hay que generar en la gente. Los sistemas de falsa equidad donde todos somos iguales son mentira. No lo somos y eso es lo rico de la diversidad. Cuando una sociedad no tiene al mérito como valor, el problema es crear generaciones de personas a la que todo les da lo mismo, total, no hay diferencia. Eso liquida a una sociedad y genera ignorantes.